Un gobierno inculto y obstinado.
La RAE nos da dos acepciones sobre el significado de la palabra “cultura”: la primera dice “Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico y la otra “Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc”.
La cultura es el sistema vital de ideas de cada tiempo, según enseñaba Ortega, son esas “ideas vivas” que sustentan nuestras convicciones sobre lo que es el mundo y la vida, sobre los valores que califican nuestras acciones que nos permiten distinguir el bien del mal, entre lo que es más o menos estimable.
En una palabra la “Cultura” siempre integra y es esencial ser gobernado por “gente culta” porque una de las tareas del gobernante es la de “MANDAR” o mejor dicho “SABER MANDAR” y siempre se manda a partir de un sistema de ideas, porque “los que mandan” -bien o mal que les pese- moldean a la sociedad en la que ejercen su gobierno.
La “incultura” tiene que ver con la “obstinación”, el inculto como regla general, es terco o porfiado y a la vez desconfiado.
Ortega nos decía que se tuvo que llegar al siglo XX para ver un espectáculo increíble; el de la peculiarísima brutalidad y agresiva estupidez con la que se comporta una persona cuando sabe mucho de una cosa e ignora de raíz todo lo demás.
En el caso del gobierno “K” se da una particularidad no se sabe nada de nada y se ignora de raíz todo lo demás. La verdad es una mezcla explosiva que paradójicamente comenzó a horadar o a implosionar “el relato”.
Eso explica sus malos modos, las reacciones intempestivas desde Kristina hasta el último de sus “militantes”, el clima de violencia silenciosa que se ha impuesto que además pone de manifiesto no ya la debilidad de sus creencias, sino su carencia, es decir su incultura que lucen sin disimulo alguno.
Si recordáramos a Gramsci veríamos que el decía que cuando lo viejo muere y lo nuevo no comienza a nacer vivimos las grandes crisis o “tiempos morbosos”, tiempos enfermos y creo que estamos viviendo una era morbosa.
Y esto es lo que nos está pasando el gobierno “K” tienen un plazo fijo de duración y se va descomponiendo en sus redes de ineficiencia, mentira y corrupción tanto ética como profesional.
La corrupción profesional se da cuando se aceptan funciones para las que se carece de idoneidad técnica y cultural es tan grave como robar o es lisa y llanamente una forma muy sutil de robar.
Traje a colación esa expresión de Gramsci porque en la Argentina no aparece lo nuevo y lo que pretende asumir ese rol, la llamada “oposición” tiene los mismos vicios y rasgos de lo que murió o está muriendo.
Buscando un libro en mi biblioteca, encontré un trabajo de Marcelo Aftalión titulado “Del Éxtasis al desencanto” Argentina 1989-1992” y decía que uno de nuestros problemas, quizás debería haber dicho “cuestiones” es el “más de lo mismo”, nos refugiamos en las palabras cuando somos incapaces de cambiar los hechos.
Agregaba Aftalión que siempre tomamos conciencia de nuestros problemas “ex post”, nos cuesta asumirlos, nos cuesta enfrentarlos y finalmente “…no podemos asumirlos como propios y compartirlo con muchos, con todos. No hay compromiso existencial”
“Las sociedades tienen los dirigentes que se le parecen”, dijo alguna vez André Malraux y retomando a Gramsci la sociedad argentina, esa que somos “…todas y todos…” no quiere lo nuevo, no tenemos capacidad de resiliencia.
Argentina necesita y lo digo con Aftalión “…nuevos dirigentes, pero ellos deberán ser revolucionarios, capaces de señalarle a la sociedad sus contradicciones, de aguantarse la consiguiente reacción negativa y, posteriormente, capaces de proponerle los medios adecuados para alcanzar los objetivos manifiestos…Los nuevos dirigentes tienen que estar conscientes de que, en una primera etapa, deberá chocar contra la opinión pública….”
Agregaría es el dolor de parir lo nuevo pero parecería que preferimos el dolor y la humillación del aborto para mantener “…más de lo mismo…” es decir mantener lo que ha muerto o no termina de morir…
En síntesis “…más de lo mismo…” quizás sea nuestra “cultura”, la culpa siempre la tienen los demás por eso para que nos vamos a meter en las causas… ¡no tendría sentido…!