Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image
Scroll to top

Top

lunes 14 de diciembre de 2009

El anclaje del dólar siempre tiene el mismo final

Las famosas devaluaciones bruscas para luego estabilizar el dólar y contener la inflación nunca han dado resultado y sus salidas terminan siendo traumáticas, particularmente cuando no se llevan a cabo reformas estructurales.

A lo largo de la historia económica argentina muchos han sido los gobiernos que usaron el dólar como ancla para frenar la inflación y como mecanismo para esconder las ineficiencias estructurales detrás de un dólar caro. La devaluación del 2002 tuvo como objetivo licuar el gasto público (mayormente salarios y jubilaciones) con un golpe cambiario e inflacionario. La paridad de 1 dólar 1,40 pesos fue la que inicialmente se pensó como la de equilibrio, pero la realidad fue muy distinta. La fuga de capitales llevó el tipo de cambio hasta casi los 4 pesos en junio de ese año y luego del overshooting se estabilizó en niveles cercanos a los 3 pesos.

Cabe recordar que cuando se salió de la tablita cambiaria en 1981, el entonces ministro de economía Lorenzo Sigaut creyó que con una devaluación del 30% solucionaba el problema, pero el año terminó con una devaluación del 436%.

El famoso plan austral, que con el cambio de moneda y un tipo de cambio de 0,8 centavos de australes por dólar pretendía mostrar una moneda sólida, terminó con una devaluación del 1.200% antes de entrar en el plan primavera. El plan primavera comenzó con una devaluación del 20% y, por un tiempo, todos felices, hasta que el fatídico 6 de febrero de 1989 el BCRA dijo que no podía sostener más el dólar y el tipo de cambio voló hasta que se desató la hiperinflación.

Los ejemplos podrían seguir, pero lo que me interesa recalcar es que las famosas devaluaciones bruscas para luego estabilizar el dólar y contener la inflación nunca han dado resultado y sus salidas terminan siendo traumáticas, particularmente cuando no se llevan a cabo reformas estructurales.

Mucho se ha criticado a la convertibilidad, sin embargo la convertibilidad fue una regla monetaria que por sí misma no podía corregir otros problemas macro como el nivel de gasto público, el endeudamiento, la legislación laboral, etc. Lo que si puede decirse es que cuando se decidió entrar en la convertibilidad se entró con un tipo de cambio muy bajo o, para ponerlo en otras palabras, un dólar artificialmente barato.

En materia cambiaria, en los hechos, el gobierno de Kirchner no hizo algo tan diferente a lo que se hizo en los 90. Si uno observa el gráfico que acompaña esta nota, luego de la devaluación del 2002, el dólar quedó estabilizado cerca de los 3 pesos durante 5 años. Podríamos decir que hubo un tipo de cambio fijo de 3 pesos por dólar durante 5 años.

\"\"
(Clickear en la imagen para agrandar el gráfico)

Ahora bien, mientras el BCRA mantenía anclado el dólar en niveles cercanos a los 3 pesos, la inflación siguió su curso implacablemente. Dejando de lado el impresentable Índice de Precios al Consumidor (IPC) y tomando los precios mayoristas y el índice de la construcción, ambos elaborados por el INDEC, los primeros aumentaron el 282% entre diciembre del 2001 y octubre de este año mientras que el costo de la construcción subió el 274%. ¿Cuánto subió el tipo de cambio en el mismo período? El 282%. Pasó de 1 peso por dólar a $ 3,82.

Al 31 de diciembre de 2001 el circulante era $ 10.960 millones. Al 27 de noviembre pasado los pesos en circulación eran 84.184 millones. Es decir que el BCRA incrementó la expansión primaria de moneda en 7,7 veces o un 670%. Como la oferta de bienes y servicios no creció a esa tasa, es obvio que tenía que producirse un fuerte impacto inflacionario como el que tuvimos que terminó licuando el tipo de cambio real o, si se prefiere, volvimos al punto de partida en términos de devaluación. En rigor, la expansión monetaria fue mucho más si se considera que parte de la emisión monetaria fue neutralizada con la colocación de Lebacs y Nobacs.

Algunos podrán argumentar que contra esos pesos emitidos el BCRA compró dólares. Es verdad parcialmente, y no voy a utilizar más espacio para explicar que el BCRA no tiene las reservas que dice tener, pero aún con las reservas en el BCRA la pregunta que cabe formularse es si la gente quiere ese tsunami de pesos volcados al mercado. A juzgar por la intervención del INDEC y las prácticas de Moreno es obvio que la gente no quiere tantos pesos en circulación y, por lo tanto, tuvimos la inflación que tuvimos.

Durante todos estos años el tesoro nunca tuvo el superávit fiscal necesario para sostener el tipo de cambio en el nivel deseado y fue el BCRA el que se encargó de emitir pesos para mantener el dólar alto. Pero lo hizo a costa de un proceso inflacionario agudo que terminó por licuar el tipo de cambio real.

Si a esta desprolija política monetaria le agregamos un gobierno que ahora tiene déficit fiscal y, probablemente, en poco tiempo más el BCRA tendrá que emitir pesos para abastecer al tesoro como en los 80, la combinación inflacionaria será letal.

La pregunta que surge en este escenario es cómo terminará el mercado de cambios bajo este esquema. Porque si bien desde agosto del año pasado, en pleno conflicto con el campo, el tipo de cambio subió un 26%, este incremento no alcanzó para neutralizar la suba de los precios internos que se produjo desde diciembre del 2001 a la fecha.

Lo que queda a la vista es que estamos, con algunos agravantes institucionales, en una situación similar a la de las de otras épocas: fuerte devaluación inicial, posterior anclaje del tipo de cambio para frenar las expectativas inflacionarias, emisión monetaria, inflación, aumento del gasto público, licuación del tipo de cambio real y de nuevo crisis cambiaria. Y digo de nuevo crisis cambiaria porque me adecuo al razonamiento del gobierno en términos que desprecia toda reforma estructural que haga competitiva la economía y, por lo tanto, la única salida que le queda, en un determinado momento, es la devaluación. Al razonamiento económico anterior hay que agregarle el bajo índice de confianza que genera el gobierno en la población. Un gobierno que no es creíble y que comete gruesos errores de política económica, es el camino pavimentado a una crisis.

Antes de finalizar deseo hacer una aclaración. Personalmente no creo en las devaluaciones como mecanismo para resolver los problemas estructurales de la economía. Por el contrario, considero que una economía sana y competitiva tiene como contrapartida una moneda fuerte. Todo lo dicho anteriormente se inscribe en el precario razonamiento económico de los Kirchner y de un buena parte de la dirigencia política argentina. Creen que la devaluación es la solución a todos los problemas estructurales.

Como referencia hacia el futuro me permito recordarle al lector que allá por marzo o abril del 2001, Ricardo López Murphy dejaba el ministerio de Economía porque la dirigencia política en general y muchos medios de comunicación consideraban un disparate la propuesta de reducir el gasto público en U$S 3.000 millones. La realidad es que por esquivar la moto los políticos argentinos chocaron contra el camión, porque por considerar políticamente inviable la baja nominal del gasto público terminaron devaluando, confiscando depósitos y bajando el gasto público en términos reales mucho más que los U$S 3.000 millones propuesto por López Murphy. El costo económico para lo argentinos fue mucho mayor a los U$S 3.000 millones de reducción del gasto propuestos en su momento.

Considerando que hoy el gasto público está en niveles récord y su calidad es también récord de ineficiencia, no veo porque la historia va a terminar diferente si, encima, el gobierno, en vez de poner el pie sobre el freno del gasto, aprieta el acelerador.

Insisto, no es que estoy proponiendo una devaluación como salida, sino que todos los ingredientes parecen estar mezclándose para terminar en otro salto cambiario. Claro que antes puede haber confiscaciones que traten de evitar la crisis y le permitan al gobierno seguir financiando semejante nivel de gasto por un tiempo más. © www.economiaparatodos.com.ar

\"\"
Se autoriza la reproducción y difusión de todos los artículos siempre y cuando se cite la fuente de los mismos: Economía Para Todos (www.economiaparatodos.com.ar)