Volver al pasado
La política del kirchnerismo lo ha llevado al descubrimiento tardío de que el viaje que inició hace diez años, no era sino un rodeo que lo devolvería al punto de partida
Ese momento ha llegado.
Para protegerse ahora del temor que los asalta, sus “militantes” procuran defenderse mediante argumentos que han demostrado ser totalmente falsos. Al mismo tiempo, buscan ensordecer su trágica caída mediante los “barullos” de una ideología impracticable, con la que estamos convencidos se condenarán definitivamente.
En lugar de buscar soluciones dentro de los límites de su aprieto, dan largos rodeos con la esperanza de que en algún recodo del camino puedan escapar a un destino trágico que les resulta odioso y repulsivo de solo imaginarlo.
Y que quede claro, no están equivocándose solamente desde hace dos o tres años: fue Néstor Kirchner quien pergeñó desde el principio el sainete conceptual que hoy ha explotado y hace agua por todos lados.
El universo “diferente” que intentaron crear, los ha encadenado al fracaso de una gestión política cerrada que los lleva a la desesperación, porque comprenden (a fuerza de los golpes que están recibiendo) que deberían desandar el camino y explicar a todos aquellos a quienes engañaron que el “experimento” fracasó y no habrá más remedio que volver a las fuentes.
Es decir, al combate contra la inflación ajustando los gastos para reducir la emisión de moneda espuria; la estimulación de las exportaciones reduciendo los aranceles de retención sobre las mismas; liberar aunque más no sea parcialmente el mercado de cambios; posponer el comienzo de algunas obras públicas (que igualmente no se terminan); suspender subsidios sociales concedidos indiscriminadamente y muchas otras cosas dislocadas, lo cual les revolvería las tripas.
Lo peor de todo, es que están demostrando no saber cómo hacerlo.
Para comenzar, al menos, deberían dejar de correr de un lado al otro mientras tratan de ahogar los incendios que han provocado, lo que les significa haber perdido la cabeza y andar a tientas por un estrecho
desfiladero que no les evitará el choque con todos los problemas que les vienen de frente simultáneamente.
Mientras tanto, parecerían forzar la detención del tiempo para buscar una vía de escape alternativa. Es algo que se ha intentado con resultados diversos en todas las épocas, pero lo verdaderamente novedoso en este caso, es el deseo de alejarse del peligro creyendo que es posible lograrlo sin hacer nada diferente de lo que se hizo.
La llegada hasta el año 2015 puede ser así muy poco o muy mucho tiempo para encontrar una salida decorosa, evitando que la faringolaringitis se convierta en una epidemia “funcional” del sistema.
Es lo que atormenta a muchos empresarios, dirigentes gremiales y políticos opositores.
Frente a una aguda recesión que se “palpa” sin ser economista, las sombras de Gelbard, Pugliese, Ferrer y algunos otros “visionarios” de la economía “nacional y popular”, deben rondar seguramente en las pesadillas nocturnas del “bambino de oro” Kicillof. Un muchacho pendenciero, pedante y gesticulador que parece estar más verde que una palta para desempeñarse como ministro.