¡Qué alegría empiezan las clases!
No… no es un blog hablando de huelgas docentes. Esta vez no.
Hace tiempo me preocupa la actitud equivocada que le transmitimos a los chicos que van a la escuela. Los adultos damos por sentado que ir a la escuela debe ser odioso. ¿Quién no ha dicho o escuchado decir :“lo mejor de la escuela es el recreo” o “se te acaba la buena vida empiezan las clases” o “no te preocupes el año pasa volando y estas de vuelta en vacaciones”?
Bueno, es que debería ser justamente al revés. Aprender es lindo. Crecer llena de satisfacciones. Y eso es lo que pasa en la escuela, eso es lo que le pasa a los chicos en la escuela. Todos podemos recordar sin duda la satisfacción que nos ha causado dominar algún arte o técnica que alguien nos enseño. Sea a manejar un auto, a usar el celular, a usar un soft en particular, quizás una herramienta, algunos quizás recuerdan cuando aprendieron a andar en bicicleta o a nadar, o tantas otras cosas.
Cuando uno aprende algo, o encuentra la respuesta a una pregunta que se hacía siente satisfacción. Los docentes estamos acostumbrados, y muchas veces es nuestra mejor paga, a ver un brillo en los ojos de nuestros alumnos, una sonrisa casi imperceptible cada vez que se dan cuenta que han aprendido algo nuevo. Esa sensación es de felicidad profunda. Por momentos es una alegría que desborda y en especial los más chicos corren a mostrar a padres, abuelos y amigos lo que han aprendido sea a escribir su nombre como una pirueta nueva en la patineta. Con el tiempo, la suma de estas situaciones va formando un carácter seguro de si mismo, puede aprender, puede entender puede ir hacia dónde se proponga.
¿Alguno se acuerda que difícil era el mundo sin saber leer? Miren a su alrededor todo lleno de letras y palabras. Las leemos sin darnos cuenta. Los chicos notan a cada segundo que no las entienden. Están en todos lados, hasta en los botones de los celulares, las tablets, y las pc que creemos que ellos manejan. ¿Cómo no amar a quién te enseña a desentrañar este milenario código? ¡¡Por mucho menos los héroes de los dibujitos arman amistades irrompibles!!
Es en la escuela dónde los chicos también van creciendo en responsabilidades. Pasan de las comunicaciones 100% escritas entre maestras y padres a asumir pequeñas responsabilidades: “decile a la maestra”, “decile a tu mamá”. Mientras que antes la mochila la hacía mamá en algún momento va pasando a ser responsabilidad de cada uno. Y aunque no lo notemos, quién arma su mochila y su cartuchera con las cosas que ha elegido se siente orgulloso de entrar al aula con su propio “dream team”, incluso si para algunos de nosotros los adultos hay un par de seres colados (hoy se llaman Ben 10, Dragon Ball Z, ayer fueron Meteoro y Frutillitas).
¿Cómo puede ser que alguien vaya a desgano a un lugar que le va a dar satisfacciones permanentes y que le va a dar bienes que le serán útiles para el resto de la vida ?
Y esto no es solo para los chicos en edad de primaria. En secundaria la historia debería ser parecida, cada materia abre un universo de posibilidades y de explicaciones a interrogantes que seguramente los chicos se han hecho. Cómo funcionan las cosas, de dónde venimos, adonde vamos. Encontrar respuestas a estos desafíos, conectarse con las grandes mentes y los mejores artistas de todos los tiempos no puede ser más que una experiencia apasionante para cada alumno del secundario. Y esto es solo una parte de la riqueza de la experiencia escolar.
Adrede no agrego el componente social. Lamentablemente es el único argumento positivo que suele escucharse, “te vas a encontrar con tus amigos”. No digo que no sume, pero me parece menor ante todo lo otro.
Es verdad, hay que llegar a horario, hay que estudiar, que no es más que leer obligatoriamente cosas que pueden ser interesantes, y a veces hay que hacer repeticiones tediosas. ¿Quién no se pego un porrazo aprendiendo a andar en bici, o trago algo de agua aprendiendo a nadar, o se quedo sin aliento en un entrenamiento? Molestias muy menores ante el placer de pedalear por el mundo, de nadar en el mar o de competir en serio en un deporte.
Muchos dirán que si, pero…. La realidad es distinta, muchos docentes son un plomo, cuesta levantarse, y un larga cantidad de etc. Seguro hace falta esfuerzo, y estamos muy lejos del ideal, pero empecemos por cambiar nuestras expectativas.
La escuela no es aburrida, y esta bueno aprender.
Estemos atentos a no transmitir lo contrario.
Fuente: ludovico.com.ar