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martes 24 de marzo de 2015

Que hay que dejar y cambiar del legado ‘k’

Que hay que dejar y cambiar del legado ‘k’

Nuestras utopías deben ser posibles y para eso debemos saber pensar

«La plataforma electoral es muy sana y ayuda a la gente ver lo que piensa cada uno», dijo el Papa. Y citó -sin identificarlos- casos de candidatos de años anteriores que al exponer sus ideas disentían con la plataforma de su propio partido.”La Nación 22/3/15  “El Papa y la transición: la Iglesia ya imagina el escenario poskirchnerista”  Mariano De Vedia

Si bien varios amigos me criticaron feo por una nota anterior que titulé “El síndrome de la “encuestitis”, debo aclarar que las encuestas son útiles para saber cómo piensa la sociedad, lo que no quiere decir que piense bien y que los políticos deban rendirse a esa realidad.

Comparando encuestas se advierte que hay un porcentaje importante que pensaría o piensa que el próximo gobierno debe mantener lo bueno del legado “k” y cambiar lo malo.

La pregunta obvia es “¿Qué es lo bueno y que es lo malo?”, para los que así creen o dicen creer.

Parece que lo bueno sería mantener el nivel actual del “gasto público” y lo que debería corregirse es la presión fiscal, los diferentes “cepos” y otros temas que tienen que ver con la “inflación” y la “seguridad”.

Como se advierte este verdadero oxímoron es indescifrable ya que los objetivos  son opuestos.

Esa pretensión que para simplificar llamaría “lo bueno y lo malo”, se traduciría en servicios públicos totalmente subsidiados pero de excelente calidad, lo que incluye el mejoramiento de la pésima infraestructura actual, el mantenimiento de los beneficios sociales sin verificar su destino y las reales necesidades de la gente, conservar el estatismo actual y el nivel del empleo público.

Es grave que se confunda la “asistencia social” con el “ismo” del “asistencialismo”, o el empleo público como signo de productividad.

Esta pretensión la podría resumir en “todos los beneficios, pero sin costo y sin escasez” algo verdaderamente imposible de lograr.

Esa parecería ser la mentalidad mayoritaria del argentino medio y con esa mentalidad se encontrará el próximo gobierno.

Dicho en otras palabras la gente exigirá que el próximo gobierno posea armas mágicas y en cuanto la “magia” fracase el legado “k” será inapelablemente devastador y perverso.

No quiero usar la palabra “crítico del gobierno” porque los “k” carecen de ese atributo del hombre que es el ejercicio de la “crítica” , reconocerle capacidad crítica al “kirchnerismo” seria reconocerles una virtud de la que orgullosamente se jactan de carecer.

La crítica se opone a la descalificación y al insulto, exabruptos de los que Aníbal Fernández es un verdadero orfebre como lo demostró recientemente al referirse al ex fiscal  Natalio Alberto Nisman.

Estimo que esta es la real utilidad de las encuestas, mostrar una realidad.

Esa realidad de “lo bueno y lo malo” es demostrativa de la falla esencial del sistema educativo que empieza mal en la edad de pre escolaridad,  se agrava en los ciclos primarios y secundarios y culmina peor en la Universidad que ha perdido la  misión esencial de crear generaciones que estén a la altura de los tiempos como escribió ortega y Gasset.

El sistema educativo es la causa del fracaso total y absoluto de nuestras generaciones en los últimos setenta  a cien años, fracaso cultural, que comprende no solo un fracaso intelectual sino también un fracaso de la decencia y del respeto a ciertos valores que hacen a la dignidad del ser humano.

El Papa Francisco dijo que la “corrupción apesta”, quizás tuvo presente  también a la “korrupción” refiriéndose a la “deshonestidad” que llamaría  económica y delictual, tales como el cohecho y la exacción que han sido asimilados a nuestros “usos y costumbres”; pero también aunque implícitamente, creo que se refería a la “corrupción cultural” como es la tolerancia y la simpatía por el “populismo” y esas corrientes  llamadas “progresistas” que no pasan de ser un  snobismo o caricatura cultural de la virtud de la caridad.

«Se llama corrupción y todos nosotros tenemos la posibilidad de ser corruptos, ninguno de nosotros puede decir «yo nunca seré corrupto». ¡No! Es una tentación, es caer hacia los negocios fáciles, hacia la delincuencia, hacia la explotación de las personas», dijo Francisco y precisamente solo la “cultura” es el freno real de la corrupción.

Hasta ahora no sabemos qué piensan del sistema educativo y como mejorarlo cualitativamente ninguno de los postulantes para la presidencia de la nación.

Antes de enseñar idiomas y computación debemos saber que es la educación, cuál es su finalidad y como debe ser cultivada la inteligencia del ser humano, lo que obviamente no quiere decir condicionada.

En mi opinión fallamos en el  “pensar” y quizás ese sea el objetivo esencial de la educación porque si supiéramos pensar no buscaríamos objetivos opuestos o imposibles de realizar.

Nuestras utopías deben ser posibles y para eso debemos saber pensar.