Cuando todavía no está nada clara cuál es la dirección que finalmente tendrá el gobierno del Frente Amplio uruguayo, comienzan allegar algunas señales preocupantes que quiero compartir con ustedes, lectores. Porque generan “mala onda” para todo aquel que, desconfiando “de lo nuestro”, como ha sido tradicional cada vez que la izquierda llega al poder aquí, piense en invertir o poner sus ahorros en el Uruguay.
La primera señal es un reciente decreto presidencial, emanado del propio Dr. Tabaré Vázquez, en virtud del cual se prohíbe expresamente el empleo de la fuerza pública para desalojar aquellos locales o propiedades de cualquier tipo que sean, como comienza a ser habitual, “tomados” por gremialistas o por protestas de índole gremial.
De esta manera se daña ciertamente al clima de inversión. Pero, lo que es mucho más grave aún, se avanza adversamente sobre la tutela constitucional del propio derecho de propiedad, que ha quedado así severamente restringido.
La segunda señal es la abierta diferencia de opinión existente entre el respetado ministro de Economía, Danilo Astori, y el absolutamente inexperto canciller, Reinaldo Gargano, respecto de la suscripción por el Uruguay del tratado de protección de inversiones que ha sido negociado con los Estados Unidos.
El primero lo apoya, sin ningún margen para la duda. El segundo, respondiendo a fuertes presiones que aparentemente le llegan desde los escritorios de Kirchner y “Lula”, en cambio, lo ataca y quiere que no sea firmado. Para ello dice, con su habitual forma de hablar, que a Uruguay “no le va la vida” en este tratado. Por ello desea que “duerma” (el sueño de los justos) en el Senado oriental. Sería otra muy mala señal, por cierto. Particularmente cuando Uruguay ha incrementado significativamente sus exportaciones tradicionales al mercado norteamericano, superando claramente en capacidad de acceso y precios a muchos de nuestros propios exportadores. © www.economiaparatodos.com.ar |