Promediando la cosecha local, el mundo empieza a jugar otro partido
Llegamos al mes de mayo, con pocos cambios en cuanto a cuestiones fundamentales, pero con un futuro marcado por la incertidumbre del mercado climático en el hemisferio norte, para los granos más importantes
Durante los días feriados en nuestro país, en CBOT hubo subas en soja y bajas en maíz y trigo, aunque de escaso impacto en los primeros dos, ya que el poroto subió 2.5u$s/tn, mientras que el trigo bajó 3.5u$s/tn. El caso del maíz fue el que presentó mayor variación, ya que cayó en 7u$s/tn.
La soja, a nivel mundial, sigue bajo los efectos de los mismos factores que hace semanas la tocan: escases en EE.UU. y el manejo que China realiza sobre sus compras, a lo que, de a poco, se suma el comienzo de la siembra el hemisferio norte. Poco ha cambiado en cuanto a los primeros puntos, ya que EE.UU. sigue teniendo stocks muy bajos, debajo de los 4M de toneladas y tiene que importar mercadería para asegurarse el abastecimiento de su cadena productiva, dado que las cancelaciones de ventas no se materializan. No solo Brasil le vende soja, también lo hace su vecino Canadá y desde nuestras tierras pueden llegarle embarques de harina. China sigue haciendo su juego y reprograma embarques como considera necesario, según los márgenes de industrialización le arrojen resultados favorables o no. Lo particular para esta campaña, es que los cambios los realiza sobre las compras a América del Sur, poniendo los precios pagados por nuestra soja en la cuerda floja. Ambos temas parecen ya puestos en las cotizaciones internacionales. Lo que queda por delante, es la siembra en el norte, con todo el mercado climático aparejado, etapa que recién comienza para la oleaginosa y no trae todavía problemas.
Mientras tanto, en nuestras latitudes, la cosecha de soja avanza. Hasta el jueves, según el PAS de la BCBA, la cosecha alcanzaba el 56.7% del área por cosechar, un 9.5% por detrás del año pasado, con rindes promedio de 31.3qq/ha, dejando un total obtenido de 34.7M de toneladas. En lo que a precios respecta, los precios se han mantenido en la zona de 2500$/tn, mientras que la etapa de recolección comienza a hacerse sentir. Los compradores aprovechan para comprar con algunos descuentos, reservándose parte de la capacidad de pago. Nada nuevo para el mes de mayo. Esto se hace más aparente al observarse el pase entre los meses mayo y julio, el cual alcanzó de a ratos los 9u$s/tn, ya que los precios pagados al alejarnos de cosecha no tienen esa quita. Para quienes puedan esperar unos meses pueden tener algún beneficio al hacerlo, mientras que quienes tengan la necesidad de vender, puede ser una buena idea comprar un Call en la posición noviembre, el Call 332 con 7u$s es una interesante posibilidad, cuyo resultado se mantiene dolarizado hasta el vencimiento, y además se mantiene abierto durante el mercado climático del hemisferio norte.
El maíz en el plano mundial está entrando en una etapa clave, habitualmente marcada por la volatilidad. Han comenzado los trabajos de siembra en EE.UU., quien es el primer productor mundial, agente clave en la formación del precio global del forrajero. Hasta el 27 de abril, la siembra alcanzaba el 19% del área proyectada, cuando habitualmente ronda el 28% para estas fechas. Sin embargo, el peso relativo de los temores por el lento ritmo de siembra es escaso, ya que el farmer estadounidense ha demostrado años anteriores que necesita de algo más que una semana para cubrir el total del área proyectada. Justamente, durante nuestros feriados, las cotizaciones del maíz cayeron porque el clima había brindado buenas condiciones para las labores y se esperaba un importante avance. El dato oficial se conocerá recién el lunes, con el reporte de avance de siembra. Habiendo aclarado esto, las cotizaciones están lejos de ver la volatilidad caer, ya que todavía nos queda todo el desarrollo del cultivo por delante.
En el caso local se vive otra situación. Hemos pasado ya la fecha de recolección primaria del grano, sin que la cosecha alcance valores relevantes. A la mayor prioridad habitualmente recibida por la soja este año se le suma la mayor área sembrada con maíces tardíos. Esto lleva a que se hayan levantado 6.2M de toneladas, en 0.84M de has, dejando un rinde promedio de 74qq/ha, según el PAS. Claramente, el maíz ha perdido relevancia a la hora de fondear al productor y queda desplazado al momento de asignar recursos para las labores. Este escenario trajo consigo algún beneficio a quien ya haya recolectado maíz, ya que llevó a tener un inverso de 20u$s/tn en fines del mes pasado, entre las posiciones de cosecha temprana y tardía. El maíz disponible sigue reportando beneficios por sobre la posición julio, cotizando unos 12u$s más, lo que puede resultar atractivo para quienes necesiten ventas y dispongan de mercadería.
¿Y qué pasa con el trigo? El mundo mira con cautela la situación en el hemisferio norte. La producción invernal de EE.UU. muestra señas de deterioro y el clima no parece brindar alivio. Instituciones de dicho país están recorriendo los campos y las observaciones hablan de las peores condiciones desde el 2001 en estados clave, como el caso de Kansas. Por si fuera poco, la situación en Ucrania también le pone condimento al precio del cereal. Pero, ¿cuán relevante resulta esto para el productor argentino? De momento pareciera que poco.
Recientemente conocimos el anuncio de que se permitirían exportaciones por 500.000 toneladas más del cereal, alcanzando con esto 1.5M de toneladas de ROEs hasta el momento. Lo cierto es que estos permisos ya están otorgados desde la campaña previa, cuando los exportadores pagaron ROEs por adelantado para luego no poder realizar la operación. Los precios de la actual campaña reflejaron el nulo efecto de la noticia y, no solo que no subieron, sino que bajaron levemente. Quienes aún tengan trigo por vender, deberían evaluar las condiciones de recibo y pago de los molinos, donde podrían tener algún beneficio, sobre todo según la distancia al lugar de entrega. ¿Impacta en algo la situación tirante en Europa del Este? Con un mercado cerrado al mundo, pareciera muy difícil que lo haga. El cereal, claramente, juega un partido aparte.
Respecto a la nueva campaña de trigo, el escenario resulta algo distinto. El interés por la siembra parece mostrar un leve resurgimiento, con estimación que varían entre 10% y 20% más de área que el año pasado. Las primeras cifras arrojadas hablan de 4.1M de has. Ya sea porque las condiciones agronómicas resultan más favorables o cuestiones de índole económica, el productor parece más dispuesto a sembrar. Si estaremos frente a una campaña con mayor saldo exportable y potencial aumento de las influencias internacionales en el precio es todavía difícil de definir, pero aquellos que quieran ir reduciendo riesgo pueden apuntar a dos estrategias de precio que resultan flexibles: los más alcistas, pueden comprar el Put 190 a 5u$s, poniendo un piso de 185u$s y captando cualquier suba, mientras que quienes estén más interesados en los precios actuales en torno a los 200u$s, pueden vender el futuro 01/2015 a 202u$s y armar un Call Spread 210/230 con 7,5u$s, asegurando un piso en torno a 195u$s y captando buena parte de las subas potencias. Cabe destacar que el beneficio fundamental de ambas estrategias radica en que el vendedor no queda atado a la entrega de mercadería por las ventas, para evitar los malos tragos de las campañas pasadas.
Fuente: Centro de Gestión Agropecuaria – Fundación Libertad