Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image
Scroll to top

Top

martes 11 de febrero de 2014

¿Qué es la globalización?

¿Qué es la globalización?
Se escucha decir por doquier que vivimos en un mundo «globalizado», pero ¿qué se quiere expresar exactamente con esto? ¿Cómo se define y que alcances tiene el término «globalización»?
Los autores no se han puesto totalmente de acuerdo al respecto, posicionándose desde diferentes puntos de vista sobre el particular. Trataremos a continuación de examinar algunas de las posturas que nos parecen las más interesantes.
«Lo que actualmente llamamos “globalización” es un fenómeno producido por la mayor movilidad de los recursos como resultado de los avances tecnológicos y la remoción de las barreras regulatorias que reducían esa movilidad. La globalización somete a los países a la competencia, y éstos compiten ofreciendo “marcos institucionales” para atraer los recursos cuya movilidad ha acelerado la globalización. Tanto sea para atraer recursos externos como para retener a los propios. Los países que pueden ofrecer esas condiciones reciben recursos, los que no, los expulsan (personas, capitales, ideas, innovaciones, tecnologías).»[1]
 Para este autor, la globalización es consecuencia entonces de dos factores: 1) avances tecnológicos y 2) remoción de barreras regulatorias, y el término puede sintetizarse como una «mayor movilidad de recursos». La primera condición es privada y la segunda es estatal. En realidad, la mayor movilidad de los recursos no depende tanto del primer factor como del segundo o, podemos decir que, enteramente de este último. Por supuesto que dichos avances tecnológicos no han llegado a todas partes del mundo, y que mucho tiene que ver con esto último que tampoco ha sido constante ni total «la remoción de las barreras regulatorias que reducían esa movilidad». Por otra parte, no podemos dejar de señalar que el mantenimiento de tales barreras (aunque sea en forma parcial) impide -en no pocas ocasiones- la difusión de aquellos avances tecnológicos. No obstante, el proteccionismo (antiglobalización) también procura retener recursos.
Otros, ven en la globalización «una extensión de la economía de mercado clásica»:
«Si, como lo sostengo, la globalización es una extensión de la economía de mercado clásica, con su especialización y competencia, entonces los países deben contar con instituciones básicas de mercado para estar en condiciones de participar completamente. Y, por lo tanto, la gente necesita mayor libertad y liberalización, no menos.»[2]
Este es un criterio bastante coincidente con el de la primer cita, especialmente en cuanto hace hincapié en la necesidad de instituciones (lo que el Dr. Krause designa –en un sentido algo más amplio- como “marcos institucionales”).
El profesor Alberto Benegas Lynch (h), con la agudeza que siempre lo caracteriza, ensaya una noción parecida:
«dirijamos la atención hacia la tan cacareada globalización. Por este concepto se entiende convertir en realidad la metáfora de “la aldea global” a través de la eliminación de obstáculos por parte de los gobiernos para el tráfico de bienes y servicios y, asimismo, para los movimientos migratorios. Si esta es la definición, la humanidad estaba más globalizada durante el período que va desde el Congreso de Viena hasta la Primera Guerra Mundial. En esa época los aranceles eran mínimos, no existía tal cosa como pasaportes y no se producían las manifestaciones xenófobas y racistas que hoy se observan a raíz del movimiento de personas a través de las fronteras.» [3]
La globalización, en efecto, no es un fenómeno nuevo, e indubitablemente, en términos relativos hoy existe en menor medida en que aquella época. Y si enfocamos nuestra atención en lo que va del siglo XXI en países como Argentina, Venezuela, Ecuador y Bolivia, con sus «políticas» populistas proteccionistas, podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que estos países se han alejado a pasos acelerados de cualquier clase de globalización (en el sentido en que manejan el término los autores examinados hasta el presente).
«Hoy la parte de globalización que existe es a pesar de los gobiernos y no debida a resoluciones gubernamentales, especialmente esta globalización parcial tiene lugar a raíz de la revolución en curso en el área de las telecomunicaciones. Se observan fusiones y adquisiciones debido a la tendencia natural a consolidar posiciones, sacando partida de la economía de escala y evitando la duplicación de actividades. Si nos despertáramos una mañana en un pueblo en el que la gente súbitamente percibe que hay ocho farmacias en la cuadra, habrá una tendencia a unificar posiciones para evitar que se sobrepongan actividades. Esto es lo que ocurre en “la aldea global” en la medida de la globalización. Y no debemos confundir la concentración de capital con la cantidad de administradores, ya cuando en realidad se produce gran dispersión patrimonial a través de un creciente número de accionistas, especialmente cuando los mercados de capitales son abiertos.»[4]
En suma, -y conforme lo que venimos analizando en los autores citados- la globalización es un fenómeno altamente deseable, pero al que se llega a pesar de los gobiernos y no por causa ni -mucho menos- deseo de estos. Los gobiernos se «globalizan» únicamente cuando ya no les queda más alternativa, caso contrario han siempre preferido el proteccionismo al libre comercio («globalización», a nuestro modo de ver, no sería más que un neologismo utilizado para reemplazar el tradicional de «libre comercio» o librecambio que nosotros preferimos por ser este último mucho más claro y mas explicativo que el de «globalización». Ciertamente -como apuntaba el Dr. Krause en la primera cita- «La globalización somete a los países a la competencia» y es esta competencia precisamente lo que a los países les desagrada. Y sólo en caso de que no les quede otra opción comienzan a abrir sus fronteras. No es la situación, como registramos anteriormente, de los nefastos populismos latinoamericanos del siglo XXI: de Argentina con los Kirchner, Ecuador con Correa, Bolivia con Morales y el comunismo castrochavista venezolano, gobiernos claramente antiglobalizadores, proteccionistas y retrógrados.


[1] Martín Krause. Índice de Calidad Institucional 2012, pág. 9
[2] Johan Norberg. «La Globalización y los Pobres»-Fundación Friedrich Naumann (FFN)-Oficina Regional América Latina-pág. 16
[3] «Economía y globalización». Conferencia pronunciada para los socios del Círculo de Armas, Buenos Aires, agosto 16 de 2000. Pág. 3-4.
[4] Alberto Benegas Lynch (h), «Economía….» op. cit. pag. 4
Fuente: www.accionhumana.com