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lunes 23 de diciembre de 2013

El pequeño Capitanich de bolsillo

El pequeño Capitanich de bolsillo

“Quien cuenta una historia, deja ver fácilmente si la cuenta porque le interesa o porque quiere interesar con su relato. En este último caso, exagerará y usará superlativos y otros procedimientos semejantes. Generalmente, entonces, la contará peor, PORQUE NO PENSARÁ TANTO EN EL TEMA COMO EN SÍ MISMO” (Friedrich Nietzsche)

La frase con la que hemos decidido comenzar estas líneas pertenece a un opúsculo imperdible del insigne filósofo austríaco, donde analiza a distintos tipos de seres humanos según sus características “dominantes”.

En este caso, se refiere al “narrador” (por antonomasia).

Comprobando el afán desprolijo y desproporcionado del actual Jefe de Gabinete por “comunicar” y desdecirse simultáneamente, hemos advertido por qué ha sido nombrado por Cristina para “representarla” ante la sociedad: SE AMA TANTO A SÍ, COMO LA MISMA PRESIDENTE.

Como ella, viste cada día ropa fina, consistente, en su caso, en un traje brilloso a la moda, y una corbata a “contra tono” (bastante aburrida por cierto), se planta frente a un atril con micrófonos “ad hoc” y avanza – realizando extraños círculos elípticos “rasantes” con sus manos-, en el análisis pormenorizado de cuestiones técnicas que evidencia desconocer en absoluto a medida que avanza en su “narración”.

Razonar correctamente parece ser para él un terreno desconocido, porque, como diría el mismo Nietzsche, es incapaz de juzgarse a sí mismo. Es decir, demuestra tener síntomas de una debilidad conceptual intrínseca que responde a las “variaciones” del mundo onírico en el que vive.

Quizá sea porque el trabajo agotador que le ha demandado mantener a su provincia, Chaco, en una pobreza extrema (a la par que iba ascendiendo en su carrera política), le ha sorbido el seso.

En los últimos días, amenazó (junto con el hoy cejijunto y canoso De Vido) con reestatizar a las compañías eléctricas, que funcionan en la realidad como si fueran una parte del Estado, ya que viven de sus “limosnas” y están en quiebra “virtual”. De tal manera, volveríamos a incorporar a nuestro acervo “luminoso” un montón de chatarra que generaría más déficit al presupuesto “obeso” del gobierno.

¡Genial!

Todo esto nos ha hecho pensar: ¿No sería útil que la Presidente le hiciera cubrir interinatos breves como Jefes de Gabinete a quienes se sientan “presidenciables” dentro del kirchnerismo? ¿No nos permitiría de tal manera conocerlos mejor, expuestos “en camiseta”, para dejar de forjarnos falsas ilusiones?

De paso, “como en una escena de comedia, les oiremos y les veremos intentando sacar un tema a velas desplegadas, para embarcar en él a toda la concurrencia y poder introducir su observación, no dejando de llevar la conversación hacia su único objetivo, perdiendo a veces la dirección de ésta, hasta que les falte el aliento y podamos quitarles de la boca la opinión que fueron a exponer” (Nietzsche)

¡Cuántos sinsabores podríamos ahorrarnos de esta manera!

Las “confesiones” que oiríamos así, nos darían tiempo suficiente para no poder olvidar la índole de su mediocridad y su petulancia para “hacerse cargo” de aquellas cosas para las que no están capacitados.

Finalmente, habría que recordarle a Capitanich, al respecto de sus “narraciones”, que la ventaja de la mala memoria es que se disfruta en varias ocasiones de las mismas cosas, COMO SI FUERA LA PRIMERA VEZ.

Esto es lo que le ocurre todo el tiempo, todos los días, a los principales actores del “mundo residual” del cristinismo, pero en especial a este curioso representante de una actualización enciclopédica “de bolsillo” que nos fatiga cada mañana con sus insólitos mensajes “conceptuales”.

“Con los hombres sucede como con esos montones de carbón que hay en los bosques. Solo si ardieron y se carbonizaron de jóvenes, como les pasa a aquellos, resultan útiles después. Durante el largo tiempo en que están echando humo y quemándose, son quizá más interesantes, aunque

inútiles y muy a menudo incómodos” (Nietzsche)

carlosberro24@gmail.com