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miércoles 1 de octubre de 2014

Recuerdos del futuro

Recuerdos del futuro

Las “aproximaciones” a la realidad de los grandes pensadores resultan de gran utilidad en momentos de zozobra conceptual. René Descartes trazó en su tiempo una línea reflexiva formidable para momentos como el presente, donde es notoria la congoja que nos invade por los días “calientes” que vivimos.

Días donde campea la conducta cerril de un gobierno donde una mujer “poseída” como Cristina Fernández -seguida por fanáticos QUE NO TENDRÍAN CABIDA EN UN MUNDO ORDENADO Y NORMAL-, acentúa la desesperanza de la gente por un futuro mejor. Sin mentiras, sin soberbia, sin violencia verbal, sin enfrentamientos inútiles.

Dice Descartes al respecto: “no tolerando frecuentemente las acciones de la vida dilación alguna” (es el caso de nuestros días), “es una verdad muy cierta que, cuando no está en nuestra mano discernir las opiniones más verdaderas, DEBEMOS SEGUIR LAS MÁS PROBABLES; y aún cuando no advirtamos mayor probabilidad en unas que en otras, debemos, sin embargo, DECIDIRNOS POR ALGUNAS y considerarlas después, no ya como dudosas, en cuanto se refieren a la práctica, SINO COMO MUY VERDADERAS Y CIERTAS, PUESTO QUE LA RAZÓN QUE NOS HA

DETERMINADO A SEGUIRLAS LO ES.”

Veamos cuál es el escenario sobre el que estamos parados:

1. El azote de una altísima inflación creciente y desbocada, con encargados de combatirla que la niegan y no saben qué hacer con ella.

2. Una corrupción endémica y desenfrenada en todos los niveles.

3. Funcionarios que deben combatir la drogadicción y el narcotráfico y proponen como solución “inteligente” legalizar el libre consumo de sustancias prohibidas para despenalizarlas DEFINITIVAMENTE.

4. Delincuencia de todo tipo, alentada por sugestivos derechos humanos sostenidos impunemente sobre entrevistas donde ciertos criminales o inadaptados discursean sobre el delito, alternando libremente en los estudios de la TV con periodistas desprejuiciados, cuando, en todo caso, deberían hacerlo DESDE LA CÁRCEL.

5. Un Congreso Nacional “ausente con aviso”, es decir, teniendo que tolerar el voto en soledad del oficialismo a cuanto disparate se le ocurra proponer a una Presidente a quien ya puede definirse como una persona psicológicamente errática y alterada.

6. Productividad general de la economía metida en un “cepo”, que somete a las empresas privadas a poner en marcha constantes mecanismos de autodefensa “instintiva” contra disposiciones atrabiliarias que les insumen tareas de 24 x 24 horas seguidas, sin interrupción.

7. Promesas sobre planes de desarrollo absurdos, sin financiamiento genuino ni discriminación “inteligente”, que aparecen y desaparecen de la vista como fogonazos de una luciérnaga de campo, sin ninguna explicación.

8. Violencia en las formas, las palabras y las metáforas por parte de TODOS los funcionarios K, con Cristina a la cabeza.

9. Rosarios interminables de falsedades basadas en estadísticas trucadas, que son “reestructuradas” cada tanto para poder mentir más “científicamente” (¿).

10. Enemistad manifiesta entre diversas “facciones” del gobierno que responden a distintos intereses, QUE EN TODOS LOS CASOS DEMUESTRAN UNA ENERGÍA PUESTA AL SERVICIO DEL EGOCENTRISMO DE CADA QUIEN.

11. Una pobreza estructural apabullante solo atendida por el “clientelismo” más vergonzoso.

12. Relaciones con el mundo en franco y creciente deterioro. Con Brasil, con Estados Unidos, con Alemania, con Israel. Megáfono abierto de Cristina Fernández a toda hora y en cualquier foro denostando las “injusticias” del régimen internacional y las fallas en la lucha contra el terrorismo, mientras nuestras fronteras son un verdadero colador, usando el criterio de “la paja en el ojo ajeno y una viga en el propio”.

¿Qué puede inferirse de este brevísimo resumen? Pues que la cosa no da para más. O hay cambios radicales, o todo puede explotar por el aire si llegaran a combinarse imprevistamente los factores que hemos descripto.

Los temores que asaltan a una gran mayoría sobre “el día después” lo está impidiendo por el momento, pero si Descartes anduviera todavía por este mundo, nos diría con seguridad que haciendo de la necesidad una virtud, NO PODREMOS ESTAR SANOS HASTA QUE NO BAJEN LA FIEBRE Y LA INFECCIÓN, NI PODREMOS SER LIBRES ESTANDO EN PRISIÓN.

Y cuando la enfermedad y la prisión se apoderan del cuerpo y del espíritu del hombre, lo conducen siempre, invariablemente, a un mal final. El pronóstico es pues solo uno: SI NO HAY CAMBIO, HABRÁ INEXORABLEMENTE UNA IMPLOSIÓN DEL GOBIERNO QUE LO LLEVARÁ A TENER QUE ENTREGARSE ANTES DE TÉRMINO, AUNQUE NO QUIERA NI CONVENGA.

Para ello apelamos como conclusión a otros conceptos del filósofo francés, muy aplicables al tiempo presente: “pensé que no podía hacer nada mejor que continuar en lo que me encontraba, o sea, DEDICAR MI VIDA ENTERA A CULTIVAR MI RAZÓN Y A PROGRESAR TODO LO QUE PUDIESE EN EL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD”.

En una palabra, dejar de usar eufemismos y creer ingenua ¿o intencionadamente? en ellos.

Que cada uno de los protagonistas y espectadores se ponga el sayo que le quepa.

carlosberro24@gmail.com