Pocas horas y mucho tiempo
Comenzamos a recorrer las últimas horas previas al inicio de un largo camino que deberá reconstruir nuestras ilusiones y el deseo de vivir mejor, para salir de doce años nefastos, cargados de mentiras y sofismas que nos estallaron en la cara como granadas. Especialmente en los últimos cuatro años en la voz cantante de Cristina Fernández, una mujer acosada por sus demonios interiores.
Lo que parecía ser materialmente casi imposible hasta el 25 de octubre próximo pasado, provino de algo que podría denominarse como “un milagro socialmente lícito en su máxima expresión”.
Una democracia, que andaba vacilante y con muletas, decidió lucir su esplendor espontáneo a través de un estallido de rebelión contra la injusticia, el desorden, la corrupción y la soberbia de un gobierno que traspasó todos los límites que podían caber en la imaginación más frondosa. La realidad superó así una vez más a la ficción.
Cada uno de nosotros vive habitualmente sometido a las urgencias de lo cotidiano, a la ínfima batalla por sobrevivir, agobiados por las preocupaciones de la familia, el trabajo y nuestros negocios, tratando de construir los pequeños placeres de cada día. Todos estos años, hemos sentido al hacerlo el asalto de preguntas acerca de lo infinito o de una justicia que no llegaba, Y NOS PREGUNTÁBAMOS ALARMADOS QUÉ SERÍA DE NOSOTROS.
Esa pregunta tuvo finalmente una respuesta interior: SENTIR QUE NO QUERÍAMOS LO QUE NOS DABAN COMO LIMOSNA Y ACTUAR EN CONSECUENCIA.
El filósofo polaco Leszek Kolakowski sostenía que resulta imposible vivir bajo una tenaza que nos mecanice y nos quite la posibilidad de abrir nuevos horizontes, quedando indefensos por los gritos desaforados de quienes nos acusan de ser “estériles” por resistirnos a una eventual nueva luz ideológica. En nuestro caso, la que venía a traernos una pareja mesiánica que se sintió con el derecho de atropellar nuestra libertad hasta indicarnos con su soberbia infinita cuáles eran las cosas a las que podíamos aspirar y qué otras nos estaban totalmente vedadas.
Como en los tiempos de la caída del Muro de Berlín, tronó finalmente la respuesta de una sociedad que decidió defenderse de una nueva “religión cívica” como hubiera sostenido Platón. Un dogma que nos fue impuesto por verdaderos profesionales de la manipulación.
Porque esto es lo que han sido los Kirchner y sus seguidores, para dejarnos finalmente en taparrabos y a la intemperie. Por lo que la próxima compulsa no se trata simplemente de una elección entre Macri y Scioli, SINO ENTRE LIBERTAD Y ESCLAVITUD.
¿Mucho tiempo hemos dicho al inicio?
Pues sí, es lo que necesitaremos. Conjuntamente con grandes dosis de paciencia y resignación para aceptar la realidad que dejará el gobierno cuando abandone el poder. No serán solamente los miles nombramientos de “ñoquis” y pequeñas raterías de funcionarios salientes, sino todo lo que hoy no se ve y está debajo de una alfombra tendida por una legión de fanáticos que procurarán entorpecer cualquier reconstrucción.
Al mismo tiempo, veremos seguramente un peronismo azorado, vacilante, sin conducción, aferrado a viejos símbolos que requerirán de una nueva destreza empírica de su parte para ser aceptado, mientras aparecerá a la vista de TODOS un desfile de “suciedades” provenientes del gobierno de una mujer que intentó montar un escenario de gloria infinita y terminó tropezando con ella misma: Cristina Fernández.
Si conseguimos confirmar el próximo 22 la bofetada del pasado 25 de octubre, tendremos que reconstruir primeramente la identidad gentil que nos caracterizó durante décadas y que perdimos a manos de la violencia impuesta por quienes buscaron enemigos hasta en la sopa, para justificar su “cruzada al revés”. Amigarnos y respetarnos nuevamente. Dialogar y dar por cierto que nadie es dueño de la verdad absoluta.
El daño que nos han causado los Kirchner es monumental. Quienes carecen de recursos e instrucción, todavía no lo perciben con claridad. Para ellos el golpe será aún más grande cuando comiencen a sentir en carne propia el hundimiento de una economía que preanuncia muchas privaciones en los primeros tiempos, debido a la impericia y el cinismo DE QUIENES ASUMIERON EL PODER PARA ENRIQUECERSE ESCANDALOSAMENTE.
Estamos convencidos que cuando las investigaciones que se ordenen judicialmente esclarezcan las características de estos años de corrupción y ocultamientos “al detalle”, no existirá agujero donde puedan esconderse los partidarios de un matrimonio psicológicamente enfermo que se valió de una y mil estratagemas para llenarse los bolsillos e invitar a sus amigos a hacer lo propio.
Habrá que arremangarse pues, para demostrarnos a nosotros mismos que “SÍ SE PUEDE”.
carlosberro24@gmail.com