La situación política del Perú es bien difícil y pareciera estar complicándose vertiginosamente. La popularidad del presidente Alejandro Toledo está en abierta caída libre. La razón es una sola, las acusaciones de corrupción no terminan de acumularse demasiado cerca de Toledo. Su propia familia aparece, una y otra vez, envuelta profundamente en ese fango. Peor, cubierta por él.
La sufrida ciudadanía peruana –abiertamente desilusionada, como tantas, con los políticos y sus “principios”– parece desorientada.
Tanto, que una insólita “resurrección” de algunos políticos, a los que se creía, y no sin razones, “muertos”, comienza ahora a materializarse. Así lo sugieren algunas encuestas recientes de intención de voto, que, por sus resultados, no dejan de sorprender a propios y extraños.
En efecto, ahora las preferencias de los peruanos están curiosamente volcándose otra vez en dirección de Alberto Fujimori, quien aún está exiliado en el Japón y sobre quien penden todavía algunos complicados procesos judiciales que tienen que ver con episodios de corrupción o con la responsabilidad por la muerte de algunos civiles. Fujimori, en los últimos sondeos de opinión, encabeza las preferencias del electorado, aunque con un escaso 17% de intención de voto.
Pero la capacidad de asombro, en América Latina, no tiene techo. Porque Alan García (sí, leyó bien, el mismo que, más allá de una gestión francamente horrible, fuera objeto del conocido dicho “setentista”: “Ay Patria mía, dame un Presidente como Alan García”) tiene por su parte un 14% de intención de voto. Que sugiere que su esfuerzo por tratar de recuperar popularidad, que estaba más alta, no consigue despegar.
Entre ambos ex presidentes –cuyas gestiones no fueron ciertamente para aplaudir– aparecen otros dos candidatos, bastante más serios, razón por la cual seguramente nunca van a ser electos.
Por una parte, Lourdes Flores, la sólida líder de la alianza conservadora, Unión Nacional, con el 16% de intención de voto, y, por la otra, Valentín Paniagua, el hombre que en su momento hizo posible –en medio de un ambiente de incertidumbre– que la transición de Fujimori a Toledo fuera ordenada y pacífica, con el 14%.
Hasta ahora, nadie parece pedir que Flores y Paniagua unifiquen sus esfuerzos, lo que reuniría un temprano 30% de intención –sensata– de voto. Lo que, sin embargo, no asegura nada. Aunque sí sugiere que no sería fácil para los otros candidatos derrotarlos.
Muchos creemos que la mayoría de los políticos latinoamericanos tienen realmente un nivel de calidad lamentable. Y objetivos que no coinciden con los de la gente. Pero las cifras sugieren que esto a muchos de los votantes quizás no les importa demasiado. El extravío, entonces, comprende a los propios ciudadanos. Y esto es lo grave y quizás la verdadera razón de que, en momentos en que todo el mundo está creciendo, nuestra región siga sumergida en el estancamiento, tremendamente abombada por discursos demagógicos y populistas, como el “bolivariano”. Pese a que Chile siga siendo una isla de cordura, cuando de votar y elegir se trata. Tanto en lo político, como en lo económico. © www.economiaparatodos.com.ar
Emilio Cárdenas es ex Representante Permanente de la Argentina ante las Naciones Unidas. |