La maternidad y la paternidad implican desarrollar una serie de valores propios de todo ser adulto. Sin embargo, quisiera que nos detengamos a reflexionar sobre la virtud del coraje. El psicólogo Rollo May la define como la capacidad para enfrentar los obstáculos que se presentan en el camino. Es la voluntad de diferenciarse, de llegar a ser uno mismo.

Cada época, dentro de la historia, ha tenido sus problemas, dificultades y obstáculos. No obstante, en otros tiempos, quizá no muy lejanos, había un consenso más claro sobre aquello que era un bueno para las personas. Esto no significa que aquello que es un “bien” dejó hoy de serlo, pero pareciera que ha perdido “marketing” y esta situación conlleva a una serie casi infinita de confusiones en las cuales estamos todos inmersos.

En este huracán de estímulos, muchas veces perdemos la capacidad de enfrentar los verdaderos obstáculos frente a la educación de nuestros hijos. Sin darnos cuenta, transmitimos mensajes contradictorios que muchas veces los terminan confundiendo. Recuperar el valor del coraje no es más que confiar en nuestro rol y función de padres.

Tenemos que abrir el espacio para “escuchar-nos” interiormente y reconocer que nuestra misión como padres es ser “guías”, ser una “luz” en sus caminos para que puedan crecer, equivocarse, tropezar, acertar, en definitiva, madurar.

Los niños y los jóvenes necesitan creer y confiar en aquello que les decimos y mostramos del mundo adulto para querer llegar a esa etapa de la vida. Necesitamos, nosotros los adultos-padres, tener el coraje de trasmitirles que los valores humanos son aquellos que nos enriquecen como personas, que valen la pena y, por sobre todas las cosas, motivarlos en recuperar la esperanza frente a la vida.

En las “pequeñas cosas de todos los días” es donde se pone en juego nuestro coraje de ser padres. El resultado es a largo plazo, intentémoslo. © www.economiaparatodos.com.ar

La licenciada Andrea Saporiti es psicóloga, terapeuta familiar y miembro del equipo de profesionales de la Fundación Proyecto Padres.