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jueves 19 de mayo de 2005

Pablo Rojo: “Los brasileños van a seguir comprando empresas argentinas en los próximos años”

La reciente venta de Loma Negra a la brasileña Camargo Correa se suma a otras operaciones realizadas en los últimos años que muestran una tendencia de los inversores de Brasil a comprar activos en la Argentina. En esta entrevista, el economista Pablo Rojo analiza el fenómeno y sus razones.

– ¿Por qué tanto interés de los inversores brasileños en la Argentina?

– Hoy, Brasil es, probablemente, el inversor más activo que hay en la Argentina y hemos visto en los dos últimos años que la compra de grandes empresas argentinas por parte de capitales brasileños ha sido muy importante. Empezando por Pérez Companc, adquirida por Petrobrás, y terminando, recientemente, con el caso de Loma Negra, que fue comprada por Camargo Correa, que es una gran cementera y metalúrgica brasileña.

– También tenemos el caso de Acindar.

– Sí, que fue comprada por la Belgo-Mineira, que es una empresa donde coexisten capitales brasileños y también europeos.

– El panorama económico de la Argentina no está completamente despejado hacia el futuro. Con tanta incertidumbre, ¿cuáles son las razones que hacen que empresas extranjeras se decidan a invertir en el país a través de la compra directa de otras compañías?

– Creo que hay tres grandes razones. La primera de ellas es que la Argentina o los activos argentinos nunca estuvieron tan baratos como ahora. En los últimos años, sobre todo a lo largo de la década del 90, el riesgo país en Brasil era un poco más que el riesgo país argentino. Es decir que la tasa de interés en Brasil era más alta que la tasa de interés en la Argentina y eso determinaba que los activos brasileños fueran más baratos que los nuestros. Eso ya no ocurre más. Hoy, el riesgo país argentino es más alto que el de Brasil, por múltiples razones. Y eso determina que un activo en la Argentina es más barato que ese mismo activo en el Brasil. En segundo lugar, después de 15 años de MERCOSUR hay muchos empresarios brasileños que conocen muy bien la Argentina: saben cómo funciona el mercado, cómo son las regulaciones y cómo operan los actores. Por eso, hoy tienen un conocimiento muy profundo que les permite moverse cómodamente. En tercer lugar, en Brasil hay un número significativo de empresas que han alcanzado un tamaño internacional y que entonces están mirando hacia los países limítrofes para encarar su aventura de internacionalización. Y la Argentina es un buen mercado para eso debido a las dos razones que mencioné antes.

– ¿Hay alguna relación con la gran cantidad de inversión extranjera que está concentrando Brasil?

– Ése es otro punto. También está ingresando mucho dinero a Brasil. Si miramos cómo se ha distribuido la inversión extranjera entre la Argentina y Brasil en los últimos tres años, cuando tradicionalmente la inversión en nuestro país era del 40% y del 60% en Brasil, ahora Brasil concentra el 85-90% y en la Argentina es de apenas un 10%. Eso hace que la inversión extranjera que llega a Brasil rebase un poco y se traslade, por vía de inversiones de empresas brasileñas, a la adquisición de empresas argentinas.

– ¿Este fenómeno podría continuar en el futuro?

– Creo que va a continuar en los próximos años porque están jugando factores estructurales.

– Ahora bien, los activos argentinos pueden resultar comparativamente baratos para los brasileños. Pero un activo no es sólo barato por su valor actual sino porque me va a generar ingresos que me permitan pagar ese activo y me den una rentabilidad. ¿Qué es lo que les hace pensar a los brasileños que están haciendo un buen negocio?

– En gran parte, la Argentina está barata o el riesgo está muy alto porque hay una enorme inseguridad con respecto a la inestabilidad regulatoria y jurídica. Pero, visto esto desde Brasil, tal vez esa inestabilidad no es tan importante. Porque ellos vienen, también, de un medio económico donde se han acostumbrado a coexistir sin mayores problemas con ciertos niveles de riesgo en lo jurídico, en lo económico y en lo político. Por lo tanto, la percepción del riesgo que tiene el inversor brasileño que invierte en la Argentina es muy distinta a la percepción que puede tener un europeo o un americano que viene de un medio económico mucho más estable.

– El mercado argentino es muy chico y tenemos 18 millones de pobres. Los empresarios brasileños que invierten aquí, ¿lo hacen pensando en vender en el mercado interno?

– Yo creo que son empresas brasileñas que están iniciando procesos de internacionalización, como se da en todos aquellos países en los que sus grandes empresas empiezan a proyectarse en el mundo. Y las empresas brasileñas para empezar a proyectarse en el mundo piensan en un mercado que conocen muy bien, cuyos riesgos no le parecen excesivos. Muchas de ellas están haciendo las primeras armas en materia de globalización de operaciones.

– ¿Piensa que el empresario argentino no invierte si no le garantizan una reserva de mercado?

– No. He leído muchas teorías sociológicas sobre que a los empresarios argentinos no les gusta el riesgo. Pero yo creo que hay un fenómeno que es de naturaleza demográfica: hay muchas empresas de capital familiar en la Argentina, que se constituyeron en las décadas del 50 y del 60, que fueron épocas de gran crecimiento del país. Y muchos de esos empresarios están llegando, por razones biológicas, a una edad en la cual no pueden seguir haciéndose cargo del negocio. Y no siempre sus hijos están dispuestos o tienen el talento necesario para llevar adelante la empresa. El caso de Loma Negra es, tal vez, el más típico. Amalita no encontró en sus descendientes, probablemente, vocaciones muy fuertes por seguir adelante con el negocio y tomó la decisión de vender la empresa.

– ¿Los inversores brasileños que están comprando en la Argentina tienen un respaldo financiero que les permita afrontar las pérdidas iniciales que pueden tener en sus negocios?

– En realidad, las empresas que están siendo compradas son rentables en este momento y no dan pérdidas. Esto es muy distinto a los fondos de inversión especulativos y más audaces que compran activos que tienen problemas. En cambio, los inversores brasileños compran empresas que están en buena situación: Quilmes, Loma Negra… Y los que compran son inversores estratégicos y conocen el mercado. © www.economiaparatodos.com.ar




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