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jueves 17 de junio de 2004

Carlos Curi: “Los acreedores siguen alegando la mala fe de Argentina en la negociación de la deuda”

La propuesta que el ministro de Economía, Roberto Lavagna, anunció el martes 8 de junio para la reestructuración de la deuda todavía no fue aceptada por los acreedores. El gobierno argentino no logró llegar a un acuerdo y los tenedores de bonos en default están cada vez más inquietos. Han presentado razones de diversos tipo para rechazar la propuesta y el malhumor persiste. El economista Carlos Curi da un panorama de la situación actual y habla de las perspectivas futuras.

– ¿El Fondo Monetario Internacional (FMI) le va a pedir al gobierno que resuelva el tema de la coparticipación o no?

– Tal vez no lo exija ahora, pero lo va a pedir, seguro. El Fondo le va a repetir al gobierno la necesidad de sancionar una nueva ley de coparticipación para septiembre y en algún momento lo va tener que cumplir.

– Este tema está establecido en la carta de intención y en el memorándum técnico de septiembre de 2003, hace un año casi, ¿no?

– Exacto. En marzo debería haberse llegado a un acuerdo sobre los porcentajes de coparticipación y en mayo ya tendría que haber estado aprobada la ley. Para esta revisión del FMI ya tenía que estar todo listo.

– ¿Y entonces?

– En tanto y en cuanto el gobierno pueda reestructurar la deuda, veremos qué pasa. Por el momento, los bonos han caído reflejando un riesgo país de 5.000 puntos básicos, lo que significa que en esta última semana bajaron un 10 por ciento.
Y esto se ha dado por dos razones. En primer lugar, porque el gobierno ha anunciado mayor emisión de bonos post-default. Recordemos que desde el 2001 hasta acá ya se han emitido 50.000 millones de dólares en estos bonos. Ahora el gobierno ha anunciado la emisión de unos 3.000 más aproximadamente, y aún no se sabe cuántos más serán porque están indemnizando a diferentes grupos.
La segunda razón de esta caída tiene que ver con el malhumor de los acreedores. Fundamentalmente, porque siguen alegando la mala fe de nuestro país en la negociación de la deuda. Este disgusto o este mal ambiente que hay está liderado por los alemanes y los italianos, que han anunciado que no van a apoyar la reestructuración de la deuda que propuso la Argentina básicamente por dos tipos de razones, unas técnicas y otras legales.
En cuanto a los motivos técnicos, el principal tiene que ver con que el gobierno argentino generó una propuesta inconsistente cuyo valor presente neto -el valor descontado de los flujos futuros- es menor que el precio mercado. Es decir, ¿qué acreedor que tiene un bono que vale hoy 28 va a aceptar un bono que vale menos de 28? Ninguno.

– Es lógico…

– O lo vende o no lo acepta. Esa es la mayor inconsistencia. Y esto se da porque los 6.500 millones de dólares que dice Lavagna que vale el crecimiento del país en los próximos 40 años -el cupón variable y atado al producto bruto- los analistas de mercado lo cotizan como cero o, a lo sumo, con alguna cifra que no tiene significancia.

– ¿Y en cuanto a los argumentos legales?

– También son muy importantes. Uno de ellos es que el gobierno ha propuesto que se elimine la cláusula que internacionalmente se llama “cross default”. Se trata de una cláusula por la cual si una serie de bonos entran en default, todas las demás series de bonos del mismo emisor entran en default también. El gobierno argentino ha anulado esto, claramente, para poder llevar a cabo reestructuraciones selectivas en un futuro.
El segundo desacuerdo legal que plantean es que ahora, si hay un acreedor al que el gobierno deudor no le paga, éste puede declarar el default como único acreedor. No precisa que se le unan los otros acreedores. A partir de estos bonos que propone nuestro país, se va a necesitar el 25 por ciento de los acreedores para que alguien pueda declararle el default al gobierno. Es una medida que obstaculiza la declaración de default en el futuro.

– Está muy complicada la situación para que se llegue a algún tipo de acuerdo…

– A todo esto hay que sumarle, también, el malestar de los inversores institucionales argentinos, como las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP). Gran parte de los bonos en default que tienen hoy las AFJP tienen garantía del impuesto al cheque. El gobierno les estaría pidiendo cambiar esos bonos que ellos tienen al día con garantía por bonos sin ninguna garantía.
Esto, entre otras cosas, afecta todo lo que es responsabilidad fiduciaria. Ya que en definitiva lo que las AFJP hacen es administrar fondos que nos pertenecen, uno podría ir y reclamarles por qué están entregando y cambiándome un bono con garantía por un bono sin garantía. Así, que en ese sentido estas instituciones están con un problema grande.
Por encima de todo, los inversores tienen el sentimiento de que hay un gran chantaje por parte del gobierno argentino cuando los presiona a aceptar más del 70 por ciento para pagarles todos los intereses. Esto es único, no ha pasado en ninguna reestructuración y se sienten bastante presionados.

– ¿Qué va a pasar? ¿Qué está esperando el mercado?

– El mercado está esperando que, en definitiva, se lleve a cabo algún pago efectivo para tratar de acordar con el gobierno. Un pago en efectivo que no lo calculan por encima del 3 ó 4 por ciento, o sea, lo que vale un cupón ahora.
Entonces, o el gobierno acuerda este tipo de pago en efectivo y trata de conseguir un mayor consenso entre los acreedores pero sabiendo que nunca va a llegar al 70 por ciento con las presentes condiciones, o va a tener que retirar la propuesta que hizo a la Security Exchange Comission de Estados de Unidos y empezar a negociar de vuelta con los acreedores.

– Con este panorama –salvo que uno piense que este gobierno va a ser reemplazado prontamente por otro más eficiente– los acreedores no tienen demasiadas opciones.

– Son acotadas si el gobierno continúa en esta postura. Y el acuerdo se complica.

– Entonces, si uno tuviera que asesorar a un tenedor de bonos, uno tendría que decirle: “mirá, no es que el país no dé para pagar más, es que esta política económica no da para pagar más. Vendé el bono o aceptá lo que te dan”. En realidad, por lo que usted me explicaba antes, directamente, debería vender el bono, ¿no?

– Y sí. A los acreedores no les queda otra que vender los bonos o esperar a que en 3 años más, como usted planteaba, cambie el gobierno y venga una política económica racional. Es a lo único que se puede apostar. Porque incluso, en el mejor de los casos, utópico hoy, que es que todos los acreedores acepten la propuesta, la gran duda que se tiene para adelante es: “¿acaso es sostenible el superávit fiscal primario por 40 años, cuando la historia demuestra que sólo excepcionalmente se ha tenido esa situación?”. © www.economiaparatodos.com.ar




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