Publicidad de los super y propaganda oficial
Prohibición a los super de publicar publicidad en los diarios nacionales. . Si la medida es tan buena, ¿por qué la presidente no ordena una inmediata reducción de los gastos en propaganda política de su gobierno?
Una semana atrás, a propósito de la ilegal medida de Moreno de amenazar a los supermercados y cadenas de electrodomésticos para que no hagan publicidad en los diarios de alcance nacional, una medida que más que sentido económico tiene un claro objetivo de ahogar la prensa independiente, una especie de censura disfrazada de medida económica en beneficio del pueblo, Cristina Fernández cito una entrevista al empresario supermercadista Alfredo Coto en la que aseguraba que la empresa había bajado los gastos en publicidad y había logrado mejorar la rentabilidad respecto del mismo mes del año pasado.
En rigor, se sabe que una parte importante del empresariado argentino suelen formular declaraciones para quedar bien con el gobierno de turno, lo cual pone un manto de duda sobre las afirmaciones mencionadas del citado empresario.
Pero si tan inteligentes son en el gobierno para ordenar las cuentas de los supermercados, cabe preguntarse porque el gobierno no hace lo mismo para poner en orden sus descontroladas cuentas fiscales.
Basta ver los aburridos partidos de Fútbol para Todos para advertir la catarata de publicidad oficial que no hace otra cosa que cantar loas a la acción del gobierno.
El mismo Canal 7 es un canal que está al servicio de la propaganda oficial y nos cuesta millones de pesos a los argentinos. Los privilegiados panelistas de 6,7 y 8 parecen ser muy progresista en su discurso, pero embolsan suculentos honorarios para contarnos que el gobierno kirchnerista es lo mejor que nos ha pasado en la Argentina en los últimos 200 años.
Son cientos de millones de pesos de propaganda oficial que no informan sobre vencimientos de impuestos o algún otro dato que deba conocer el ciudadano, sino que se dilapidan en mostrar infinidad de obras públicas realizadas por el gobierno nacional, obras de dudosa concreción, cuando sus inauguraciones no son anunciadas dos o tres veces.
En definitiva, con la excusa de beneficiar a los consumidores, Cristina Fernández avaló una medida autoritaria de su secretario Moreno, que raya en lo delictivo para ahogar a los diarios independientes del gobierno. Si la medida es tan buena, ¿por qué la presidente no ordena una inmediata reducción de los gastos en propaganda política a favor de su gobierno y le anula a los panelistas de 6,7 y 8 más toda la producción del programa, sus honorarios y que, ya que son tan progresistas y distribucionistas, trabajen gratis por hablar loas del fabuloso modelo?
Ahí se podría ahorrar mucho dinero que reduciría el gasto público, disminuiría el déficit fiscal y la consecuente emisión monetaria que no es otra cosa que aplicar el injusto impuesto inflacionario.
En síntesis, Cristina Fernández podría empezar dando el ejemplo de la genial medida de Moreno y eliminar los gastos de propaganda de su gobierno. ¿O es que lo que corre para la publicidad en los diarios no oficialistas no corre para el gobierno? ¿Por qué es bueno recortar gastos de publicidad en los diarios y no es bueno bajar el gasto público en propaganda oficialista?
Me queda una sola duda: los panelistas de 6,7 y 8, ¿estarían dispuestos a hacer gratis propaganda política a favor del gobierno o solo están dispuestos a seguir “trabajando” a costa del contribuyente?