¿Qué porvenir nos espera?
Los tres principales candidatos a presidentes: Mauricio Macri, Sergio Massa y Daniel Scioli rehuyen hablar claro y resisten definirse en aspectos claves que preocupan a quienes tienen responsabilidades de gestión en empresas privadas. Piensan que si lo hacen, van a perder votos.
CURSILERÍA DEL PENSAMIENTO.
Quizás tengan razón. Porque, de un tiempo a esta parte, un número significativo de referentes -políticos, sindicales, empresarios y hasta dignatarios religiosos- comparten ideas que normalmente hubiesen merecido el calificativo de absurdas, evidenciando un serio extravío del pensamiento.
Es posible que las convicciones de esos referentes se hayan deteriorado tanto como para subordinarse a lo que consideran “políticamente correcto”, que casi siempre es un galimatías típico de personas sin carácter, condicionadas por “el qué dirán” y que se dejan arrastrar por la corriente.
Tales referentes quizás nunca leyeron ni entendieron aquella frase genial de Gilbert K. Chesterton: “Debo confesar que nadar contracorriente, desdeñando el cómodo lugar que se me brindaba en las orillas, no lo hice tanto por una heroica voluntad de sacrificio, como por una gozosa vocación polemista y partisana. Pues para sentirme vivo necesito tanto del aire que respiro como desafiar el curso de la corriente. Sólo quien nada a contracorriente tiene la certeza de estar vivo.”.
TEMAS PREOCUPANTES.
Sin embargo, los tres candidatos presidenciales debieran distinguirse nítidamente de esos individuos promocionados como “famosos”, “ricos” y “miembros de la farándula” ya que estos personajes suelen estar contaminados por su propia arrogancia y exhiben un deplorable grado de confusión de ideas, como consecuencia de su avidez por el dinero y la fama, que intentan justificar con posturas irracionales.
Las cuestiones que nuestros tres candidatos: Macri, Massa y Scioli, debieran responder se condensan en pocas preguntas. 1° ¿Cuál es la magnitud del desorden fiscal? 2° ¿Hay que hacer un ajuste? 3° ¿Cómo se hace y por dónde se empieza? 4° ¿Van a optar por el gradualismo o el shock?.
DESORDEN FISCAL.
En primer lugar tendrían que exponer su pensamiento acerca del tamaño del desorden fiscal. Decirnos si consideran que un gasto público de $ 2,35 billones es o no desmesurado.
Cómo ven el déficit presupuestario que, con los intereses, alcanzará el 8,2 % del PBI. De qué manera revertirán la pérdida de superávit en el comercio exterior. Qué harán con el exceso de 3,58 millones de empleados públicos cuyo costo anual alcanza $ 900.000 millones. A su entender, cuál es la manera de eliminar los gastos superfluos en Futbol para todos, Tango 01, Flota presidencial, Subsidios a Aerolíneas, operadora Libre.Ar y el obsceno derroche en publicidad y propaganda oficiales. Necesitamos saber cómo acabarán con la brutal expoliación fiscal que, todos los meses, arrebata a cada familia argentina $ 22.104 en impuestos, mientras que el salario de bolsillo del 76 % de las familias es de tan sólo $ 8.800.
CRISIS SOCIAL.
En segundo término, los candidatos tendrían que decirnos qué piensan hacer con la crisis social que el populismo ha desatado sobre los argentinos. La pobreza calculada por la Universidad Católica llega al 30 % de la población total. El 48 % de los alumnos de escuelas primarias y secundarias no terminan sus estudios. El 52 % de los graduados no entiende ni jota lo que leen en textos de alguna complejidad. Cómo solucionarán la salvaje distorsión laboral argentina. Por cada persona que trabaja produciendo bienes o servicios hay 2,5 individuos que cobran sueldos a costa del que produce, mientras que en los países adelantados esa hipoteca social es de tan sólo 1,18 personas.
CAOS MONETARIO.
En tercer y no menos importante lugar, los candidatos debieran explicarnos cómo pondrán fin al caos monetario de un Banco Central que emite billetes a razón del 46,5 % anual provocando una inflación verdadera del 27,2 % por año. Qué harán con las reservas libres que, sin contar yuanes inconvertibles, tan sólo alcanzan a u$s 5.724 millones. De qué manera pueden obturar el costo de las Lebac, emitidas para absorber billetes graciosamente regalados al gobierno, por u$s 9.277 millones anuales. Al mismo tiempo cuáles serían sus criterios para desendeudarnos del pasivo gubernamental por u$s 283.024 millones al tipo de cambio oficial (sin contar las potenciales demandas de jubilados). Qué ideas tienen para incorporar honradamente y sin trampas disfrazadas de lavado de dinero, a los u$S 248.000 millones de dólares-ahorro que los propios argentinos mantienen fuera del circuito económico.
PLAN DE SANEAMIENTO FISCAL.
Por último y en lugar de enfrascarse en la falsa polémica de gradualismo versus shock, habría que saber si sus asesores económicos en la sombra, les han contado que la historia económica mundial presenta una nutrida experiencia de operaciones destinadas a salir de economías intervenidas por el Estado totalitario para ingresar a un sistema normal y civilizado de economía respetuosa de la libre iniciativa privada.
Quienes precisaron de manera clara y terminante los Planes de Saneamiento Fiscal fueron los economistas franceses Jacques Rueff y Louis Armand en un deslumbrante informe denominado: “Sortir l’impasse budgetaire sans augmentar les impôst “.
El plan consiste en disponer, en los primeros días de gobierno, un conjunto de medidas de alto impacto -globales y simultáneas- para eliminar todos los trámites, regulaciones, trabas y obstáculos a la expansión económica.
Luego suprimir la emisión de billetes para financiar al Estado, reduciendo burocracia, gastos e inversiones en obras públicas hasta lograr el equilibrio presupuestario.
Después liberar ampliamente el comercio exterior eliminando restricciones y retenciones a la exportación.
Simultáneamente disponer de un mercado de libre cambios en las Bolsas de Comercio y establecer el sistema de monedas de libre uso para todo tipo de contratos.
Finalmente sancionar por anticipado una sustancial reforma impositiva que contemple la limitación de la presión tributaria del Estado a un porcentaje muy preciso de la renta de las personas y las sociedades para no matar la gallina de los huevos de oro.
DONDE SE APLICÓ
Es nutrida la experiencia mundial de países que salieron de regímenes de planificación central y de intervencionismo estatal en la economía para establecer un sistema de economía respetuosa de la propiedad privada, la iniciativa individual y la sana competencia. Comenzaron por el plan Dodge elaborado en 1949 por el ejército americano comandado por el legendario gral. Mac Arthur para sacar a Japón del régimen feudal estatista y organizar la economía libre mediante los Keiretsu.
Luego fue el famoso milagro alemán de Ludwig Erhard en 1952 saliendo del férreo régimen estatista del IIi Reich a una economía social de mercado.
Después Luigi Einaudi en la Italia de 1955 para reorganizar el país después del fascismo e impedir la amenaza rusa que pretendía extender su influencia desde Austria a Italia.
En 1958 lo reiteró Jacques Rueff, junto con Louis Armand y Antoine Pinay para ayudar al gral. De Gaulle a liquidar el socialismo de la IV República y entrar en la V República actualmente vigente.
En 1973 también lo hizo Laureano Lopez Rodó poniendo fin al sistema nacional-sindicalista del régimen franquista y abrir la economía de España a Europa y el mundo.
En 1990 fue el genial canciller alemán Helmuth Köhl quien logró unificar sin convulsiones y con bienestar para todos la Alemania occidental libre con la totalitaria Alemania de Pankow.
Más recientemente en 2004 , el presidente ruso Wladimir Putin aplicó un Plan de Saneamiento Fiscal liquidando definidamente el resto de socialismo marxista escondido en la Glàsnot y Perestroika de Gorbachov y Boris Yeltsin.
¡Qué otra cosa más que honestidad, inteligencia, buenas intenciones, conocimiento y coraje necesita Argentina para repetir estos grandes ejemplos de la humanidad!