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martes 7 de julio de 2015

El desorden fiscal no se arregla con gradulismo ni shock

El desorden fiscal no se arregla con gradulismo ni shock

Uno de los más recónditos secretos –mantenido por quienes buscan ser elegidos en octubre próximo- consiste en eludir la mención de la palabra “ajuste”, fingiendo oponerse al mismo y proclamando su apoyo al “gradualismo” en contra del ”shock”.

 

Esos aprendices de brujo quieren dar a entender que el “gradualismo” es bueno y el “shock” es malo. Pero en el fondo reconocen que hay cuestiones fundamentales que corregir y arreglar. Sin embargo, este planteo entre “shock” y “gradualismo” es una falsa opción, sumamente peligrosa para nosotros, el pueblo. Porque los que trabajan, ahorran, invierten y pagan impuestos, están sosteniendo a Gobiernos que los esquilman y necesitan imperiosamente, que la pesadilla termine sin causar más daño.

 

MAYORES DÉFICITS DE LA HISTORIA ARGENTINA

La política económica de Kicillof, calificado por Cristina como “mi asistente”, ha sido un total disparate basado en la ilusión que provoca la emisión desaforada de dinero, un sideral Gasto público, un pueril estímulo al consumo en 12 cuotas, el aislamiento del resto del mundo y la superchería de creer que puede seguirse consumiendo el capital sin ahorrar, ni invertir, ni comerciar con el mundo.

El déficit consolidado que provoca esta política es uno de los más altos en los últimos cien años de historia argentina y se aproxima peligrosamente a la híper de Alfonsín en 1989. Al cambio oficial, hoy nuestro déficit consolidado es de u$s 49.478 mill. y el PBI es u$s 603.390 mill. De allí resulta el 8,2%. Esa constatación permitió a José Luis Espert definirlo como un “tsunami fiscal” en formación.

El mayor déficit corresponde a Isabelita-Gelbard & Celestino Rodrigo: 12% en 1975. Luego, en 1981, a la tablita de Videla-Martínez de Hoz & Sigaut con el 10%. Por último, la hiper de Alfonsín-Pugliese & Jesús Rodríguez: 9 %. Ahora estamos en 8,2 %,.

 

DESORDEN EN LAS CUENTAS Y EL EMPLEO.

En un reciente artículo examinamos la situación económica que, a través de las cuentas del Bº Central, presentaba verdaderos “Planes de riego en medio del diluvio”. Habíamos calculado que el crecimiento anual de la emisión de dinero (junio 2014/15) era del 46,5%, mientras que la irracional política de crear dinero ex-nihilo para el Estado y luego esterilizarlo con emisión de Lebac, provocaba el pago anual de intereses a bancos comerciales por u$s 9.276,8 millones.

Esa utilidad, casi obscena, representa una regresiva distribución de renta desde las personas humildes y de clase media hacia las opulentas entidades bancarias, las cuales acordaron en la última paritaria nacional, repartir parte de esta fácil ganancia con un “bonus” a sus empleados.

El desorden fiscal se traduce en dos áreas: a) en la adulteración de prioridades del Gasto Público y su financiamiento; b) en la distorsión de la ocupación laboral promovida por el despilfarro en las cuentas públicas.

 

FINANZAS DEGRADADAS

Partiendo de los propios datos oficiales, el economista Espert ha puesto en relieve la desvirtuación de prioridades en el Gasto público, porque en lugar de la austeridad otorgan primacía al derroche, la suntuosidad y el antojo del gobernante. Sueldos para 3,6 millones de empleados públicos ocupados en tareas improductivas. Jubilaciones a 6,5 millones de personas muchas de las cuales no aportaron nada en su vida. Subsidios extravagantes a Enarsa, Aerolíneas, Libre.AR y empresas estatizadas como Ciccone calcográfica. Compras de trenes y vagones sin arreglar las vías por donde deben transitar, Represas patagónicas de poca prioridad. Blindados chinos para un ejército desarmado. Gastos suntuarios en Fútbol para todos. Uso dispendioso de aviones y helicópteros presidenciales. Millonaria propaganda oficial. Destrucción de la estatua centenaria de Colón. Reemplazo por la escultura de una valiente miliciana boliviana que luchó bajo órdenes del general Belgrano. Sustitución de las efemérides patrias por mitines partidarios. Masivos y onerosos traslados de militantes a los actos políticos. Sideral importación de gas y combustibles por bloqueo de la producción nacional. Todo esto y mucho más cuesta anualmente al pueblo argentino la extravagante cifra de 2,35 billones de pesos (dos seguido de doce ceros)

Su finaciamiento se hace mediante desalentadoras retenciones a la exportación e impuestos nacionales, provinciales y muncipales, cargas laborales, emisión espuria de papel moneda, costosas Lebac emitidas para esterilizar el dinero creado de la nada, mayor deuda interna y dadivosos bonos en divisas para cancelar deudas con Club de París, indemnizar a Repsol y cancelar juicios perdidos en el Ciadi. El desorden fiscal representa una apropiación media de $ 22.104 por familia y por mes, casi 2,5 veces el salario medio de bolsillo acordado en las últimas paritarias nacionales.

 

DEFORMACIÓN DE LA ESTRUCTURA OCUPACIONAL

Al mes de junio de 2015, como consecuencia de la política intervencionista reflejada en las Cuentas Fiscales, se ha producido una gran distorsión en la estructura ocupacional. El Estado ha querido hacer de todo y ha creado una economía burocrática a su imagen y semejanza. Hoy tenemos 13,9 millones de rentistas que cobran dinero del Estado como empleados públicos, jubilados y beneficiarios de planes o subsidios. Enfrente hay 9,2 millones de trabajadores en blanco e irregulares que son quienes producen los bienes y servicios que los otros usufructúan.

Por cada trabajador que trabaja en blanco tenemos 3,3 personas que cobran sueldos y planes. En USA, Europa, Japón y el Asia Pacífico la proporción es de 1,18 individuos por trabajador. ¿Cuánto tiempo más podrá durar esta distorsión laboral?

 

 

¿COMO SE HACE EL AJUSTE?

Lo estamos viendo delante de nuestros ojos. En Grecia existen dos alternativas para corregir el desorden fiscal y ocupacional: ajusta el Estado o ajusta la Sociedad.

El ajuste convencional, requerido por el FMI. consiste en salvar al Estado a costa del sector privado y se basa en este paquete de medidas: a) fuerte devaluación, b) tarifazo en servicios públicos, d) impuestazo a empresas y familias, e) congelamiento salarial y de pensiones, f) bloqueo y desvirtuación de contratos privados, g) paralización de la obra pública, h) pago prioritario de la deuda.

Según la gravedad de la situación, se dispone un “shock” (descarga de golpe) o “gradualmente”. Pero la suma de efectos impactos e inducidos son lo mismo.

 

SANEAMIENTO FINANCIERO EN LUGAR DE GRADUALISMO

Para superar el debate entre ajuste por “shock” o “gradualismo”, hay que tener ideas claras y bien definidas. Decidirse a emprender de una buena vez el saneamiento financiero y económico, con un conjunto de medidas racionalmente estructuradas que cubran la totalidad de nuestros actuales problemas económicos. La técnica de saneamiento fue científicamente elaborada por Jacques Rueff & Louis Armand [Sortir de l’impasse budgétaire sans augmenter les impôts] y aplicada valientemente por el Gral. Charles De Gaulle cuando Francia decidió en 1958 sanear su economía y crear la V República actualmente vigente.

Obrando con un Plan de medidas globales y simultáneas que entran en vigencia inmediata o diferida, es posible obtener un “gradualismo de resultados” en lugar de un “gradualismo de medidas”.

El Plan de Saneamiento no sólo debe considerar medidas coyunturales, como: resolver el cepo cambiario y las retenciones agrícolas, sino también la reforma de la estructura económica, para que a mediano plazo desaparezcan rigideces, bloqueos, trabas, esclerosis e interferencias estatales. Porque son estas cuestiones estructurales las que neutralizan y anulan los resultados del shock. La revisión de estructuras debe comenzar ineludiblemente por la reforma integral de la Administración pública con el fin de aliviar gastos, reducir impuestos, aumentar la eficacia del Estado y simplificar la vida de la gente, sin crearle más complicaciones.

El programa de medidas interrelacionadas y completas debe ser la base de una PNS Política Nacional de Saneamiento financiero-económico, para recuperar la iniciativa privada, el gusto por trabajar, la pasión por crear y el respeto riguroso de los derechos y deberes individuales. Esta opción supera la discusión entre shock y gradualismo y sus pasos son expuestos en el siguiente cuadro

 

UN PLAN SOCIALMENTE BENEFICIOSO

El plan de medidas globales y simultáneas debiera ser dictado en los primeros 100 días de gestión del nuevo gobierno y a partir de diciembre de 2015. Tendría que atender imprescindiblemente a estas cuestiones:

a) Suprimir la inflación por la vía del ahorro, dejando de incitar políticamente el consumo. b) Cortar el círculo vicioso de que “hay inflación porque no hay ahorros monetarios; y nadie ahorra en pesos porque la inflación se los devora”.

c) Ofrecer una moneda sana mediante el sistema de monedas de libre uso, mercado de cambios libres en las Bolsas de Comercio y prohibición al Bº Central de vender divisas a importadores o apropiarse de las divisas de exportación.

d) Garantizar que los dólares son de quienes producen y exportan y no del Estado.

e) Crear certezas de que el gasto público no sobrepasará el monto de la recaudación de impuestos más el ahorro interno.

f) Mostrar el firme propósito de anular gastos públicos suntuarios, inútiles, estériles y prescindibles, sean gastos corrientes o inversiones en obras públicas.

g) Establecer ministerios, organizados por funciones y no por propósitos, eliminando secretarías, subsecretarías, direcciones generales, direcciones de asuntos jurídicos y gabinetes de asesores. Suprimir el presupuesto de todos los organismos superfluos.

g) Cerrar el robinete de la inflación para impedir su recrudecimiento, lo cual implica: establecer convenios colectivos por empresa, aumentos salariales por productividad y no por decreto, rebajar aranceles aduaneros (sin dumping) para permitir la competencia externa, reducir a favor del trabajador los impuestos laborales hasta que el salario nominal sea igual al de bolsillo y permitir la capitalización de empresas de servicios públicos derogando impuestos específicos.

h) Favorecer la repatriación de divisas resguardadas fuera del sistema, derogando el régimen de la renta universal, los impuestos a cheques y bienes personales y eliminando cláusulas discriminatorias de lavado de dinero.

i) Permitir la emisión de deuda pública sólo para financiar proyectos de inversiones inelásticos y necesarios con garantía de rentabilidad real y en condiciones técnicas documentadas y certificadas por consultoras independientes de la política.

j) Evitar la recesión, estimulando el aumento de la demanda global no por el lado del consumo sino haciendo que la inversión permita alcanzar el nivel de la oferta global.

k) En caso de que el atesoramiento en divisas no se invierta, habrá que crear programas públicos ofreciendo proyectos rentables para que ellas puedan ser socialmente usadas. Por ejemplo: modernización y mejoramiento urbanístico de ciudades, plan de grandes acueductos y cloacas domiciliarias, proyectos de erradicación de chabolas y villas miserias, plan Laura de autopistas inteligentes autofinanciables, recuperación del sistema ferroviario de alta velocidad para cargas y pasajeros, instalación de plantas de tratamiento de residuos domiciliarios, igualación de las condiciones accionarias y jurídicas de las empresas del Estado con las sociedades privadas comerciales.

l) Reforma, integral del sistema impositivo, derogando impuestos distorsivos, acabar con la doble imposición, eliminar todas las retenciones a la exportación, simplificar requisitos legales y administrativos, reducir el sistema a dos impuestos básicos con idéntica alícuota: a personas físicas y a sociedades, ajustar los mínimos exentos, definir la coparticipación por número de habitantes censados, unificar la recaudación en una sola administración federal con un Directorio profesionalizado y no-político, establecer la cláusula del contribuyente más favorecido para que cualquiera pueda requerir idéntico tratamiento impositivo que aquellos que logran privilegios, ventajas o reducciones tributarias.