Por las charlas que estoy teniendo con adolescentes y por lo que ellos me cuentan, pareciera que hay ciertas reglas que no están escritas en ningún lado, ni se comentan en voz alta, pero que todos conocen y muchos intentan poner en práctica los viernes y sábados a la noche. Se trata del “top ten de requisitos para saber moverse en un boliche”.

Estén alertas: de no cumplir estas leyes pueden ser condenados al aburrimiento y a la indiferencia eterna. Lean bien:

10. Llegar entonado del “prebo”. Una gran noche comienza con unas buenas copas en la casa de algún amigo que haya logrado echar a los adultos por un rato.

9. Demostrarle al mundo que la estoy pasando muy bien. Acuérdense de exagerar mucho la risa y los gestos, no vaya a creer alguno que no se están divirtiendo y los quiera expulsar del “paraíso de la diversión”.

8. Saludar a todos, aunque no los conozcan. Ser bueno en las relaciones públicas suma muchísimo. Tener miles de contactos te posiciona, todos van a querer ser amigos tuyos.

7. Tener siempre un trago en la mano. Si no estás tomando, vas a perder muchos puntos. Si el trago es de los caros, mejor todavía.

6. En lo posible, tener un cigarrillo en la otra mano. Chupi y faso son un buena combinación; además, ¿qué haríamos con las manos si no las tuviéramos ocupadas?

5. Empezar una pelea. Se trata de buscar a algún desconocido que se vea débil y vulnerable y mirarlo feo; si responde, empieza el combate.

4. Levantar a cualquier amigo que esté sentado descansando. ¿Cómo se le ocurre tirarse por ahí y no respetar el requisito número 9 de este top ten?

3. Demostrar que me sé todas las canciones. Es una manera de decir que tengo mucha cultura musical. Si una no la conozco, puedo mover los labios.

2. Estar borracho o simular que lo estoy. Es importante hacer payasadas y que todos se rían. También es muy buena excusa para hacer lo que no se animan cuando están sobrios.

1. Tratar de que mis amigas/os me vean con un/a chico/a. La conquista da muchísimos puntos, hasta se pueden hacer competencias de quién estuvo con más.

Si cumplen estos requisitos, seguramente podrán sentirse dignos de ser queridos y respetados por los demás. Eso sí, está terminantemente prohibido: • No seguir a la manada.
• Ser auténticos.
• Tener personalidad.
• Decir que no.
• Parar a pensar.
• Esforzarse.

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El licenciado Arturo Clariá es miembro del equipo de profesionales de la Fundación Proyecto Padres.