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jueves 1 de octubre de 2009

El conflicto de Kraft

La actuación de la Justicia, aunque tardía porque la empresa llevaba tomada más de un mes, constituye un atisbo de poner las cosas en su lugar.

El conflicto con los empleados de Kraft Foods iba camino de convertirse en otro caso “Cerámicas Zanón”. La planta neuquina de pisos fue tomada en plena crisis de 2001, sus legítimos dueños desalojados, con entrada prohibida a su propiedad, con armamento y una aparatología que, con la anuencia oficial, les permitió hacerse fuerte en el predio, al punto que nunca más pudo retirárselos de allí.

La empresa fue enviada a la quiebra y luego expropiada sin indemnización a sus propietarios. Hoy en día está operada por las Madres de Plaza de Mayo. Un modus operandi "de libro" para el fascismo totalitario de toda la vida.

El caso de Kraft repetía –hasta que el juez de Garantías Ricardo Costa decidió el desalojo de la planta de Pacheco– el mismo esquema: conflicto gremial, "buenos" y "malos", toma de la planta, robo. La decisión judicial implica un punto de inflexión en un camino que parecía copiar el anterior. Se trata de una decisión que merece ser celebrada.

Por supuesto, los medios utilizaron las típicas frases de "la represión policial contra los trabajadores", "la brutal acción de la policía". Pero lo que se vio, en las imágenes de la TV, casi podría decirse que es al revés, con ¿"trabajadores”? corriendo y castigando a los policías con palos y caños. Pero para darles a los verdaderos "trabajadores" la dignidad que nunca deben perder debemos decir que esta gente no son trabajadores… O mejor dicho son "trabajadores" al servicio de otros "trabajos", no en este caso al servicio de una fábrica de galletitas y golosinas. Sería interesante que en la Argentina la palabra "trabajador" deje de ser usada como un escudo para ocultar la comisión de crímenes.

Cuando uno ingresa en la Facultad de Derecho uno de los primeros libros que tiene que leer se llama "La Lucha por el Derecho" de Rudolph Von Ihering. Allí se explica que la vigencia del Derecho debe defenderse a diario de los múltiples ataques que recibe. Los países que no están dispuestos a llevar adelante esa defensa terminan en las manos del totalitarismo fascista.

Cuando el derecho es violado (las calles o las rutas cortadas, las propiedades tomadas, etcétera) el que tiene a su cargo la defensa de la sociedad debe ponerse del lado de la ley y hacer retrotraer las cosas al estado que tenían antes que el derecho fuera atacado.

La demagogia barata (no solo del poder, sino en estos casos, casi especialmente de la prensa) no ayuda a hacer entender el principio de la supremacía de la ley. La izquierda ha utilizado la mentira alevosa para llevar adelante sus cometidos de robo: robo de la propiedad, robo de la riqueza de los otros y finalmente robo del poder. La idea de un conflicto en Kraft por una cuestión derivada de las condiciones de higiene en momentos en que arreciaba la gripe A es un soberano bolazo. Pero a caballo de esos bolazos -que la mayoría de la gente naturalmente no tiene la obligación de distinguir- se han montado los más extraordinarios copamientos a los derechos civiles y los más arteros ataques a la libertad.

La actuación de la Justicia, aunque tardía porque la empresa llevaba tomada más de un mes, constituye un atisbo de poner las cosas en su lugar.

Quien, como de costumbre en estos casos, estuvo ausente o en una actitud que muchos asimilan a la complicidad, fue el Gobierno. Esta claro que los Kirchner o no tienen idea de cómo opera la izquierda para promover el caos o comparten con ella esas metodologías. Son las dos únicas alternativas que tornan entendible su inacción. © www.economiaparatodos.com.ar

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