La intolerancia de los fanáticos religiosos sigue generando lamentables episodios en las más distintas latitudes. Esta vez en la secular Turquía, que brega por acceder a la Unión Europea y evidenciar tolerancia religiosa.
La víctima fue uno de los más respetados jueces de Turquía, Mustafá Ozbilgin, de 64 años, que fue cobardemente asesinado en plena mañana, en Ankara, en la sede misma del tribunal, por el brazo armado de un joven abogado fundamentalista que, mientras regaba a la sala de balas, repetía fanáticamente, a voz en cuello, consignas religiosas, e invocaba insistentemente a Allah.
El tribunal de apelaciones que el asesinado juez Ozbilgin integraba había decidido que, en Turquía, un país oficialmente secular desde la era de Ataturk, no debería promoverse que las mujeres usen pañuelos para cubrirse la cabeza por motivos religiosos.
El propio premier se había pronunciado -pública e imprudentemente- en contra de la decisión judicial, lo que seguramente alimentó el odio asesino del letrado que terminó con la vida del juez.
Es evidente que Turquía tendría que revisar los mecanismos de protección de la integridad y seguridad de los miembros de su Poder Judicial, de manera de evitar que estos tan lamentables sucesos, de efecto claramente intimidatorio, puedan volver a repetirse. © www.economiaparatodos.com.ar |