Sigue la baja, y le da un golpe duro a los productores de maíz
El mercado de maíz y soja sigue operando con sesgo negativo. Los fundamentos han cambiado el foco desde una ecuación de oferta y demanda que se estrecha cada vez más para la cosecha vieja norteamericana, a las perspectivas del nuevo ciclo, que se presenta con un inicio de campaña muy promisorio.
Dentro de esta tendencia, la soja logró sostenerse mejor. Dos cuestiones explican esto. Los stocks de cosecha vieja EEUU están en terreno demasiado bajo como para seguir cayendo, y dado que los compradores siguen presionando sobre ese mercado tratándose de llevar soja, los precios tratan de desviar la demanda hacia Sudamérica. Y allí aparece el segundo condimento: en Sudamérica la soja está en poder de productores, que no tienen intenciones de vender.
La demora en la comercialización se debe a la inestabilidad cambiaria, pero también al atraso en la recolección. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estima que a nivel nacional se lleva trillado un 80% de los lotes, con atraso de 17 puntos respecto al año pasado.
La caída de precios del maíz ha sido mayor, y le pega a los productores argentinos un fuerte golpe. El precio disponible pasó de trabajar en torno a los 1500 a unos 1350 $/tt. Al mismo tiempo hay un atraso importante en la recolección, que todavía está por debajo de 40% demorada casi 28 puntos respecto al año pasado. Más allá de las lluvias que complicaron la trilla de maíces de primera, lo cierto es que 60% de los cultivos se tuvieron que sembrar en forma tardía. Estos lotes se cosecharán entre julio y agosto, dependiendo de que tan rápido descienda la humedad de los granos, cuestión complicada en invierno. Decimos esto porque la cotización con descarga en julio/agosto es todavía más baja, está en torno a 1.200 $/tt.
El punto que venimos sosteniendo aquí es que si bien es cierto que los cultivos norteamericanos tuvieron un excelente inicio, habrá que ver que ocurre de aquí en adelante. Por caso, 76% del maíz EEUU está en condiciones buenas a excelentes, 13 puntos mejor que el año pasado, pero la caída abrupta en calidad de los mismos en la campaña anterior, se produjo recién a partir de fines de junio. La soja en tanto se sembró rápido, se llevaba 78% sembrado, 8 puntos adelantado respecto al promedio histórico, y las lluvias que van llegando, junto con temperaturas templadas, augura también un buen inicio.
Por otro lado también tenemos que ver que pasa con la demanda. El año pasado la misma superó holgadamente las previsiones del USDA. Es temprano para argumentar en contra de las proyecciones en este sentido, pero es un elemento a tener en cuenta.
El miércoles 11 se conocerán las nuevas proyecciones de oferta y demanda del USDA y se apunta a que los rindes suban algo más, por el buen inicio de la campaña.
En lo que hace al trigo, la mercadería de la zona del Mar Negro está fluyendo sin problemas, a pesar del conflicto entre Ucrania y Rusia. Esto abastece al mundo de trigo barato y hace que los valores en Chicago deban ajustarse. Localmente el precio del trigo viejo está más ligado al consumo interno, y el nuevo estaba bastante por debajo de la capacidad teórica de pago, con lo cual aprovechó ese colchón y se sigue manteniendo en la zona de los 200 U$S/tt. En lo productivo la siembra de trigo también viene demorada por los excesos de humedad. Se estima que está cerca del 12% implantado, 7,5 puntos atrasado respecto al año pasado.
Nota: A partir de esta newsletter comenzamos a publicar un anticipo de la misma en el diario AMBITO FINANCIERO. Luego los lunes continuaremos con el envío de la newsletter completa, agregando información adicional, la cual se encuentra en las ampliaciones que están al pié del envío.
Fuente: Austral Agroperspectivas