Sarmiento y la Argentina que pudo ser: De Argirópolis al Facundo
¡Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor!… ¡Ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador! ¡Todo es igual! ¡Nada es mejor! ¡Lo mismo un burro que un gran profesor!
1869.- Argentina se encamina a su consolidación; atrás quedan las sangrientas guerras civiles, y ese país desierto, pobre y despoblado. Argentina es el último orejón del tarro de ese gran concierto latinoamericano. Mitre es el primer arquitecto, su paso por la presidencia es la semilla a fructificar. En la tarde del 18 de septiembre de 1869 encuentra al joven del 37’ Domingo Faustino Sarmiento en la presidencia de la nación. Sueña con el Estados Unidos de América del Sud. Fresca estaba en su imaginación su reciente viaje por los Estados Unidos. Su utópica Argirópolis está por cumplirse. Los resultados del primer censo lo desafían. La situación es la siguiente: 1.877.490 habitantes y el 87% analfabetos. El fantasma de la barbarie de su Facundo lo atormentan. Su voz gruesa y tonificante exige una reunión de gabinete. Se encuentran en el mismo Adolfo Alsina (vicepresidente), Dalmacio Vélez Sarsfield (Ministro del Interior), Mariano Varela (Canciller), José Benjamín Gorostiaga (Ministro de Hacienda) y Nicolás Avellaneda (Ministro de Instrucción Pública), Martín de Gainza (Ministro de Guerra y Marina). Su orden es la siguiente: “Señores debemos construir una gran nación, he de trazar la política de Estado para los próximos cien años: educar, educar, escuelas y escuelas… DEBEMOS HACER DE ESTA PATRIA UNA GRAN ESCUELA”.
En la pasada reunión del Foro Económico Mundial se elaboró una lista de los 148 países más competitivos del mundo. Suiza encabeza la lista, seguida de Singapur, Finlandia, Alemania, Estados Unidos, Suecia, Hong Kong, Holanda, Japón e Inglaterra. El país latinoamericano que ocupa el puesto más alto en el ranking es Chile (puesto 34 –país modelo para Sarmiento-), seguido de Panamá (40), Barbados (47), Costa Rica (54), México (55) y Brasil (56). Más abajo se encuentran Perú (61), Colombia (69), Ecuador (71), Uruguay (85), Guatemala (86), El Salvador (97), Bolivia (98), Nicaragua (99) y Argentina (104). Al final del ranking, entre los países menos capacitados para competir en el mundo, figuran Venezuela (134) y Haití (143). Hasta países como Argelia y Líbano son más competitivos que Argentina, dice el ranking. Venezuela cayó ocho puestos con respecto al ranking del año pasado, siguiendo con su caída en picado de los últimos años. Ahora se encuentra al nivel de Uganda, Zimbabue, Mozambique, Haití y Chad. Mi angustia aumentaba en cada carilla del informe. Y si a esto le sumamos el último relevamiento educativo internacional de PISA donde Argentina quedó ubicada en el puesto 58 de 65 países analizados, evidenciando uno de los mayores retrocesos educativos en los últimos diez años y lejos de las notas obtenidas por México, Uruguay y Colombia, los mejores de la región. Las preguntas son innumerables. Las respuestas pocas.
Hace dos años, una gran profesora me obsequiaba el último libro de Andrés Oppenheimer: Basta de historias. La notable investigación de este periodista argentino radicado en EE.UU. debería ser lectura obligatoria en las carreras de magisterio y profesorados de todo el país. El trabajo, narra el auge educativo de diferentes países en los 5 continentes. ¿La clave? La Economía del Conocimiento, la región no puede competir a nivel internacional donde los productos de alta tecnología se cotizan mucha mas en los mercados mundiales que las materias primas. No en vano el país con el mayor ingreso per cápita del mundo es Liechtenstein, que no tiene ninguna materia prima, mientras que países con enorme riqueza en materias primas, como Venezuela o Nigeria, están entre los que tienen mas altas tasas de pobreza. Y no en vano los hombres mas ricos del mundo son empresarios como Bill Gates, Carlos Slim o Warren Buffet, que producen todo menos materias primas.
El libro de Oppenheimer complementa perfectamente el lucido trabajo de García Hamilton Por que crecen los países. El historiador tucumano, fue quien me enamoró de Sarmiento. Su Cuyano Alborotador es la mejor biografía que he leído sobre el “Padre del Aula”. En el año 2004 tuve la grata oportunidad de conocerlo, recuerdo como si fuera hoy su lucidez y humildad. En un país donde hablar de Sarmiento es mala palabra, García Hamilton comentaba que en sus conferencia por América Latina, Europa o EE.UU. no había país del mundo donde se lo desconociera o se hablara de el. En las principales universidades de EE.UU se encuentran bustos o monumentos como el que se levanta en la avenida Commomwealth y Gloucester Street, en la ciudad de Boston (de casi 10mts de alto). ¿Por qué? Por que el primer país de la tierra en acabar con el analfabetismo no fue EE.UU, Francia, Australia o Gran Bretaña. Fue la República Argentina de la mano del mayor pedagogo y estadista del siglo XIX, don Domingo Faustino Valentín Sarmiento desde el 12 de octubre de 1868 al 12 de octubre de 1874.
Pero, ¿Quien fue verdaderamente este gran hombre amado y odiado por sus compatriotas? Criado en la indigencia, hijo de un peón arriero y de una tejedora, Faustino Valentín Sarmiento nació en San Juan el 15 de febrero de 1811. No concurrió a la escuela primaria ni secundaria, pero llegó a dominar cinco idiomas, ser un lector incansable, y poseer una de las mejores plumas de su tiempo. Leyó a los principales autores del siglo XVIII y XIX. Viajó por Europa, África y América del Norte donde logró entrevistarse con eminencias de todo el mundo. Su paso por los Estados Unidos fue crucial; descubrió una sociedad asentada sobre el solido mercado capitalista, con un sistema político estable, basado en la libertad de prensa y el respeto por los derechos y garantías individuales. Encontró el sentido económico de la alfabetización. Su concepción de la educación pública de calidad, quedará impregnada en su deseo de modernizar la sociedad argentina.
Escritor, docente, periodista, militar, estadista, promotor de avances científicos y político, Sarmiento desplegó durante su presidencia una obra monumental. Multiplicó el numero de alumnos en las escuelas (la cifra de educandos pasó de 30 mil a 100 mil), creó la primera institución dedicada a la formación de maestros (la Escuela Normalde Paraná), promocionó la práctica de la lectura, a través dela Leyde Bibliotecas Populares, que dio origen a 140 bibliotecas en todo el país.
Tras los resultados del primer Censo Nacional, se construyeron 1.117 escuelas públicas y más de 400 escuelas privadas, lo que permitió que cien mil niños estuvieran cursando sus estudios hacia final de su mandato. Además se contrató a profesores extranjeros para que aportaran modernas teorías educativas. También se impulsó la extensión de las redes ferroviarias, se extendieron 5.000km de líneas telegráficas, se modernizó el sistema de correos y se inauguró en cable transoceánico, que permitió la comunicación inmediata con Europa. Creó el Banco Nacional, fundóla Escuela Naval, el Observatorio Astronómico de Córdoba (primer observatorio del hemisferio sur del planeta),la Academiade Ciencias, los bosques de Palermo, el Jardín Zoológico y el Jardín Botánico (único jardín en la que se encontraban todas las especies de arboles del mundo) en los terrenos que habían pertenecido a Juan Manuel de Rosas.
Durante los inviernos de 1887-1888, con la salud resentida por la sordera y una insuficiencia cardiovascular y bronquial, se refugió en la casa de su hija Faustina en Asunción (ya que no tenia casa). La muerte lo sorprendió en el mismo país que a su amado Dominguito, el 11 de septiembre de 1888.
Escribe en sus Memorias:
No puedo decir que no haya cometido errores. He cometido errores. Pero los errores que cometí fueron por la premura con la que quise poner a mi país en donde mi cabeza y mi corazón ya lo había puesto. Y así como Jesús perdonó a la Magdalena porque había amado mucho, espero que mis compatriotas me perdonen porque he amado mucho a este país.
Hoy en la Argentina kirchnerista el presupuesto educativo subió más que en cualquier otro gobierno democrático. Sin embargo, hay más plata en educación pero más chicos que no terminan el colegio. Desde el año 2003, se redujo en casi 300 mil niños la matrícula escolar, una reducción inédita en la historia de nuestro país que cobra mayor fuerza en la zona del Gran Buenos Aires. Además, existe más de 1.000.000 de jóvenes que no estudia ni trabaja. En un país que se cae a pedazos necesitamos volver a Sarmiento más que nunca. No basta con recordarlo, debemos inspirarnos y seguir su legado, que fue el que siguieron los países más prósperos del mundo. La crisis económica mundial hubiera sido una oportunidad brillante para nuestro país. Sin educación no hay futuro. Nuestra patria podría haber sido ejemplar, de no haberse extraviado en el dédalo de la sucia demagogia y un populismo que maquilla sus versiones llenas de trampas. Como decía el gran Abraham Lincoln “La demagogia consiste en disfrazar con palabras mayores las ideas menores”. Las ideas mayores son aquellas que soñaron Belgrano, Echeverría, Sarmiento y Alberdi. Ideas que llevaron a la práctica y que pusieron a nuestro país entre los mejores de la tierra.
Fuente: www.laprensapopular.com.ar