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martes 1 de abril de 2014

Cristina, una versión posmoderna de Pinocho

Cristina, una versión posmoderna de Pinocho

“Entre el error involuntario y el engaño deliberado se despliegan numerosas variedades de híbridos, donde se mezclan ambos según todas las dosificaciones posibles” (Jean Francois Revel)

En la psicología de algunas personas, existe una necesidad de “creer en algo”, que es más fuerte que su mala fe. La misma hace que intenten disimular la verdad exagerando su firmeza al negarla ante los demás.

Esto es lo que ha sucedido con el gobierno de Cristina Fernández al indicar a sus voceros Kiciloff y De Vido que anuncien públicamente la “reasignación de prioridades” (¡maravilloso eufemismo!) para eliminar subsidios, abundando en explicaciones confusas que desnudan el sistemático peso de la ideología en quienes se han convertido en máquinas de promover sus abstrusas convicciones personales a todo evento.

Tarde, pero forzados al fin por las circunstancias, han decidido “poner la casa en orden” al estilo K, anunciando complicadas tablas de premios y castigos para quienes usen servicios de gas y agua, tan confusas como quienes las pergeñaron.

La mentira tiene una característica fundamental: confundir la información haciéndola circular mediante una serie de consideraciones morales, que tienen el supuesto objetivo de “reparar un daño” por medios que tratan de disimularlo. Así lo ha hecho el gobierno.

Apretada contra la pared, la presidente ha preferido anunciar el primer “tarifazo” en dos escenarios: el más doloroso, a cargo de dos genuinos representantes de la mala fe (los ya mencionados ministros de economía y de obras públicas) y el “distractivo”, representado por las alabanzas formuladas a los alfajores “Fantoche”, exhibidos por ella misma como una muestra más de la supuesta industria nacional floreciente, en una de sus habituales peroratas de Olivos, totalmente “despegadas” de la realidad.

Sugestivo nombre para un alfajor, cuya muestra le enviaron según sus dichos en un envase “mini”, para que la “madre de los argentinos” (Cristina dixit), no se vea tan gorda.

¿Será un producto financiado por los “nuevos ricos” del Frente para la Victoria?

En los regímenes autoritarios, la mentira suele ser vaga y está alimentada siempre por una falsificación palpable DE CIFRAS Y DE HECHOS. De eso se ha tratado la conferencia de prensa donde se anunció en forma rimbombante el “bienestar” que inundará nuestro ánimo cuando debamos abonar de la noche a la mañana lo que se congeló arbitrariamente durante diez años de despilfarro gubernamental.

Ahogada por la inflación y la falta de dólares –que se le escurren entre los dedos-, Cristina ordena a sus “muñecos de paja”, que promulguen diariamente informaciones que permitan tapar sus fracasos y perpetúen sus imposturas, demostrando palmariamente hasta qué punto debe falsificar la realidad para que no se note que anda a la deriva.

La destrucción sistemática de las estadísticas y la construcción de un mundo inexistente, han sido usados como “respirador artificial” de un régimen que se ahoga en su voluntarismo e ineficiencia.

El estado comatoso del programa económico del gobierno (si es que en realidad tiene alguno), convierte cualquier anuncio en una mera ficción y la nariz de Cristina sigue creciendo, como la de Pinocho, al compás de sus mentiras, mientras sus funcionarios hacen y deshacen de acuerdo con la mayor o menor tirantez de los hilos que maneja la gran

“titiritera”.

Mientras tanto, algunos vientos huracanados se acercan a la Casa Rosada acechando al gatopardismo presidencial y estamos convencidos que el camino elegido solo permite celebrar pequeñas treguas que no conseguirán apagar la mecha de una violencia que los está esperando a la vuelta de la esquina.

Los errores que sigue cometiendo el kirchnerismo, demuestran una vez más que la visión fascista de quienes algún día ya lejano se proclamaron “de izquierda” no puede perpetuarse si no es en medio de una penumbra. Porque si los hechos “verdaderos” salieran a la luz, harían desaparecer “ipso facto” lo que resta de su influencia popular.

Por lo que dicen sus voceros, parece que habrá más noticias para este “baño de realidad”. Por lo que la nariz de Cristina, como la del recordado Pinocho, puede seguir aumentando su largo muy pronto.

¿Tendrá que recurrir al “photoshop” para poder llegar ilesa al 2015?

carlosberro24@gmail.com