REPSOL, YPF y Pemex: Pecunia (et petroleum) non olet
Los hechos: El lunes 25 se conoció la noticia que los gobiernos de Argentina y España alcanzaron un principio de acuerdo respecto de la compensación por la expropiación del 51 por ciento de YPF ocurrida en abril de 2012, sujeto a ratificación de Repsol. La negociación fue aparentemente empujada fuertemente por la mexicana PEMEX, segundo principal accionista de la española Repsol (10 por ciento de las acciones).
La reunión fue conducida por el lado argentino por el nuevo ministro de economía, Axel Kicillof, y el tecnocrático presidente de YPF, Miguel Galuccio. La delegación española incluye el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria; el presidente de la Caixabank (primer accionista de Repsol, con 13 % del capital), Isidro Fainé, y directivos de Repsol. Emilio Loyola de PEMEX también participó.
De acuerdo a las mismas fuentes, el acuerdo final buscaría fijar el monto y forma de compensación. YPF, Repsol y Pemex renunciarían a las acciones legales que comenzaran tras la expropiación. Repsol se pronunciará respecto de este acuerdo el miércoles 27.
La interpretación: La conjunción de tres empresas petroleras en apuros y tres países con difícil situación económica llevan casi inevitablemente al pragmatismo económico, reflejado en el título de esta nota. A pesar de la casi incomprensible retórica marxista de Kicillof, la postura ofendida de Repsol y el tradicional discurso autosuficiente de Pemex, parece que poderosos caballeros fueron el petróleo, el gas y Don Dinero, y ayudaron a enfocar la atención de los políticos.
Para España y Repsol es importante fortalecer la relación con America Latina, y la posición de una empresa petrolera y una financiera en apuros, que requerirían de un salvataje financiero si el problema de YPF no se resolviese. Para México, la solución del conflicto fortalecería a PEMEX, en momentos que la empresa estásujeta a serias y justificadas críticas, y se está discutiendo la apertura del sector petrolero a la competencia, aun sin la privatización de la empresa.
Para Argentina este es un paso desesperado para solucionar los problemas del sector de energía y los conflictos pendientes con inversores y financistas externos. Aun así, éste es el primer paso, que busca atraer tecnología y financiamiento para un sector en crisis. Por cierto que al gobierno le queda mucho por hacer, ya que sin cerrar un trato con el Club de Paris y con los acreedores privados (“holdouts”) en la deuda privada, los inversores tendrán mucho miedo en llevar dinero a la Argentina.
La Argentina es afortunada de contar con el tercer nivel más alto de reservas potenciales de gas no convencional, después de EEUU y China, pero no tiene ni el dinero ni el conocimiento para su exploración y explotación.Repsol y PEMEX tampoco tienen el dinero y solo algo de la tecnología pero pueden conseguirlos. Aunque lo dudo, quizás para el gobierno pseudo keynesiano y marxista Argentino este sea un momento Deng Xiaoping, quien llevó a China al camino de la economía de mercado y de la integración con el mundo. Sin embargo temo que para ellos la economía de mercado existe pero todavía leshuele mal.
Fuente: www.infolatam.com