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martes 17 de marzo de 2015

Optimismo o ilusionismo y una ARGENTINA (muy) incómoda

Optimismo o ilusionismo y una ARGENTINA (muy) incómoda

Ilusionismo. Arte de producir fenómenos que parecen contradecir los hechos naturales

El ex presidente uruguayo Jorge Batlle afirmó que ‘sólo con tener un gobierno normal, la Argentina se recuperará’, muchos argentinos  comparten esa idea, también es compartida en el exterior pero más que nada por los especuladores  y viene a cuento la anécdota del periodista Joe Cotterill del FT, cuando le respondió a kristina con un Twit que decía: ‘Gracias por la mención en su discurso. Pero temo que el precio de los bonos sube a medida que a usted le queda menos tiempo en el Gobierno’.

Optimismo o ilusionismo, me pregunto.

El optimismo se sustenta en apreciar una situación que admite perspectivas favorables, se me podrá argüir que cuando peor es la situación, será cuanto más optimistas deberíamos ser. Es cierto, pero en  ese caso el optimismo implica esfuerzo, en el lenguaje de “ella” seria “incomodidad”.

El ilusionismo por el contrario encierra algo de “milagro” o de mágico, es como creer que el nuevo gobierno, aunque fuera Scioli,  cambiará nuestra oscura realidad como si tuviera poderes sobrenaturales, es decir diciendo la cabalística palabra “abracadabra” la Argentina cambiará en un segundo.

Y un poco de eso hay, hasta ahora ninguno de los precandidatos ha sido capaz de exponer un programa de prioridades para el caso que ganaran la elección. En cierto modo todos apelan cuando son preguntados a decir “abracadabra”.

Orlando Ferreres, días pasados en LA NACION, nos alertaba sobre esta dosis de optimismo o ilusionismo diciendo: “…Sin embargo, no todo debería ser optimismo sobre el futuro dado que la herencia recibida no será fácil de manejar por el gran tamaño de los desvíos; un desorden que muchos aún hoy niegan, aunque los datos fríos así lo indican” y así mostraba que entre 2013 y 2014  los empleados públicos crecieron en un 79%, el número de

jubilados en un 106%, el gasto público en un 647%, el tipo de cambio real tomando como base el año 2007 cayó un 54% y si bien la pobreza disminuyó hoy ronda el 27% según hizo saber la UCA. A ello debemos agregar las distorsiones tarifarias.  Pues bien, no es sencilla la situación que deberá enfrentar el nuevo gobierno y nos parece que el “abracadabra” no será suficiente.

Como vemos, puede ser que queden algunos “cómodos”, (Cristóbal LOPEZ/LAZARO BAEZ/el grupo ELECTROINGENIERÍA), pero nos quedará una ARGENTINA muy incómoda para “todas y todos”.

En algún aspecto creo que estamos peor que en 2001/2002, porque en aquella época sabíamos, mal o bien, que la cosa no daba para más,  la convertibilidad era insostenible, muchas privatizaciones fracasaban por falta de control y por impericia en su programación, sabíamos que el volumen de deuda era importante, el entorno internacional no nos era tan favorable como lo fue años más tarde durante casi todo el gobierno “k”, como vemos en esta brevísima síntesis, sabíamos que las “cosas estaban mal”, pero también sabíamos que existía “capital ocioso” del que hoy se carece.

El relato “k” nos está queriendo  hacer creer que  la “herencia” que se recibirá el 10 de diciembre de 2015 es virtuosa y sustentable en el tiempo y como hemos visto es un lastre que exigirá prudencia e idoneidad suprema en el próximo gobierno y paciencia y resignación en la gente para reordenar este piélago de calamidades y regulaciones absurdas que imperan hoy día y que funcionan como un fatal impedimento para el desarrollo. Cuanto tiempo demandará desmontar y reordenar este sistema de DJAI, DJAS, CEPO, ROES, SUBSIDIOS y de monstruos como AEROLÍNEAS ARGENTINAS, ENARSA, o de empresas virtualmente estatizadas como las de distribución de energía virtualmente quebradas, como se pagará a los ocho millones de jubilados, cuando los fondos del ANSES se destinaron para financiar precisamente el gasto improductivo, ¿cómo se domará la inflación?, ¿Cómo se resolverá la deuda existente con los propios argentinos? Tengamos en cuenta que la deuda del estado con el BANCO CENTRAL o el propia ANSES parece impagable, no es la única, nos queda pese a Randazo, la deuda ferroviaria, (que inauguró servicios ferroviarios que como gran cosa, circulan a unos 30/35 Km por hora y con esos ¿méritos? pretende ser futuro presidente), la deuda vial, la deuda energética, la deuda social con un alto índice de pobreza y marginalidad  y lo más grave esta grieta que nos divide cuya profundidad aun desconocemos.

Si el FPV logra en la próxima elección un buen resultado en la Provincia de Buenos Aires, recordamos que tanto gobernador como diputados se eligen por mayoría, será una voz muy potente en el propio congreso que intentará complicar para mantener la fantasía de su relato.

En las peores situaciones siempre algunos tienen beneficios desmesurados, por eso en este entorno de fin de ciclo, el mundo financiero convertido en un gran casino (que no sabemos si también explota Cristóbal López) posibilita obtener ganancias antiestéticas, como me gusta decir, y esto también alimenta el ilusionismo que nos hace creer que el próximo gobierno tendrá todo a favor…cuando como mínimo para empezar a ver la luz, habrá que aguardar como mínimo  dos a tres años y en 2017 hay elecciones de medio término, en esas elecciones recién sabremos si hubo final de ciclo…

Días pasados un empresario extranjero, me decía “A la Argentina habrá que tenerla en  examen durante  dos o tres gobiernos, porque todos sabemos que amagan con tomar el buen sendero pero como el escorpión, en el ADN argentino, siempre se busca volver al fracaso…” y es cierto esa es nuestra historia, creemos que merecemos otro destino mejor, pero poco y nada hacemos por lograrlo.

A kristina le gusta comparar el 2002 con estos años, pero esa crisis nos dejó “capital ocioso”, malgastado y dilapidado en esta “década ganada” como dije antes, esta década nos deja “deudas concretas y muy pesadas” y no solo financieras…