¿Macri o Scioli?
El resultado de la primera vuelta fue una verdadera sorpresa para todos. Ninguna encuesta ni analista político de renombre previó un resultado tan categórico a favor de Cambiemos. La magnitud de los resultados sorprendió inclusive a los propios candidatos triunfantes.
Todas las encuestadoras sin excepción daban ganador a Scioli por 10 puntos con alta probabilidad de que gane en primera vuelta. Ningún analista político escapó a semejante error de pronóstico.
Inclusive, algunos analistas habitualmente críticos del gobierno, daban por sentado un cómodo triunfo de Scioli con una diferencia tan holgada sobre Macri que le sería muy difícil o imposible recuperar en la segunda vuelta. Le recriminaban no haber hecho una alianza que incluyera a Massa para tener posibilidades de “llegar” al Ballotage.
En todos los casos, se empeñaban en diferenciar a Scioli de los Kirchneristas sin analizar sus antecedentes y características personales, para hacer un análisis con un mínimo de certeza. Esto que es de sentido común básico, para muchos de los principales analistas políticos eso no aplica.
En reportajes y notas en cuanto programa político de radio o televisión, no solo en los Medios oficialistas, daban por hecho un triunfo de Scioli y avanzaban en analizar a futuros ministros nominados por Scioli que en realidad parecen una selección de primera B.
Estos resultados tan sorprendentes para la mayoría de los analistas se explican por una razón muy clara: no entraron en el análisis el actor principal que son los votantes, además de gruesos errores de apreciación sobre el perfil de Scioli a quien idealizaron todos como alguien totalmente diferente del entorno kirchnerista.
La principal causa de la sorpresa es que los analistas subestimaron el sentido común de la gente que percibe mucho más de lo que ellos creen y perciben las diferencias de los análisis con la realidad. De allí el “voto útil” y el “voto castigo”. No se creyeron en las encuestas de Massa acercándose a Macri y percibieron la diferencia entre María Eugenia Vidal con Aníbal Fernández y los “Barones del Conurbano”.
De esa percepción surgió el “voto estratégico” verdadero causante del resultado. Esto fue anticipado por notables esclarecidos como José Campanella, Juan José Sebreli, y alguna rara excepción de analistas políticos de primer nivel como Jorge Fernández Díaz o economistas como Roberto Cachanosky, quienes vieron que la única manera de evitar la continuidad de un gobierno K es votando a Cambiemos en primera vuelta aunque no coincidan en todo con Macri.
La idealización del perfil de Scioli como casi un opositor a CFK fue otro de los errores gruesos de los analistas que percibió la gente y es lo que va a determinar una buena diferencia a favor de Cambiemos en la segunda vuelta.
Para los Headhunters esa idealización de Scioli es muy burda, no hay ninguna razón para que alguien que se ha comportado durante años como alguien muy sumiso que aceptó ser humillado hasta límites insostenibles, tenga un perfil diferente al que parece.
Scioli es lo mas parecido que hay al personaje “Gardiner” del inolvidable Peter Seller en la película “Desde el Jardín” donde decía sandeces u obviedades y los “Analista políticos” lo interpretaban como genialidades. Las ambigüedades de Scioli son muy parecidas.
Es muy difícil de entender como “Analistas políticos importantes” no distinguen como clave los antecedentes de Scioli con los de Macri. Los antecedentes de Macri y sus equipos están a la vista por los resultados exitosos de su gestión en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a pesar de tener a todo el gobierno nacional en contra.
Scioli por su parte, durante 8 años tuvo una gestión en la Provincia que a juzgar por los resultados fue pésima, a lo sumo mediocre y totalmente alineada con el oficialismo gobernante donde tuvo ayuda hasta para pagar los sueldos.
Por si queda alguna duda en las diferencias, están los discursos post elecciones. Mientras que Macri hizo el mejor discurso de su carrera con un nivel claramente Presidencial, Scioli se mimetizó mas todavía con los kirchneristas no entendiendo que lo que pasó en las elecciones en gran parte fue un hartazgo de los K. Esta comparación hace acordar la propaganda de “Durax” de los 70 donde Joe Rigoli comparaba esos platos con un producto muy inferior.
Esa enorme diferencia es percibida por la gente como obvia, pero no para los analistas políticos. La diferencia se reflejará nuevamente en las urnas, pero ya no será una sorpresa.
Carlos Grau Baena
Headhunter
cgraubaena@buroconsult.com