Canadá es un inmenso país, más de tres veces la superficie de la Argentina. Uno de esos pocos países que está rodeado de un halo muy particular, que despierta en todos esa sensación de estar frente a una nación excepcional: gran seguridad, una cultura atractiva, paisajes espectaculares, servicios de primer nivel, una población acogedora y una relación calidad-precio imbatible.

Por otro lado, Canadá es un país que recibe turistas el año entero. Durante el verano, las vastas praderas, las montañas boscosas, los bellísimos lagos y las calles de las ciudades se inundan de gente deseosa de gozar del tiempo clemente a partir de las infinitas actividades al aire libre que proponen estos enclaves. Pero cuando llega el invierno, que es prolongado y extenso, los amantes de las actividades al aire libre trastrocan la remera, la bicicleta o el calzado de montaña por los esquíes, las tablas, las raquetas y las motos de nieve.

Dos cadenas montañosas que corren paralelas al Océano Atlántico y al Pacífico son los ámbitos donde se concentran los deportes invernales. Al oeste, en las montañas Rocallosas, los principales centros son Whistler/Blackcomb, Banff, Lake Louise, Red Mounytain, Panorama, Big White y Fernie Alpine Resort. Al este, sobre los montes Laurentinos, se destacan los centros de Mont Ste Anne, Tremblant, Saint Sauveur y Mont Sutton.

Cada año, a mediados de abril, en la estación de esquí Whistler se celebra el “World Ski and Snowboard Festival”, considerado muy importante por los deportistas de invierno. Durante dos semanas hay eventos de todo tipo con mucha música.

Las ofertas deportivas, además del esquí y el snowboard, que ha tenido una explosión espectacular en casi todos los centros, son inmensas. Las motos de nieve, una invención canadiense, permiten recorrer todas las regiones del país e incluso hacer circuitos de varios días pernoctando en simpáticos chalets de montaña. Para apreciar el invierno en su justa dimensión, nada puede equipararse a una excursión en trineos tirados por perros. Imagínese: usted y unos perros cruzando a toda velocidad kilómetros de nieve sobre lagos helados y densos bosques.

Ya sea que se trate de un superficie plana cubierta de nieve, de colinas boscosas o de valles alpinos, la caminata con raquetas de nieve es un deporte sencillo y emocionante. Sólo tiene que escoger la pista que le conviene y salir de aventura en un paisaje de pureza y una tranquilidad inigualables.

Las ventajas que ofrece Canadá para quienes lo visitan en invierno no se limita a las bellezas naturales. También pueden visitar sus ciudades plenas de historia y de cultura, con una programación de eventos teatrales y de primer nivel y una no menos rica vida comercial en sus amplios y bien acondicionados shoppings, los mismos que se visten de un manera especial en las fiestas de Navidad.

En Toronto, de diciembre a febrero el programa “stages” ofrece boletos de espectáculos y cuartos de hotel a precios reducidos. Los amantes del ballet, la opera y la música clásica tendrán un gran abanico de posibilidades, sin contar los museos que permanecen abiertos todo el año. Durante febrero, en Ottawa se desarrolla el “Winterlude”, un fabuloso festival con competencias de esculturas de hielo, paseos en trineo y patinaje en el canal Rideau, la pista más larga del mundo. Montreal le ofrece la ciudad subterránea más extensa del mundo, un conjunto de centros comerciales interconectados con comercios, servicios y actividades culturales. Québec es la ciudad histórica por excelencia, donde se destacan el Chateau Frontenac y la Terrasse Dufferin con el marco del río San Lorenzo a sus pies. Por otra parte, le invita a divertirse durante el Carnaval.

Mientras la mayoría del país tirita de frío, las ciudades de Victoria y Vancouver, protegidas por las Rocallosas, gozan de un clima más templado que permite la práctica del golf y el conteo de millones de brotes de flores que explotarán en la primavera con una temperatura promedio de 15 grados centígrados.

En todas las ciudades de Canadá se festeja la Navidad con muchas luces, cánticos y música, refinados y elaborados adornos navideños y un cálido espíritu de paz y cordialidad, igual al que predomina y recibe al visitante durante todo el año. © www.economiaparatodos.com.ar