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jueves 9 de agosto de 2007

Un tour por el Foro Romano

La historia de Roma no tiene fin. Cada recorrido encierra un secreto. Y cada rincón una sorpresa. El Foro ofrece su lado este y oeste para recorrerlo y admirarlo.

Para apreciar la disposición del Foro Romano, antes de visitar su colección de templos y basílicas en ruinas, conviene observar el conjunto desde arriba, justo desde el Capitolio. Una vez allí, se divisa la Vía Sacra, ruta que seguían a través del Foro las procesiones religiosas y triunfales en dirección, precisamente, al Capitolio.

Hasta el siglo XVIII, momento en que empezaron las excavaciones arqueológicas, el Arco de Septimio Severo y las columnas del Templo de Saturno se encontraban bajo tierra. Los trabajos continúan aún hoy y las ruinas desenterradas denotan diferentes épocas de la historia de Roma.

En el llamado Foro Occidental, el Templo de Vespasiano fue el lugar donde el artista italiano Piranessi realizó en el siglo XVIII un grabado completo del Foro que todavía perdura, por supuesto, en las columnas que fueron puestas al descubierto por aquellos primeros trabajos de excavación. Allí nomás pueden verse las ocho columnas del Templo de Saturno y, enfrente, se hallan el Templo de la Concordia y el Pórtico de los Dii Consentes.

A un costado, se halla el Rostra, una plataforma empleada para los discursos públicos. El Arco de Septimio Severo es imponente y parece mentira que haya permanecido oculto hasta que los trabajos de excavación comenzaron hacia mediados de 1700. Enfrente, la Basílica Julia, llamada así por Julio César, era la sede en la que se sustanciaban importantes procesos judiciales. La Columna de Foca, al otro lado, fue uno de los últimos monumentos construidos en el Foro, alrededor del año 608 dC.

Otra de las iglesias es la de Santa Luca e Martina, de típico molde mediaeval. Fue reconstruida a partir de 1640 por Pietro de Contona.

Una de las edificaciones más altas del Foro Occidental es la Curia. Ubicada prácticamente en el centro de la plaza, se trata de una reconstrucción emplazada en el mismo sitio en que sesionaba el Senado Romano.

Cerca de la entrada, se hallan los templos de Julio César y el dedicado a los hijos gemelos de Júpiter, Castor y Pólux. El de Julio César fue erigido en su memoria por Augusto, en el lugar en el que el cuerpo del emperador fue incinerado después de su asesinato en año 44 aC. El segundo se alzó en el siglo V aC, aunque las columnas que lo soportan datan del siglo VI dC.

El lado oriental del Foro está dominado por las grandes ruinas abovedadas de la Basílica de Constantino. Para hacerse una idea del edificio tal y como era en el siglo IV dC, imaginen columnas, pisos y estatuas de mármol, así como brillantes tejas de bronce. Los restos de otros edificios son escasos, a pesar de que el jardín y el estanque de la casa de las Vírgenes Vestales son muy atractivos. Las dos iglesias de esta parte del Foro no son accesibles desde las excavaciones, pero se puede llegar a ellas desde la carretera exterior.

El Templo de Antonio y Faustina, muy cerca del ingreso, es la primera edificación importante. Construido en el año 141 dC, su pórtico fue incorporado a la Iglesia de San Lorenzo en Miranda. Casi inmediatamente nos topamos con el Templo de Rómulo. Es un edificio con cúpula que data del siglo IV dC y que ha permanecido como parte de la iglesia de los santos Cosme y Damián. A continuación, se accede a la Basílica de Constantino y allí, como decíamos, hay que apelar a la imaginación para que desde las ruinas que quedan se pueda tener una idea de la magnificencia de los edificios públicos del Foro en su momento de esplendor.

El Antiquarium Forense es un museo que guarda los hallazgos arqueológicos hechos en el Foro, entre ellos el friso de Eneas y la fundación de Roma traídos desde la basílica de Aemilia.

El templo de Venus y Roma son ruinas extensas de las edificaciones construidas en el año 135 dC por el emperador Adriano, que él mismo diseñó.

Restos del Arco de Tito pueden apreciarse al ingresar en la Vía Sacra, como así también ruinas de algunos de los famosos baños romanos sobre la margen izquierda de la Vía.

Casi al final del recorrido en redondo que hemos seguido, se halla el Templo de Vesta, que fue parcialmente reconstruido y que es un diminuto lugar de veneración a la diosa del hogar, uno de los santuarios más sagrados de la antigua Roma. © www.economiaparatodos.com.ar

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