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miércoles 23 de abril de 2014

Narcotráfico: cultura o subcultura

Narcotráfico: cultura o subcultura

Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. RAE

Ideas claras y firmes sobre el universo, convicciones positivas sobre lo que son las cosas y el mundo… Ortega y Gasset. Misión de la Universidad.

Por debajo de esas acepciones de  la palabra cultura existiría una palabra que la RAE no registra que sería la subcultura que para Ortega sería algo así como falta de ideas y de convicciones, es decir un relativismo o liquidez sobre los que son las cosas, el mundo y agregaría la vida.

Para la acepción de la RAE quizás no habría diferencias ya que lo que llamo subcultura serian este conjunto de modos de vida y costumbres de la época que nos toca vivir, el narcotráfico ya no sería una subcultura sino una cultura.

Y así parecería que son las cosas cuando los expertos en la materia nos dicen que hoy día solo es posible por parte del Estado una política de contención porque el narcotráfico podríamos decir se apropió de la cultura.

El narcotráfico se inicia en la marginalidad pero crece hacia arriba valga la paradoja ya que genera un modo de vida que permiten alcanzar objetivos de riqueza material inmediatos explotando las peores cualidades del ser humano, entre ellas la tentación.

Tendréis que pasar primero cerca de las sirenas…que era tres hermosas ninfas llamadas Licosia, Ligea y Parténope, que encantan a cuantos hombres se le acercan. ¡Loco será quien se detenga a escuchar sus cánticos , pues nunca festejarán y sus hijos el regreso al hogar…

Es sabio que Ulises se hizo atar a un mástil de su nave y tapó con cera los oídos de sus compañeros y así pudo pasar  y eludir la tentación que lo

llevaría  a esa pradera  en donde habitan las sirenas que tienen  una orilla blanqueada por los huesos de los hombres cuyas carnes se pudrieron…

Pues bien la cera y las ataduras son la cultura de la que nos hablaba Ortega y esa cultura solo se obtiene mediante el esfuerzo del estudio y la calidad de los maestros, es decir la excelencia de la educación.

El narcotráfico parecería que está íntimamente vinculado a la política o mejor dicho a su financiamiento, es decir es una de las fuentes de corrupción que es esa perversa enfermedad que si bien no convierte a los políticos en traficantes directos  los convierte en meros agentes de la omisión y con ello consideran que están libres de pecado.

Su pecado es no impedir ni participar, liberar zonas, son mercenarios de la inactividad.

Luego vienen las explicaciones  y los operativos de distracción negando los hechos o atribuyéndose éxitos que muchas veces son negociados o amplificados mediante la detención de los estratos más bajos de la pirámide del narcotráfico que en negral también suele ser sus víctimas anónimas.

Esta nueva cultura o si se quiere subcultura es uno de los legados que nos dejaran los K, con cierta complicidad de las dirigencias, salvo excepciones como la de la Dra. Carrio, no ya a los nuevos gobiernos sino a las futuras generaciones.

Los K adulteraron y ocultaron hechos mediante la falsificación del sistema estadístico, paralizaron a las fuerzas de seguridad mediante el eslogan de que no hay que criminalizar la protesta  sin distinguir el límite entre lo legal y lo ilegal, generaron un estado que carece de respeto por parte de la ciudadanía y ello facilita el surgimiento de estas subculturas que nos han llevado a tolerar desde los aprietes de  Guillermo Moreno hasta la sofistica de Kristina que tuvo el descaro de decir Esto es lo que quiero dejarle al próximo presidente: un país mucho mejor del que nos tocó encontrar a nosotros. Esa va a ser la mejor herencia que cualquiera va a recibir.

Kristina no nos dejás un país mejor, solo estás preparando el discurso de mañana si es que somos capaces de elegir un gobierno que como decía

Ortega se dedique a las cosas, no al relato, a la mentira, a la sofistica y a la hipocresía.

La tarea que habrá que hacer con infinito afán será la de volver a tener una cultura en el sentido que le dio Ortega a esa palabra.

La cultura K es  esa vocación por la desviación de poder que es un modo de abuso y por la trampa, palabra que tiene estas acepciones: Contravención disimulada a una ley, convenio o regla, o manera de eludirla, con miras al provecho propio. Infracción maliciosa de las reglas de un juego o de una competición. Ardid para burlar o perjudicar a alguien. Deuda cuyo pago se demora.

La cultura K es en realidad una subcultura que es una forma de degradación social.