El problema de fondo del Estado de Bienestar
Actualmente, casi todo el mundo está insatisfecho con el Estado de Bienestar. Ya sea porque paga muchos impuestos o porque recibe servicios muy deficientes, la inmensa mayoría, a izquierdas y a derechas, quiere cambiar el modelo de Estado de Bienestar que tenemos
El problema de fondo para unos son los recortes vinculados a la crisis (cuando, en el peor de los casos, el gasto público en los servicios estatales se halla en niveles muy cercanos a los máximos históricos); el problema, para otros, es que el Estado les impone coactivamente un mix de servicios que no tiene por qué ajustarse a sus necesidades específicas.
Y, en efecto, dentro de nuestro actual Estado de Bienestar sólo se pueden modificar los servicios sociales que uno mismo recibe llegando al poder e imponiendo la reforma ambicionada al conjunto de los ciudadanos. O dicho de otra manera, la oferta de servicios sociales sólo puede ajustarse a misdemandas imponiendo mis demandas y preferencias al resto de personas. Paradójicamente, puede que la persona que mejor haya expresado el problema de fondo del Estado de Bienestar haya sido uno de sus padres intelectuales, William Beveridge (en su libro Voluntary Action[1948]):
En un Estado totalitario o en un campo donde el Estado haya logrado un monopolio, aquellos que estén insatisfechos y quieran modificar el marco institucional vigente, sólo podrán hacerlo llegando al Gobierno. En una sociedad libre, tienen una alternativa: los individuos insatisfechos y con ideas novedosas pueden crear nuevas instituciones que satisfagan sus necesidades. Los más diversos aspectos de la vida social están abiertos a la experimentación, al éxito o al fracaso; la secesión es la comadrona de la innovación.
Fuente: www.independent.typepad.com