Uno de los mayores peligros que corre América Latina, a juzgar por lo que ocurre tanto en Venezuela como en nuestro propio país, es el pisoteo social a las normas jurídicas, que empuja al caos y la disociación.
En nuestro medio esto surge evidente con sólo detener nuestra mirada en la forma en que “operan” los llamados “piqueteros” y, ahora, los llamados “ambientalistas”. Para ninguno de esos grupos hay límite alguno establecido por la ley. Ellos pueden cortar rutas, dañar a terceros, molestar a sus conciudadanos, desoír a los jueces, etcétera. Como si fueran invulnerables y gozaran de una protección especial, que baja (invisible) desde el poder.
En el caso venezolano, Hugo Chávez ya ha pulverizado a la República y ahora está empeñado en arremeter contra el Derecho Internacional, olvidando que en 1974 la Asamblea General de las Naciones Unidas, por Resolución 3281, aprobó la “Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados”, uno de cuyos principios fundamentales es que los éstos deben abstenerse “de todo intento de buscar hegemonía y esferas de influencia”, esto es de “intervenir” en los asuntos internos de otros Estados. El descarado Chávez -con Evangelio propio- interviene cada vez más en los asuntos “internos” de aquellos Estados que cree puede “derivar” en dirección al socialismo.
Hasta ahora ha cosechado algún triunfo, según pareciera sugerir la reciente elección boliviana.
No obstante, sus excesos verborrágicos parecen haberle generado un inesperado problema en el Perú.
En efecto, su indisimulado endoso a Ollanta Humala, el ex militar golpista (como Chávez) devenido ahora dirigente indigenista, ha perjudicado las chances del primero.
Hasta la “peregrinación” a Caracas que Humala realizara, el dirigente indigenista se encontraba en un virtual empate técnico con la candidata de centro, Lourdes Flores Nano.
Después de la conmoción provocada por el abierto endoso chavista y las declaraciones insólitamente belicistas de Humala respecto de Chile, el candidato indigenista, que tenía el 28% de intención de voto, cayó rápidamente al 22%.
Al propio tiempo, Lourdes Flores Nano, que tenía el 25% de intención de voto, trepó vertiginosamente hasta el 30%, alejándose de Humala.
Parece entonces posible que el Perú no necesariamente caiga en un giro radical hacia el nacionalismo de izquierda, con el grosero sello de Hugo Chávez, sino que, por el contrario, sea liderado por una mujer discreta, equilibrada e inteligente, como Lourdes Flores Nano, quien acaba de anunciar que, en caso de ser electa, el reconocido Hernando De Soto será su ministro de Economía, lo que asegura que el país seguirá creciendo.
Una pena para Chávez. Pero una alegría para todos aquellos que miran con indisimulada preocupación cómo el “bolivariano” se mofa de la democracia, establece alianzas con Irán, insulta a medio mundo, divide a la región y mantiene una relación incestuosa con Fidel Castro.
Todavía faltan semanas para la elección presidencial peruana, que ocurrirá en abril, y a pesar de que las encuestas en el país de los incas no suelen ser demasiado precisas, ya no parece inevitable un triunfo arrollador de Ollanta Humala. Buenas noticias. © www.economiaparatodos.com.ar |