Marcó del Pont sostuvo que se prohíbe la compra de dólares para ahorrar porque: “En un escenario de creciente incertidumbre externa por la crisis internacional, donde aumenta la demanda de divisas para atesoramiento, la política económica tiene distintas opciones…”

La verdad es que es difícil de entender este razonamiento, porque si la política económica del famoso modelo es tan brillante y el mundo se cae a pedazos, la gente solita, sin necesidad de medidas represivas, se quedaría en pesos y no compraría monedas de países que están en crisis. Se quedaría con los “valiosos” pesos que el BCRA emite y no los dólares o euros que son monedas de países en crisis según el discurso oficial.

Inicialmente habían dicho que la autorización previa para comprar dólares era para justificar ante la AFIP el origen de los fondos y controlar la evasión. Ahora, con esta decisión del Central quedó en claro que las trabas impuestas por la AFIP tenían que ver con una creciente desconfianza de la gente frente a un peso que se devalúa día a día.

El mensaje del gobierno es: “Uds. se quedan con los pesos que pierden valor todos los días y yo me quedo con los dólares del imperialismo yanqui”. Una forma de crear un corralito para aplicar con mayor intensidad el impuesto inflacionario.

Si uno mira el balance del BCRA, haciendo bien las cuentas, tiene patrimonio neto negativo. Pero además, la gente compra dólares porque los pesos que emite el Central no sirven como reserva de valor. Por lo tanto, en vez de hacer una política económica consistente que permita bajar la inflación y el peso pueda ser reserva de valor, opta por seguir con los disparates económicos y prohibirle a la gente defender sus ahorros y seguir aplicando el impuesto inflacionario.

Me parece que esta decisión no es inocente. Probablemente veamos un segundo semestre inundado de pesos emitidos por el Central e inflación creciente. Frente a ese escenario el gobierno decidió encerrar a la gente en pesos para que no pueda defenderse de la expoliación del impuesto inflacionario.