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jueves 2 de diciembre de 2004

Para qué aprendimos lo que aprendimos

Si los contenidos son considerados fines en sí mismos, poco provecho podemos sacar de muchos de ellos. Pero si en cambio pasamos a considerarlos como medios para la adquisición, práctica o aplicación en otro ámbito de distintas habilidades intelectuales, la cuestión cambia completamente.

Si alguno quiere divertirse, puede hacer el ejercicio intelectual de tomar un programa de estudios de educación secundaria o Polimodal, ver algunos de los títulos e intentar desarrollar algunos de los temas, que estoy seguro que en su momento supimos pues en su defecto no hubiéramos aprobado la escuela media.

Me tomo el trabajo por ustedes y señalo algunos temas (no hacerse mula: si uno estudió una profesión relacionada con el tema, no vale contestarla):

Matemáticas: teorema del coseno
Química: fórmula del glicol
Historia: Tratado de Tordesillas
Geografía: fiordos
Lengua: oraciones subordinadas adjetivas
Biología: pares craneanos
Música: clave de sol

Podríamos seguir casi indefinidamente, citando todos y cada uno de los temas que aparecen en los programas de estudio y que se supone que en su momento supimos. ¿Alguien ha tenido problemas de supervivencia por no recordar qué características tenían las “fanerógamas” o las “angiospermas”? ¿O alguien ha perdido la posibilidad de un trabajo por no acordarse qué era el nódulo de Ashoff-Tawara, o quiénes fueron los firmantes del Tratado del Pilar, o por no poder resolver una integral triple? Pareciera ser que los contenidos específicos que aprendimos en cada una de las materias que tuvimos a lo largo de nuestra escolaridad, no nos han servido mucho si los consideramos fines.

Pero si en vez de considerarlos fines, pasamos a considerarlos “medios” para lograr la adquisición, práctica o aplicación en otro ámbito de distintas habilidades intelectuales, el tema cambia notablemente. Sí es posible que uno pierda la posibilidad de un trabajo por no poder analizar una situación, clasificar problemas, resolver situaciones problemáticas, o hacer una síntesis de los pedidos de los clientes.

Los contenidos concretos que estudiamos deben ser el medio que nos permita desarrollar distintas habilidades intelectuales. Y si entendemos que esos contenidos son medios, podremos sacarles muchísima más utilidad. En mi caso particular, recuerdo de memoria un teorema que jamás entendí: “el rotor de la divergencia es igual al flujo del gradiente en un campo vectorial”. Ignoro para qué me sirve este conocimiento.

Permítanme un ejemplo de cómo considerar los contenidos como medios y no como fines. Supongamos una clase de trigonometría. En general, el profesor, luego de estudiar los triángulos rectángulos, entraba y decía: “en un triangulo rectángulo el seno es equivalente al cateto opuesto sobre la hipotenusa”. Para alguien que estudiara cualquier carrera distinta de ingeniería o exactas, en incluso para ellos mismos, este contenido no presentaba ninguna utilidad. Ahora pensemos al mismo profesor, entrando en el aula y diciendo: “Dibujen 15 triángulos rectángulos semejantes”. Luego: “Midan los lados, y dividan el cateto opuesto por la hipotenusa”. Al cabo de un rato (esto lo he comprobado en la práctica), algún alumno dice: “Si redondeo en la calculadora el resultado es siempre el mismo”. Y otro dice: “No, el mío es distinto que el tuyo”. “Pero es que nuestros triángulos son distintos”. “¡Uy!, a mí me da lo mismo que a Pedro”. Hasta que uno dice: “El resultado es constante para cada triángulo semejante”. Y el profesor acota: “Bien, a esta constante ya la descubrieron antes y la llamaron seno”. Este aprendizaje, utilizando el contenido “seno” para que el alumno analice, compare, busque igualdades y diferencias, sintetice, entre otros procesos cognitivos, le sirve a cualquiera aunque en el resto de su vida nunca vuelva a escuchar la palabra seno. Es decir: se tomó el contenido como un medio y las conductas intelectuales como fin. Esto puede hacerse con cualquier contenido.

Si entendemos que los contenidos no son fines, ayudaremos un poco a producir mejores resultados educativos y a generar alumnos capaces de adquirir nuevas habilidades. © www.economiaparatodos.com.ar



Federico Johansen es docente, director del colegio Los Robles y profesor de Política Educativa en la carrera de Ciencia Política de la Universidad Católica Argentina (UCA).




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