Rodrigazo vs. Kirchnerazo
En las últimas semanas parecen haberse incrementado, en cierta medida, las comparaciones entre la situación económica actual y las previas al Rodrigazo en 1975
Si bien es cierto que las comparaciones son tramposas, no es menos cierto que son ilustrativas. En las últimas semanas parecen haberse incrementado, en cierta medida, las comparaciones entre la situación económica actual y las previas al Rodrigazo en 1975. La receta de este problema es muy simple: “Paso 1: emita dinero y no deje que los precios suban de modo tal que eventualmente deban subir toda la inflación acumulada de golpe. Paso 2: póngale el nombre de este suceso al ministro que le tocó destapara la olla a presión; no vaya a ser cosa que se relacione al aumento del nivel de precios con la alta inflación más control de precios que su propio gobierno puso en práctica durante años anteriores. ¿No sería más preciso hablar de Gerbardazo, o Peronazo, en lugar de Rodrigazo?”¿Se está ante un problema potencialmente similar en el mediano plazo?
El Rodrigazo de 1975 no fue otra cosa que el desenlance de una mala política económica y monetaria. Entre 1967 y 1972, años bajo gobierno militar, la inflación (compuesta) anual fue del 25.6%. Es decir, un nivel similar de estos últmos años. 1973 fue año de transición al retorno de Perón al poder. En 1973 y 1974 la inflación fue de 61.2% y 23.5% respectivamente. Cuando Hecto Cámpora asume como Presidente lo trae a José Gelbard como ministro de economía quien decide combatir la inflación con control de precios (nunca más atinada la frase “cualquier parecido con la actualdiad es pura casualidad.”) El problema del control de precios es que no elimina el problema de fondo de la inflación, que es un exceso de oferta monetaria sobre al demanda de dinero. Lo que sin control de precios es un aumento del nivel de precios en paralelo con el exceso monetario se transforma en una olla a presión que eventualmente hará que los precios salten poniéndose al día con la inflación acumulada pero aún no representada en los precios.
Gelbard renuncia en 1974 y luego de un corto período a cargo de la cartera de Alfredo Gómez Morales se lo elige a Celestino Rodrigo como el nuevo ministro de economía. Es a Celestino Rodrigo a quien le toca “poner la cara” y hacerse cargo de la distorsión de precios producida por la inflación y las políticas de Gelbard. Se podrá discutir si el método que Rodrigo eligió para intentar solucionar el problema estuvo o no bien implementado, pero es un acto de negación ignorar la complicada herencia que le dejaron como si el problema hubiese empezado y terminado con Rodrigo.
El Rodrigazo puede resumirse en los siguientes puntos:
- · Aumento del 100% de los costos de servicios y transporte público (tarifas)
- · Devaluacion del 150% frente al dólar comercial (había un tipo de cambio diferenciado para el sector financiero)
- · Aumento de hasta 180% en los combustibles
- · “Salariazo”
A pesar del salarizo, la inflación se aceleró disminuyendo el salario real. Entre 1976 y 1983 la inflación (compuesta) anual fue del 166.4%. Más que quintiplicó a la del período 1967-1972. La CGT reaccionó con la primer huelga general en el gobierno de Perón. El deterioro institucional fue tal que algunos sugieren que la inflación del 35% mensual que siguió al Rodrigazo fue un factor importante en el golpe militar del 76.
¿Cuál es la situación actual? ¿Cómo sería un Kirchnerazo si una medida similar se aplicaso mañana?
Entre el 2001 y el 2013, la inflación acumulada es del 681% mientras que la tarifas aumentaron “sólo” un 144%. Esto quiere decir que las tarifas deben aumentar un 373% para equiparar el 681% de inflación acumulada aún no representada en las tarifas. Holgadamente más del 100% del Rodrigazo.
En cuanto al tipo de cambios, si asumimos en números redondos una cotización de 10ARS = 1USD como el tipo de cambio de equilibrio, entonces es necesario devaluar un 53.8% para llevar la cotización oficial de 6.50 a 10 como en el mercado blue o informal. Que el BCRA en los últimos días haya devaluado a una tasa anual en torno al 100% no es accidental. Lo que el BCRA hace es devaluar “un poco” todos los días para no tener que hacer un “Rodrigazo sobre el tipo de cambio.” La diferencia entre la devaluación del 53.8% y el aumento de tarifas del 373% es que el gobierno ha aceptado ajustar aceleradamente el tipo de cambio pero no se atreve a tocar el atraso tarifario.
Estos dos datos ofrecen un punto de comparación. En términos tarifarios, el Kirchnerismo estaría generando una situación notablemente más delicada que la del Rodrigazo. En términos de devaluación, el gobierno se encuentra en una mejor, o menos peor situación, debido a la acelerada depreciación del tipo de cambio oficial de los últimos meses. Es importante notar, sin embargo, que solucionar un problema no corrige el otro. Dicho de otra manera, si el BCRA logra cerrar al brecha cambiaria, eso no es solución del atraso tarifario.
Es muy difici predecir que podría suceder de darse un Kirchnerazo, dado que el desenlace depende de qué otras medidas se toman en paralelo. Por ejemplo, ¿se devalúa y ajustan tarifas y además se levanta el cepo o o se mantiene el cepo? ¿Se aumentan las expropiaciones o se da marcha atrás con los avallasamientos a los derechos de propiedad y actitudes anti mercado? ¿Cómo se va a manejar, desde los distintos niveles de gobierno el inevitable descontento social? Y, no menos importante, ¿qué explicacion se va a dar a la población de la tremenda factura que se les pasa? ¿Culpa del “vil mercado y los explotadores empresarios” o “culpa del desmanejo económico de un gobierno populista con inocultable sesgo autoritario”? ¿Cederá el gobierno aumentando aún más la tasa de inflación? Etc…
Creo que una última aclaración es oportuna. Cuando algunos economistas y analistas hacemos este tipo de comparaciones y ofrecemos nuestra opinión de manera cruda y objetiva, no es con ánimo destituyente ni golpista ni pesimismo por pesimismo propio. Es, por el contrario, motivado por un interés genuino en que la opinión pública y sobre todo los funcionarios públicos acusen recibo de los problemas que su desinterés por sus representados genera. Nada nos agradaría más que explicar las bondades y solidez de la economía a futuro, pero hacer la vista gorda a serios problemas es como el médico que oculta una terrible enfermdad a su paciente porque sólo gusta de dar buenas pero poco relevante noticias.
Nicolás Cachanosky / Metropolitan State University of Denver / Assitant Professor of Economics