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miércoles 29 de octubre de 2014

¿Queremos un cambio…? O ¿Qué es lo bueno y que es lo malo?

¿Queremos un cambio…? O ¿Qué es lo bueno y que es lo malo?

“El empleo público pasó de 2,2 millones de personas en 2003 hasta 3,3 millones en 2013 con un aumento anual de 4%. Esto llevó a que hoy en la Argentina el 21% de los empleos sean estatales…Hoy en la Argentina uno de cada cinco empleados trabaja para el Estado.” Nicolás Dujovne

Ese solo dato dado por Nicolás Dujovne explicaría muchas cosas, entre otras que para la próxima PASO, el FPV tenga una intención de voto del 31%, según la encuesta difundida por Poliarquía en “La nación” del pasado 26 o que kristina mantenga una buena imagen del 40%, aunque sumadas las posibilidades llegamos al 106% (sic) o que un 45% considere que el “kirchnerismo” hizo una buena gestión aunque de ese 45 un 33 reconozca algunos errores o que un 49% estime que el próximo gobierno debería cambiar algunas coas y continuar con otras…

Es obvio que la encuesta no precisa que es lo que debería cambiar y que debería continuar, pero a mi riesgo, estimo lo que debería continuar, según ese 49%, sería un real oxímoron, el mismo nivel de gasto con menores impuestos o menor presión si se prefiere; algo que de hecho es imposible.

El “kirchnerismo” ha logrado imponer la creencia, en parte de la sociedad que la racionalidad del gasto es un prejuicio neoliberal o un “ajuste” y el ajuste se lo percibe como una maldad dirigida a los sectores más pobres…

Va de suyo que el próximo gobierno desde el vamos se enfrentará con ese 49% si no comienza desde ahora a exponer con toda claridad un programa de gobierno que más que nada tendría que apuntar a la racionalidad no solo del gasto sino también de los ingresos públicos. Las retenciones debería ser eliminadas, pero se debe explicar cómo se hará y que gastos se deberán reducir o eliminar, ¿los aportes a Aerolíneas Argentinas entre otros…?

En verdad ese programa será antiinflacionario por sí mismo y lo importante es que se aproveche la experiencia de la década del 90 con relación a los sectores más vulnerables de la población cuya magnitud podría estimarse en un 27 a 30% debido a la falta de estadísticas confiables.

Otra cuestión que debe tenerse en cuenta es que la ayuda social deberá ser limitada en el tiempo y condicionada al cumplimiento de precisas obligaciones como mínimo el cumplimiento de tareas comunitarias y compromisos mínimos de capacitación personal.

El programa claramente deberá fijar prioridades y para las obras de infraestructura que se decida realizar o continuar, fuentes de financiación, plazos de ejecución y los respectivos beneficios esperados.

Continuando con la encuesta resulta preocupante que solo un 29% considere que se deberían cambiar la mayoría de las cosas que hizo el kirchnerismo y a su vez que un 59% exprese que siente percepciones positivas ante la elección del próximo año, por el contrario ese 29% guarda relación con ese otro 31% que siente percepciones negativas, virtualmente es una misma proporción de gente.

Es probable que este 31% o 29 como se lo quiera considerar se ubique en un plano negativo debido a que no se sabe a ciencia cierta que significa, sea continuar lo bueno y cambiar lo malo, una obviedad o cambiar la mayoría de las cosas, porque no se advierte que es lo que se considera bueno o que se considera malo.

Por ejemplo, los subsidios al transporte y al consumo de energía domiciliaria, entraría en lo bueno que hay que continuar o lo malo que hay que cambiar.

¿La estatización de Aerolíneas Argentinas y Austral o de YPF está en lo bueno o en lo malo?

Como se ve no basta con decir que lo bueno debe seguir y lo malo se deberá cambiar.

Para “La nación”, la mitad de los votantes demanda un cambio moderado al próximo gobierno, ¿ello significa que Scioli sería el elegido….?

Estimo que estamos encerrados en una suerte del “misterio del cuarto amarillo” acá seria el misterio del “cuarto oscuro” porque allí tendríamos que adivinar que es lo bueno y que es lo malo y hasta ahora ningún precandidato se anima a establecer la diferencia…y allí radica la gran cuestión…

Los argentinos no estamos acostumbrados a elegir entre propuestas ciertas y concretas, solo estamos a favor de lo bueno y en contra de lo malo sin saber que es una cosa y cuál es la otra.

Para un cambio moderado me inscribo en el 31% pesimista o con “…percepciones negativas…”