El precio de la soja y del maíz, harán lo que el clima quiera.
La semana pasada, en un intento de determinar las variables que influían sobre las cotizaciones para ese entonces, decidimos realizar el “Ensayo del próximo informe del USDA”. Siete días atrás, imaginábamos que, por el momento del ciclo que estábamos atravesando, no se introducirían cambios sustanciales. En el día de ayer, se dio a conocer el nuevo informe de estimación mensual de oferta y demanda por parte de la Oficina de Agricultura de los Estados Unidos, donde producto de la casualidad – y no por la pericia de quien hace el análisis – se confirmó nuestro presagio.
La semana pasada, en un intento de determinar las variables que influían sobre las cotizaciones para ese entonces, decidimos realizar el “Ensayo del próximo informe del USDA”. Siete días atrás, imaginábamos que, por el momento del ciclo que estábamos atravesando, no se introducirían cambios sustanciales. En el día de ayer, se dio a conocer el nuevo informe de estimación mensual de oferta y demanda por parte de la Oficina de Agricultura de los Estados Unidos, donde producto de la casualidad – y no por la pericia de quien hace el análisis – se confirmó nuestro presagio. Vamos por parte:
* Maíz: La expectativa estaba puesta en ver una baja en la superficie sembrada, que tuviera su consecuente impacto en una menor producción para Estados Unidos. Tal es así, que días previos al informe, la consultora privada Lanwoth estimaba una baja en la producción del orden de 9 MM toneladas para ubicarla en 350,5 MM toneladas. Finalmente, el USDA decidió mantener la superficie e introducir una merma en el rendimiento esperado en torno a los 100 kg./ha, para dejarlos en 9.800 kg./ha. Como consecuencia de esto, y sumado a ajustes menores en el consumo, los stocks finales de la campaña, prácticamente no sufrieron modificaciones. Esto dejó un tanto disconformes a los operadores, quienes ahora aguardan que en el informe del 28 de Junio, el USDA, cuando ya cuente con datos más precisos, reconozca la baja en la superficie sembrada, y que por lo tanto eso se traduzca en menores existencias finales.
* Soja: En este caso, prácticamente no se introdujeron cambios a las cifras publicadas en mayo. De todos modos, sigue preocupando el atraso en las labores de implantación, y el consecuente impacto negativo que sobre los rendimientos pueda llegar a tener, la llegada de un clima frío de manera temprana, que interrumpa el llenado del grano y por ende, afecte negativamente los rendimientos.
De ahora en adelante, las condiciones climáticas serán la variable a seguir, pero ya no para ver el impacto que genera en el avance de siembra, sino para determinar el efecto que tiene en la evolución de los cultivos. En este sentido, el dato a monitorear seguirá siendo el que se publique los lunes por la tarde, simplemente que ahora – completada la siembra de maíz y avanzada la de soja – nos interesará la proporción de los cultivos que se ubique en la categoría “bueno y excelente”.
Decir que las cotizaciones “bailaran al son” de lo que suceda climáticamente en Estados Unidos, no suena novedoso, pero es importante destacar que nos acercamos al bimestre Julio-Agosto, que es el período en el cual el merado climático se expresa con mayor firmeza. Decimos esto, toda vez que el maíz primero y la soja después, tendrán que atravesar su período crítico donde definen el rendimiento. Recordemos que más del 50% del maíz norteamericano fue sembrado en la segunda quincena de mayo (el 43% del total de la superficie, en la semana que finalizó el 19 de mayo), lo que representa una gran amenaza y un tremendo desafío en pos de alcanzar las optimistas estimaciones del USDA. Entonces, cualquier evento que suceda de aquí en adelante y que ponga en tela de juicio tales guarismos, harán reaccionar al mercado con una alta volatilidad.
Localmente, tenemos un mercado disponible muy necesitado de maíz. Sucede que la campaña que estamos finalizando, por los excesos de precipitaciones que tuvimos en el último trimestre del 2012, hizo que muchos productores sembraran maíz en carácter “tardío” – en algunos casos la siembra se extendió hasta el mes de enero – y ese maíz hoy se encuentra con altos porcentajes de humedad. Por otro lado, tenemos los barcos en las terminales aguardando ser cargados y a los exportadores con la amenaza de anular contratos por incumplimiento de plazos. En este contexto, el productor preferiría aguardar a que ese maíz se seque en planta, y poder cumplir los contratos más adelante, pero parece que una vez más, el último eslabón de la cadena, lleva todas las de perder.