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jueves 4 de octubre de 2007

El mejor tipo de cambio

Cerrar las operaciones con los mejores tipos de cambio y en el momento oportuno es el objetivo excluyente que persiguen los operadores y también debe ser el de las empresas que compran y venden monedas extranjeras. Para ello, es preciso contar con buena información y profesionales especializados y capacitados.

En un mercado con tipos de cambio flotantes, la acción de la oferta y demanda determina el nivel del valor de las diferentes monedas con relación al dólar estadounidense, constituido en la divisa referencial del actual sistema vigente en el mundo globalizado.

En nuestro país, desde el 11 de febrero de 2002, en el Mercado Unico y Libre de Cambios el tipo de cambio del dólar/peso es el resultado “del libre juego de la oferta y la demanda”. Por lo tanto, y pese a la actual política cambiaria del Gobierno, que obliga a la permanente presencia del Banco Central en el mercado, las cotizaciones muestran una volatilidad que tiene que ver con los volúmenes ofrecidos y demandados, suponiendo esa situación un riesgo evidente para las empresas exportadoras e importadoras que deben vender y comprar divisas extranjeras.

Por disposición del Banco Central, en la Argentina el mercado de cambios funciona dentro del horario de 10 a 15 horas y a través de los sistemas electrónicos Siopel, del Mercado de Valores, y el MEC, de la Asociación Argentina de Corredores de Cambio. Las entidades bancarias y cambiarias deben cursar sus operaciones, las que realizan entre sí, a través de dichos sistemas, y ambos muestran en tiempo real las transacciones que se van realizando, todo ello monitoreado permanentemente por el Banco Central.

La modalidad operativa descripta permite conocer las cotizaciones que se anotan para la compra y la venta del dólar contra el peso, los volúmenes ofrecidos en cada uno de los casos y los tipos de cambio y el monto de las operaciones realizadas. Esta información, por supuesto, resulta de suma utilidad para conocer y evaluar el desarrollo del mercado, facilitando la realización de las transacciones.

Pero lo descrito no basta para que el mercado pueda funcionar a pleno, con todo lo que se necesita para cumplir con sus condiciones básicas de amplitud, profundidad y transparencia, tal como ocurre en los mercados tradicionales, que en el mundo civilizado funcionan a partir de los contactos directos personalizados entre todos los operadores, realizados a través de las telecomunicaciones y la informática.

Ese es, precisamente, el inconveniente de mayor gravedad que muestra el Mercado Unico y Libre de Cambios limitado hoy a una simple y fría información de precios y volúmenes en pantalla, sin la posibilidad de acceder a la pertinente apreciación de los hechos para prever y apostar al futuro inmediato ni conocer las opiniones y comentarios de los operadores que servirán luego para establecer las alternativas de acción y las estrategias de negociación.

Sin embargo, la posibilidad de acceder al mercado a través de la mediación de los corredores de cambio les permite hoy a los bancos, y también a las empresas, cubrir en gran parte aquellas carencias, permitiéndoles operar haciendo uso de la modalidad tradicional del contacto personal y obtener así sus ventajas y beneficios.

Cerrar las operaciones con los mejores tipos de cambio, en el momento oportuno, es el objetivo excluyente que persiguen los operadores y también debe ser el de las empresas que compran y venden monedas extranjeras. Sin embargo y en primer término, es condición fundamental para lograrlo que quienes operan en este mercado conozcan con precisión las modalidades operativas que distinguen la actividad que desarrollan cada una de las entidades financieras y cambiarias, con sus particularidades y especializaciones.

En ese sentido, previamente hay que conocer con precisión los spreads que los bancos establecen para cotizar a sus clientes y tener una clara percepción de las diversas acciones que caracterizan a los negocios cambiarios realizados, indistintamente, según las siguientes alternativas: positioning, trading, dealing y hedging.

Recordemos que el “positioning” es la alternativa elegida por los operadores y consiste en comprar o vender, tomando una posición que significa una apuesta a que el movimiento futuro del valor de la divisa comprada o vendida brindará la posibilidad de realizar una ganancia. Es esta una típica acción especulativa. El “trading”, en cambio, se realiza comprando a un precio para vender a otro, sin mantener posiciones. Es una típica actividad de los operadores y para ello se debe tener clientes propios. La más sofisticada de las modalidades operativas es la denominada “dealing”, cuando el operador compra y vende (cotiza las dos puntas) permanentemente, constituyéndose en hacedor del mercado. Lo obliga a tomar posiciones siempre, y de muy corto plazo, y por eso es la más riesgosa. Finalmente, el “hedging” se realiza en circunstancias muy especiales y cuando aparecen dudas e incertidumbres y, entonces, los operadores se ven obligados a cubrir sus riesgos de capital.

Conocer en toda su dimensión estos aspectos de la operatoria cambiaria es condición imprescindible para optimizar los tipos de cambio, aprovechando las oportunidades que originan y actuando en el momento justo para obtener los mejores resultados.

Sin embargo, la posibilidad de acceder a las pantallas del Siopel y del MEC y de poder tener contacto directo con los operadores de los bancos dedicados a la atención de los clientes no resulta suficiente para conseguir los mejores tipos de cambio. La decisión en ese sentido sólo podrá ser exitosa si va acompañada de la información necesaria para decidir cuál es el mejor momento para efectuar los cierres de cambio.

Por esos motivos, entonces, queda bien claro que las empresas exportadoras e importadoras deben evitar que los tipos de cambio de sus operaciones relacionadas con el comercio exterior queden librados al azar y que sólo la probable buena suerte les permita acceder a las mejores cotizaciones. Esta situación no puede aceptarse y menos justificarse bajo ningún aspecto ni circunstancia.

Además, es un error enorme creer que se puede actuar en el mercado “desde afuera”, sin cumplir previamente con cada una de las condiciones apuntadas. En esa situación, cabe reiterarlo, tener sólo acceso al conocimiento de las cotizaciones que se van sucediendo con el correr de los minutos, a través de los sistemas electrónicos, de nada sirve para decidir con el objetivo de conseguir los mejores precios. En este tema el azar y el voluntarismo equivalen a irresponsabilidad e innecesaria pérdida de dinero.

Todo lo expuesto sirve para llegar a la siguiente conclusión: la decisión de comprar o vender divisas sólo la pueden tomar operadores profesionales que actúen dentro del mercado y que cuenten con toda la tecnología de la información y comunicación necesarias, junto a la actitud y aptitud requeridas, condiciones estas que resultan ineludibles para cumplir esa labor con idoneidad y eficiencia, aumentando así la posibilidad de tener éxito en la gestión de los tipos de cambio. © www.economiaparatodos.com.ar

José Alfredo Nogueira es corredor de cambio y autor del libro “Las Reglas del Juego. Mercado de Cambios y Operaciones con Divisas” (Editorial Argenta).

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