Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image
Scroll to top

Top

domingo 7 de febrero de 2016

Plan solidario Adopte un Ñoqui

Plan solidario Adopte un Ñoqui

Ante la preocupación de los «progres» por los ñoquis que ya no cobran más de nuestros impuestos, va mi propuesta

Se sabía que el kirchnerismo dejaba una herencia terrorífica en materia de política económica. Cualquier cosa que hayan encontrado las nuevas autoridades no debería sorprenderlos. Todo era previsible. Había que estar preparado para lo peor porque se sabía que el kirchnerismo estaba trabajando en dejar la peor herencia posible.

Uno de los temas que surge permanentemente es el de los ñoquis en el sector público. Se sabía que desde 2003 a 2015 los empleados a nivel nacional habían pasado de 203.400 a 390.000, un incremento del 92%. Casi el doble de empleados públicos, militantes viviendo de los impuestos que Ud. paga y sin producir nada que Ud. necesite. Lo del kirchnerismo fue la destrucción del estado que debe velar por defender el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de las personas. El kirchnerismo no se ocupó de eso pero sí se encargó de usar el estado como forma de financiar a sus militantes.

Aparecen ahora todos los “progres” sensibles a denunciar despidos y ajuste en el estado por los ñoquis que están dejando de vivir a costa del trabajo de la gente decente. Para esos progres propongo crear el plan Adopte un Ñoqui. Se hace un registro de los benefactores y toma a su cargo un ñoqui para mantenerlo. Por supuesto, podrá deducir de ganancias el costo de mantener a un ñoqui.

Dejando de lado las ironías, lo cierto es que el tema empleo y salarial va a ser un problema en los próximos meses fruto de la herencia k.

Nuevamente, he escuchado a algunos periodistas de esos que se suponen que tienen sensibilidad social, porque el resto somos unos salvajes que queremos ver a la gente muriéndose de hambre por la calle. Esos periodistas dicen que se entiende la herencia recibida de Cristina Fernández, pero que no puede ser que todo el ajuste recaiga sobre los más humildes, en este caso serían los que viven de un salario.

El argumento viene a cuento porque, por un  lado se discute los incrementos de tarifas de los servicios públicos, el impuesto a las ganancias y el incremento de salarios frente a un proceso inflacionario agudo. Dicen algunos periodistas que no puede hacerse todo el ajuste sobre el sector asalariado.

Veamos, tal vez lo que estamos descubriendo es que en realidad la situación extrema a la que llevó el populismo k hace que hoy sea infinanciable ese populismo y deje al descubierto la realidad: la gente no vivían bien en serio. Era un artificio. La realidad es que Argentina tiene tan pocas inversiones que la mayoría de la población es pobre.

Que durante años se hayan mantenido artificialmente bajas las tarifas de los servicios públicos a cambio de destruir la infraestructura del país (energía, transporte público, rutas, etc.) no hizo más rica a la gente. La empobreció pero la anestesió durante un tiempo haciéndole creer que no era magia. Que de la nada podía tener televisores plasma, celulares, comprarse autos, viajar al exterior, en fin, vivir como si tuvieses ingresos del primer mundo. La cruda realidad es que Argentina nunca salió de su decadencia en estos 12 años de kirchnerismo, por el contrario el famoso modelo nos hizo caer en la miseria más absoluta que ahora aflora con toda su fuerza. De manera que, guste o no, los aumentos de salarios reales, que dependen de la productividad de la economía no podrán crecer mientras no haya inversiones. Son las inversiones eficientes las que crean puestos de trabajo y generan mejoras en la productividad de la economía que permiten elevar el nivel de vida de la población.

En mi opinión no es cierto que los aumentos de salarios generen inflación. Se argumenta que si los sindicatos piden aumentos salariales desmedidos, entonces se acelera la inflación. Mi visión es otra. Esos aumentos de salarios solo pueden derivar en más inflación si el Banco Central convalidad con emisión monetaria los aumentos de precios que hagan las empresas por los incrementos salariales.

Dicho de otra manera, si hay disciplina fiscal y monetaria, todo aumento de salarios por encima de la productividad de la economía derivará en una mayar tasa de desocupación y en menor tasa de rentabilidad de las empresas pero no necesariamente en mayor inflación.

Desde mi punto de vista, el punto anterior es muy relevante porque si queremos resolver el problema inflacionario vamos a desviar la atención del problema central que es el fiscal financiado con expansión monetaria y no los aumentos de salarios como suele sostenerse.

Lo que sí creo que es criticable al gobierno en su política económica es que anuncie incrementos de tarifas de servicios públicos pero no anuncie un esquema de incremento del mínimo no imponible, de las deducciones de ganancias y de los ajustes por inflación. No se le puede pedir a la gente que pague la tarifa plena de luz, gas, agua, lo cual está bien, pero sin decirle cuánto le van a reducir la carga impositiva.

Es más, veo la última factura de luz que pagué y el 52% del monto final son impuestos. A saber: IVA, contribución municipal, contribución Provincial, Impuesto Provincia de Buenos Aires Ley 7.290/87, Fondo Provincia de Buenos Aires Ley 9.038, Fondo Provincias de Santa Cruz,  etc. Es decir, una vez más, el problema no es que tengamos que pagar la tarifa de luz plena. Es lo que corresponde. El problema son todos los  impuestos que tenemos que pagar tanto en la boleta de luz, que con la suba de tarifa nos acaban de enchufar un impuestazo porque esos impuestos son un porcentaje del precio de la energía.

Creo que seguimos recargando sobre el sector privado el peso de un estado ineficiente que nos mata con impuestos. Bajen el gasto, reduzcan todos estos impuestos que tiene la boleta de luz más otros impuestos que andan dando vuelta y no habrá mayores problemas para negociar los salarios en marzo.

¿Qué habrá ñoquis que van a quedar desocupados? Obvio, en realidad son desocupados que viven del trabajo ajeno. De eso se trata y en eso tiene que trabajar el nuevo gobierno. Porque aquí no hay magia. El gasto público lo paga el sector privado con menor nivel de vida.