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lunes 20 de marzo de 2017

A mayor gasto «social», más pobreza

A mayor gasto «social», más pobreza

Lejos estamos de ser una economía que podríamos llamar capitalista o liberal. Claramente estamos en presencia de un estado progre populista que gasta cada vez más en planes sociales

Ya es una discurso común de los políticos afirmar que no se puede quitar la ayuda social a los más humildes porque no podrían transitar el período hasta que lleguen las inversiones, se creen nuevos puestos de trabajo y esa gente pueda cobrar un sueldo. En rigor los que no podemos aguantar más somos los contribuyentes que venimos siendo exprimidos desde 2003 sin ninguna piedad para sostener un monto cada vez mayor de gastos sociales. El cuadro 1 muestra la evolución del gasto social, incluye jubilaciones, en pesos corrientes desde 2001 hasta 2016. Como puede verse en el gráfico, el gasto en pesos corrientes aumentó 42,5 veces. Como referencia, el dólar paso de $ 1 a $ 16, es decir, creció 16 veces, así que en dólares se disparó.

Gráfico 1

Los gastos sociales que muestra el gráfico 1 solo hacen referencia a los gastos de la nación, no incluye las provincias ni los municipios. Como puede verse aumentó 42,5 veces desde 2001 hasta 2016.

Gráfico 2

El gráfico 2 nos muestra la evolución del gasto social en pesos constantes de 2016 utilizando inflación Congreso desde el 2007 en adelante para hacer el ajuste. En este caso aumentó 2,58 veces en términos reales, o se casi se triplicó. En otras palabras, cada vez se destina más dinero en pesos constantes a pagar jubilaciones, subsidios, educación, vivienda, etc. y la gente es cada vez más pobre, los jubilados están que trinan y los piqueteros siguen extorsionando con sus cortes de calles.

Gráfico 3

El gráfico 3 muestra la evolución del gasto social sin incluir las jubilaciones y las pensiones. Es decir, el gasto en educación, salud, vivienda, etc. que, en valores constantes de 2016, aumentó 2,4 veces en términos reales. Siempre crece el gasto social en términos reales.

Finalmente si la cuenta la hacemos en dólares, vemos que el gasto social total pasó de U$S 27.543 millones en 2001 a U$S 79.325 millones en 2016, o sea que se multiplicó por 2,88 veces. Pero si tomamos desde el 2003, cuando empezó el gobierno de los Kirchner hasta el 2016 el gasto crece 6,6 veces en dólares.

Cualquiera sea la manera que uno haga la cuenta, aquí presento solo 4 opciones, vemos que el llamado gasto social, solo tomando la nación, sin incluir municipios y provincias, crece fenomenalmente.

Gráfico 4

Como último dato, el 64% del gasto público de la nación se destina a los llamados gastos sociales, es decir, jubilaciones, salud, educación, subsidios, etc.

De lo anterior se desprende que lejos estamos de ser una economía que podríamos llamar capitalista o liberal. Claramente estamos en presencia de un estado progre populista que gasta cada vez más en planes sociales y ni siquiera primero cumple con su función primordial que es defender el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de las personas. La seguridad es desastrosa. Pero también la calidad de vida de la gente viene en decadencia porque la contrapartida de semejante fiesta de gastos sociales es una carga tributaria que espanta la inversión, genera menos puestos de trabajo, aumenta la informalidad, la pobreza y la desocupación.

Es falso que los gastos en programas sociales mejoren la vida de la gente. Claramente la gente vive cada vez peor a pesar de incrementar brutalmente los recursos destinados a los planes sociales. Desde el punto de vista conceptual la gente vive peor porque, como decía antes, espanta las inversiones y cultiva la cultura de la dádiva. La gente no produce y prefiere ser mantenida mientras el estado saquea a los que producen.

Pero además, la política se ha transformado en una actividad política muy rentable en que todos estos fondos se transformaron en fuentes de corrupción y una manera de comprar votos.

En definitiva, no vengan con el verso de que gracias a los planes sociales la gente puede vivir. La gente vive cada vez peor, se degrada como ser humano al ser un vago y se espantan las inversiones que pueden sacar a la gente de pobreza y darles la dignidad del trabajo.

La conclusión es que los gastos sociales son un negocio político y no una manera eficiente de ayudar a la gente. A la gente se la ayuda creando las condiciones para que pueda trabajar y vivir de su salario.

El estado de bienestar es un verso que inventaron los políticos para, con la plata del contribuyente, terminar haciendo su propio negocio político.