Costos de Transacción
La importante idea de los costos de transacción se inspiró en un artículo de Ronald Coase, el economista inglés que obtuvo el premio Nobel de Economía en 1991 y que falleciera el pasado septiembreEstos costos aluden a los costos de negociación, de formulación de contratos y de supervisión de su cumplimiento. Cuando se elevan a niveles prohibitivos, los mercados tienden a desaparecer. Buenos ejemplos del efecto de esta suerte de gravamen son el colapso de la inversión en una hiperinflación, la fuerte contracción de las operaciones inmobiliarias cuando rigen excesivas regulaciones, o el apagón del mercado del dólar paralelo los días en que el infausto Moreno amenazaba por teléfono a las cuevas y se abría un enorme spread entre el tipo vendedor y el comprador.
El viernes de la semana pasada, mientras veía una entrevista al director de cine italiano Roberto Rosellini en el programa A Fondo (TVE 1977), me topé con un ejemplo elocuente (de la ausencia) de comportamiento oportunista y de su subvalorada consecuencia sobre el sistema económico: (la desaparición de) los costos de transacción. Joaquín Soler Serrano, el conductor del programa, interrogaba a Rosellini acerca de su filmografía. Quiso conocer los motivos que lo llevaron a filmar Alemania Año Cero. Rosellini contestó que quería proyectar una imagen realista de Alemania, país que era visto como una tierra de monstruos a fines de la década de 1940. Añadió que había viajado a Alemania con una cámara de mano y con regalos para Marlene Dietrich y otros amigos que pasaban penurias. Llevaba para ellos ropa, zapatos, cigarrillos y otros bienes escasos en aquel país. Pero cuando intentó regalárselos, sus amigos alemanes no los aceptaron porque su consumo estaba cuotificado por el gobierno. Entonces, Rosellini los vendió en el mercado negro y les entregó la plata. Mientras contaba esta historia, de pronto exclamó con gesto de sorpresa: ¡Los alemanes son tan obedientes! ¡Eran incapaces de imaginar la posibilidad del mercado negro!
La historia ilustra a las mil maravillas lo fácil que es implementar políticas económicas y sociales en países como Alemania. Esa obediencia (u honestidad) que le llamó tanto la atención a Rosellini también ilustra el escaso oportunismo de dicha sociedad, sus bajos costos de transacción y la consecuente profundidad que adquieren sus mercados en tales circunstancias. La honestidad, finalmente, se refleja en eficiencia; es decir, riqueza.
¡Feliz Navidad, les deseo una vez más, y Próspero Año Nuevo!