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jueves 29 de julio de 2004

Pagar la deuda pública es posible: el ejemplo de Canadá

La provincia canadiense de Alberta, rica en hidrocarburos al igual que la argentina Santa Cruz, repagó toda su deuda gracias a las regalías petroleras. Un ejemplo para los políticos locales que, en lugar de ahorrar, siempre inventan nuevas excusas para dilapidar los fondos públicos.

Acostumbrados a que la acción política tiene frecuentemente el alegre color del dispendio, nos encontrarnos -de pronto- con historias como la de la provincia de Alberta, en Canadá, que es sumamente gratificante.

Alberta se ha declarado, formalmente, “libre de toda deuda”. No le debe, entonces, nada a nadie. Lo que sucede por primera vez en todo Canadá, en las últimas cuatro décadas. En rigor, por primera vez desde que la lindísima provincia occidental de British Columbia lo hiciera, a fines de la década de los ’60.

El buen “premier” provincial, que ocupa ese cargo desde hace ya doce años y pretende ser reelecto, Ralph Klein, con un clásico sombrero de cowboy, en medio de los preparativos para la tradicional fiesta vaquera local –la “Stampede” de Calgary– hizo el gran anuncio, seguido de aplausos generalizados, de propios y extraños. Merecidos, ciertamente.

Hace sólo algunos años, la deuda provincial canadiense era de unos 22.700 millones de dólares. Pagarla significará, ahora en más, un ahorro de 1.400 millones de dólares, suma que se destinaba anualmente a pagar el servicio de la deuda.

Cabe prever que se mejorarán los servicios locales de educación y salud y se hará algo de infraestructura pública. La inmensa Alberta siempre necesita, por ejemplo, más caminos. A juzgar por los anuncios, el gobierno local además bajará –moderadamente– su presión tributaria, lo que debe ser también aplaudido. E imitado.

Alberta, como Santa Cruz, es una provincia petrolera. Rica, en consecuencia, por las regalías que dejan los hidrocarburos. Por esto pudo tomar la decisión de “limpiar” su deuda y cumplirla. Dejando de lado, claro está, las mil razones para gastar que siempre inventan los políticos.

La deuda federal total canadiense, recordamos, es de unos 510 mil millones de dólares. A su vez, la provincia que más debe es Ontario, con una deuda propia de 142.400 millones de dólares, seguida de cerca por Québec, cuyo pasivo asciende a 116.400 millones de dólares. Inmediatamente detrás de ambas aparece, con una deuda mucho más chica, British Columbia, con 37 mil millones de dólares, y le siguen las demás, con pasivos sustancialmente menores. Dos provincias están totalmente libres de deuda. Alberta, voluntariamente, como hemos visto, y Yukon, que no tiene facultades legales para endeudarse.

Desde Alberta, un soplo de aire fresco. © www.economiaparatodos.com.ar



Emilio J. Cárdenas es ex Representante Permanente de la República Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).




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