¿WATERNISMAN?
Dice Jean Revel que cuando se viola continua y masivamente LA MORAL QUE SE PRESUME PROFESAR EN LA TEORÍA, se está forzado a acumular versiones engañosas de ciertos hechos, mucho más que cuando se es simplemente cínico.
“La mentira se convierte entonces”, continúa, “en el chaleco salvavidas permanente; la verdad en el peligro principal y los que la revelan en los adversarios más peligrosos y más odiados”.
¿Podríamos aplicar estas reflexiones al gobierno kirchnerista ante los terribles acontecimientos de dominio público de estos últimos días?
Rotundamente, SÍ.
Resulta claro que la falsificación de un presumido “progresismo” no puede perpetuarse nunca SI NO ES EN LA PENUMBRA. Esto cae de su propio peso, ya que “aceptar la luz, es decir, la comprobación y el análisis de los hechos, equivaldría a desaparecer”, sigue diciendo Revel, “porque obturaría la verdadera fuente (falsa) de sus creencias y de su influencia”.
Cuando la izquierda comienza a rozar peligrosamente el stalinismo, pierde su reputación y simultáneamente debe forzar una gran cantidad de mentiras al servicio de su ideología. Comienza así la tentación sectaria y el culto de la mentira.
El caso Nisman -del que quizá llegue a saberse algo más que sobre el bombardeo de la AMIA-, es el resultado de todo lo antedicho y constituye el fracaso de la lógica de un kirchnerismo aferrado a las banderas ideológicas TEMERARIAS que pretendió llevar a la práctica.
La investigación del fiscal fallecido -cuya veracidad seguirá siendo puesta en duda por mucho tiempo-, desnuda a nuestro modo de ver, por vía del sentido común y muchos antecedentes del kirchnerismo en otros asuntos de gobierno, UNA FORMA DE HACER POLÍTICA AUTORITARIA para proteger argumentos de un relato falaz y desnudando ante nuestra vista hasta qué punto han creído que podían olvidarse de las reglas democráticas CONSIDERANDO QUE ÉSTAS SE OPONÍAN A SUS FINES POLÍTICOS.
Cuando se lee el articulado básico del memorandum que se firmó con Irán para esclarecer la verdad del atentado de la AMIA (en realidad una “apariencia legal” que le diera cobertura a los presuntos autores del mismo), conformando una “Comisión de la Verdad” (¿) solo cabe llenarse de asombro. Un asombro que aumenta aún más al saber que fue votado en el Congreso por el Frente para la Victoria en un acto de inadmisible ceguera conceptual y sumisión al Poder Ejecutivo.
Aquí van las CONDICIONES BÁSICAS del memorandum textualmente, con algunas breves reflexiones de nuestra parte entre paréntesis:
1. Que ambos países ratifiquen INTERNAMENTE los términos del acuerdo. (Irán jamás lo hizo dilatando dicha aprobación “interna” que se confió a la buena voluntad de un país considerado TERRORISTA por el 80% de la comunidad internacional).
2. Que se remitan mutuamente las notas reversales notificando dicha ratificación (sin plazos, ni descripción de las formas para hacerlo).
3. Que cada uno de los signatarios proceda a la elección de personas de RECONOCIDA TRAYECTORIA JURÍDICA Y PROBIDAD PERSONAL para que se integren a la “Comisión de la verdad” (significaba aceptar que el imputado propusiese a sus candidatos de “reconocida trayectoria” dentro del entorno de los supuestos autores del atentado)
4. Que los elegidos acepten la designación (sin plazo alguno).
5. Que entre ambas partes y de común acuerdo, seleccionen un quinto miembro de la comisión (cuatro en origen; otra vez sin estipulación de plazo alguno).
6. Que los miembros de la comisión redacten las reglas del procedimiento al que se sujetarán (sin plazo y poniendo en un plano de igualdad a la demandante –La Argentina-, con los denunciados como responsables del atentado).
7. Que se pida información de la causa (¿a quién? ¿a Irán?¿a la Argentina?¿en qué plazo? Sin indicar ninguna medida de “perentoriedad” si algún juez “distraído” demorara dicha “información”).
8. Que se envíe la información requerida y se la “traduzca” (esto obviamente en persa, porque la causa es argentina y está en castellano. Otra vez ¿Cuánto tiempo hubiera podido demorar el acusado en considerar la validez de dicha traducción? No hay plazo estipulado).
9. Que CADA UNO DE LOS MIEMBROS de la comisión analice las pruebas remitidas (¿en cuánto tiempo?¿cómo se podría “agilizar” las conclusiones de quienes las “demoraran”?).
10. Que se reúnan para emitir recomendaciones (este artículo es casi ofensivo en todo sentido. ¿Qué tipo de “recomendaciones”?
Sobre qué aspectos de la cuestión? Nuevamente, ¿en qué plazo?).
11. Que se notifiquen dichas recomendaciones a los signatarios (¿por qué medio? ¿en forma pública o privada?¿en qué plazos “de ida y vuelta”?).
12. Que se establezca una fecha para cumplir con audiencias (¿cuáles?¿dónde?¿de qué tipo?¿cuántas?)
13. Que se cite a los imputados (¿cómo?¿dónde?¿por qué medios?¿con qué penalidad para quien no se presentara en término?).
14. Que éstos efectivamente comparezcan a un interrogatorio (abriendo la puerta para que alguno de ellos se “esconda” o “sea escondido” por tiempo indeterminado).
A esta altura de las reflexiones que aquí formulamos, cabe decirle al gobierno el daño directo que nos han hecho en el orden nacional e internacional, por sus vicios y sus locuras conceptuales.
La Presidente debió haber sido “obligada” (por quien fuere dentro del marco de las instituciones), para que limitase en su momento el avance de este “acuerdo”, EN BIEN DE QUIENES PODRÍAN CORROMPERSE Y DESCARRIARSE CON EL EJEMPLO DE SU CONDUCTA.
Un análisis sumario de los acontecimientos y de su orden de sucesión basta para reducir a polvo la propaganda embustera elaborada por el kirchnerismo: el haber buscado un eventual “desahogo económico” mediante el lanzamiento hacia una “vía original”, estableciendo un método desestabilizador para la República y utilizando intermediarios y asesores execrables, que nos retrotraían a lo peor de nuestra historia política reciente.
La consistencia argumental de Nisman surge nítidamente en las 290 fojas del informe que hemos leído que no tiene visos de ser una “novela fantasma” como ha manifestado el imputado Esteche, sino la trama “a cielo abierto” de “segundas líneas” que solo podrían haber trabajado de la forma que describió el fiscal por haber gozado de impunidad absoluta para hacerlo.
No nos parece razonable extendernos mucho más sobre un plan con propósitos eventualmente ¿comerciales?, sobre el que solo podría agregarse que “para muestra basta un botón” y cuya guía para ejecutarlo es la consecuencia de los considerandos del memorandum -cuyo “resumen-marco” hemos incorporado en estas reflexiones-, que indican que Cristina Fernández parece haberse hecho acreedora a que “Dios y la Patria se lo demanden”.
El mismo juramento con el que comenzó su presidencia, que ahora parecería estar despidiéndola de la peor manera.
carlosberro24@gmail.com