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jueves 15 de septiembre de 2005

Nuevos atentados fundamentalistas en los Cáucasos

Toda la región norte de los Cáucasos, que contiene un complejo mosaico étnico, parece estar desestabilizada y vive un clima de extrema volatilidad que puede desencadenar situaciones difíciles de controlar.

De pronto, toda una larga serie de nuevos atentados con bombas atribuidos a los terroristas fundamentalistas musulmanes ha vuelto a sacudir la región de los Cáucasos, más allá de la convulsionada Chechenia.

En uno de ellos, en la localidad de Nazran, el primer ministro de la República de Ingushetia, emplazada al oeste de Chechenia, Ibrahim Malsagov, resultó seriamente herido y salvó su vida de milagro, por apenas unos segundos nada más.

Cuando todavía está bien fresco el recuerdo de la salvaje matanza de niños ocurrida en una escuela en Beslan, Ossetia del Norte, a muy pocos kilómetros de Nazran, el recrudecimiento de la violencia terrorista y la sensación de que los Cáucasos están sumergidos en una suerte de “ambiente de insurgencia” preocupa sobremanera a las autoridades de la Federación Rusa.

La región, cabe apuntar, está desgraciadamente plagada de gobiernos locales que están frecuentemente encabezados por funcionarios autoritarios y corruptos, que no atinan a mejorar un clima de profunda miseria y postergación que flota desde hace décadas y provoca las frustraciones y resentimientos que empujan, particularmente a los jóvenes, hacia el camino del terror.

Lo cierto es que hoy toda la región norte de los Cáucasos, que contiene un complejo mosaico étnico, parece estar desestabilizada y viviendo un clima de extrema volatilidad.

Allí -a diferencia ciertamente de lo que ocurre entre nosotros- son absolutamente ciertas las acusaciones de “complots” contra el gobierno. El problema es, más bien, que casi todos, disconformes, de alguna manera “complotan”.

A pesar de que existen numerosos grupos “rebeldes”, la sensación prevaleciente es que todos actúan coordinadamente con el fundamentalismo musulmán que inspira al terrorismo chechenio.

El absolutamente perverso Shamil Basayev, que adquiriera notoriedad en la matanza de niños ocurrida en Beslan, ha sido ahora designado segundo en el comando de las milicias terroristas chechenas. Esto, que sugiere una radicalización de sus actividades, sucedió luego de la muerte del moderado líder checheno Aslan Maskhadov, quien fuera reemplazado -cuándo no- por un clérigo de corte fundamentalista, Abdul-Khalim Sadulayev, conocido por sus convicciones y prédica extremas.

A medida que se van acercando las elecciones parlamentarias de Chechenia, previstas para el próximo mes de noviembre, son muchos los que presumen que la violencia local habrá de aumentar, aún más.

Pese a todo, de todas las repúblicas de la región, en rigor la única que pretende una secesión es Chechenia. Las demás saben bien que viven de la asistencia que les llega desde Moscú, envueltos en la desocupación que afecta nada menos que al 80% de la fuerza de trabajo.

Por esto, para muchos el fundamentalismo islámico más que una convicción íntima es un instrumento para la protesta. Quizás la única manera que encuentran para hacer sonora su disconformidad con la forma en que deben vivir, en clima de inseguridad, angustia permanente y sin demasiado futuro.

En síntesis, los Cáucasos, más allá de la propia Chechenia, se están transformando en una suerte de peligroso polvorín, en donde pueden ocurrir toda suerte explosiones que sólo pueden ser difíciles de controlar, sino que pueden generar -por efecto simpatía- otras parecidas en esta complicada región. © www.economiaparatodos.com.ar



Emilio Cárdenas es ex Representante Permanente de la Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas.




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