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jueves 25 de agosto de 2005

Eduardo Fidanza: “Kirchner con su discurso ha logrado convencer a la opinión pública”

Los índices de imagen positiva de cada uno de los candidatos, el peso del rol de los medios de comunicación, la coyuntura política y económica y el comportamiento electoral de los argentinos son algunos de los temas que analiza el director de la consultora Poliarquía en esta entrevista de cara a las próximas elecciones.

– ¿Están trabajando en una nueva encuesta en Capital Federal y GBA en aras de las próximas elecciones?

– Sí, es así, en unos días tendremos datos concretos.

– Flota en el aire la sensación de que en esta elección nadie va a poder demostrar una “victoria digna”. Por lo tanto, de alguna manera, el poder va a quedar atomizado y ahí se le van a presentar dos posibles escenarios al presidente: o termina acordando con los principales políticos o lo van a volver loco y no va a poder dar ni un paso ni para atrás ni para adelante. ¿Cuál es su opinión?

– En parte, pienso que es correcto lo que usted plantea. Y creo que tiene que ver más que con la coyuntura de la elección, con la fragmentación del sistema de partidos que hay en el país y con el hecho de no existen más los partidos tradicionales nacionales. Hoy, el Justicialismo es el Justicialismo más el Frente para la Victoria.

– Pero ellos dicen que no es así.

– Yo creo que ambos son el Justicialismo porque los dirigentes tienen su origen y su trayectoria en el Justicialismo. De hecho, en algunos distritos van a ir aliados, en otros separados.

– Son chicanas políticas, entonces.

– Por eso, el primer punto es observar cómo es que se van a aliar los distintos partidos. Y la segunda cuestión tiene que ver con el día después. Es decir, con la interpretación que van a hacer los medios de comunicación: lo que la televisión diga, lo que los diarios analicen. Y hacia ahí me parece que es donde apunta la preocupación del gobierno. Por eso, hay que seguir de cerca estas declaraciones del presidente que empiezan con un plebiscito, siguen con lo de la “victoria digna”…

– ¿Y terminan con una “derrota digna”?

– No, no. Yo no creo que no surja un triunfador. El tema es que el presidente está en el centro de la escena política y tiene, en promedio, 55% de imagen positiva. Pero, también es cierto que tenía el 72% de imagen positiva en el verano, hasta marzo.

– O sea que bajó bastante.

– Sí, pero es un comportamiento estacional. En 2004 también había bajado. En el verano tenía 80% y bajó a 50% en agosto y después volvió a subir. Por ahora, este año se está reproduciendo el mismo comportamiento: llegó a 55% en julio y en agosto subió a 57%. Veremos si la tendencia continúa. Pero digamos que, comparado con otras figuras políticas de la Argentina, está muy cómodo. Porque además, en el ranking, después de la imagen del presidente, viene la imagen positiva de su mujer, y le sigue la de Lavagna, lo que es un caso extraordinario para un ministro de Economía de este país. Ni Cavallo en su momento tuvo una imagen comparable a la que tiene hoy Lavagna. 
En el otro extremo del ranking de las imágenes, está el matrimonio Duhalde. Eduardo Duhalde tiene casi tanta imagen negativa como la positiva que tiene Kirchner. Chiche está un poco mejor, pero tiene igual mucha imagen negativa. Y en el medio están López Murphy y Macri casi equilibrados en su imagen positiva y negativa. Y un poquito por encima de ellos, Lilita Carrió. Pero a la vista de estos números hay una diferencia muy grande y marcada. Con lo cual el presidente va a tener la posibilidad de una victoria. Y no sólo por cómo están las encuestas, sino también por cómo está conformado el poder en la Argentina de este momento y por la versión que los medios de comunicación -salvo algunos pocos- están dando. Hay un beneplácito general, hay una situación económica relativa mejor, la gente está consumiendo más y esto es importante. Esto es lo que se percibe. ¿La gente qué dice en las encuestas? “Y bueno, antes no tenía trabajo y ahora sí.”

– Pero eso es muy relativo, ¿o no?

– Claro que sí. Pero uno, desde el punto de vista del análisis, puede decir “esto marcha más o menos, esto no está bien por tal y tal motivo, ahora esta cuestión es así, pero más adelante va tener tal consecuencia”. Pero la gente piensa en lo inmediato y compara con el pasado, y en ese punto el presidente es inteligente porque sabe esto. El pasado hoy es el 2001 y puesto en relación con el 2005… Y claro, el presidente tiene razón. Ahora, comparado con el 2010… Y bueno, ahí habrá que ver si era tan así. En esta cuestión yo lo veo fuerte a Kirchner porque con su discurso ha logrado convencer a la opinión pública de que él es el artífice y eso hay que reconocer que es un éxito. 
Por otro lado, yo creo que hay una gran falencia de la oposición, porque el presidente está haciendo una propuesta que merece ser contestada en el mismo nivel. A veces, desde la oposición se discute: “tenemos que hacer propuestas porque a la gente no le gusta la crítica”. Pero no pueden ver que Kirchner también hace una propuesta, que yo llamo “cultural o conceptual”, y que tiene que ver con su plateo de “yo soy lo nuevo” y eso no se puede protestar u objetar con “yo voy a arreglar los hospitales y construir escuelas”. Eso no sirve. A alguien que se presenta como “lo nuevo”, y le funciona, hay que responderle en el mismo tono. El tema es que hay que ver si la oposición, hoy, puede llegar a contraproponer una Argentina distinta, una Argentina nueva.

– Probablemente, el electorado argentino no sea muy distinto al de otros países, pero usted lo que me está diciendo, en parte, es que el pensamiento de los electores es: “mientras tenga 2 pesos en el bolsillo, pueden estar violando a la mujeres en Plaza de Mayo que no me interesa”. Ahora, si no tengo la plata, seguramente voy a decir “qué barbaridad lo que está pasando en la plaza”. ¿Es así?

– Sí y no.

– ¿No hay un comportamiento cínico de la población, en general?

– No. Hay distintas experiencias. Hay países que no correlacionan necesariamente el voto con la imagen del presidente. Por ejemplo, un caso es Perú, que se ha recuperado económicamente y, sin embargo, el presidente tiene bajísima imagen positiva. Incluso acá, en la segunda mitad de los 90, con una situación económica comparativamente mejor a la actual, la imagen de Menem empezó a caer y no se recuperó más. De modo que no siempre funciona de la misma manera. En el año 83, por ejemplo, los argentinos fueron a votar por razones que no eran económicas. Ahora, después sí hubo muchas elecciones económicas y comportamientos económicos de la población. La convertibilidad, de hecho, le dio tres victorias electorales consecutivas a Menem. Y el estado de la economía le va a dar, seguramente, una victoria a Kirchner en octubre. De modo que sí se podría decir que en Argentina ha funcionado la correlación entre economía y voto, pero no siempre es así. 
En este caso, yo creo que estamos frente a un presidente que tiene un discurso, que uno puede considerar falaz desde el punto de vista analítico o por lo menos no bien fundado, pero la gente lo ha tomado y lo ha aceptado. Y existen muchas razones para que se haya dado esto. Una de ellas es que Kirchner ha trabajado mucho sobre la cuestión de “vengo a levantar la autoestima de los argentinos” y “estamos saliendo del infierno”. Y estas son imágenes que la gente ha ido incorporando.

– Como Alfonsín que decía “no me aten las manos”…

– Claro, esos eslóganes son efectivos, sobre todo en contextos donde la oposición tiene tan poca visibilidad.

– ¿Y por qué cree que hoy pasa esto con la oposición?

– Ahí es donde viene el análisis del papel de los medios de comunicación. Son ellos los que hacen visibles algunas cosas e invisibles otras. Le voy a dar un ejemplo. Cristina Kirchner lanzó su candidatura hace dos meses en Obras Sanitarias y ese acto se lo organizó la flor y nata del sindicalismo más conservador de la Capital Federal, que es el sindicalismo, por cierto, menemista de la década pasada. Ella sale y da un discurso con una muy buena dicción, con su papel de militante política aggiornada y los noticieros pasan un flash. La gente ve eso y muchos compran. Pero en ningún lugar se explica quién organizó ese acto, en ningún lugar se marcan las relaciones que existen entre la “nueva” y la “vieja” política. Ése es el tema. Para saber eso, hay que leer los diarios y leer libros. Menos del 10% de la población lee libros y lee las noticias políticas de los diarios. Entonces, esto explica mucho de cómo en este país -como en otros- se sigue y se maneja la política. © www.economiaparatodos.com.ar




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