El 31 de marzo Zimbabwe tendrá sus elecciones nacionales. Pero la gente, que sabe que ha sido engañada en las dos últimas contiendas electorales, desconfía abiertamente de sus resultados. Como si anticipara que su presidente, Robert G. Mugabe, y los suyos habrán, una vez más, de manipular sus resultados.
De allí que se está organizando una curiosa “resistencia” que gira en derredor de un movimiento surgido hace ya unos tres años, denominado “Zvakwana”, que en los dos idiomas locales mayoritarios, el Shona y el Ndebele, quiere decir lo mismo: “Basta, levántese”.
Sus miembros se dedican a tratar de torpedear constantemente a la administración del autoritario Mugabe, mediante toda suerte de actos anónimos de desobediencia civil pacífica.
A la manera de lo que está haciendo la “Zubr”, en Bielorrusia; o de lo hecho por la exitosa “Pora” en Ucrania; o por el “Otpor” que derribara a Slovodan Milosevic, en la ex-Yugoslavia. O en espejo de otros grupos afines que están también operando en Egipto y en el Líbano, que se unifican en torno a la sugestiva palabra “Basta”.
En este caso, la “Z” que sus partidarios escriben -de mil distintas maneras y por todas partes- no quiere entonces decir Zimbabwe, sino “Zvakwana”. No es ciertamente lo mismo.
Este movimiento es quizás producto de Internet y de la televisión, porque se inspira notoriamente en experiencias extranjeras similares y recientes.
Sus mensajes aparecen en los lugares más impensados: dentro de cajas de fósforos, en las paredes de los baños, en los terrenos baldíos, en los vehículos de transporte público, en las plazas y monumentos, en todos lados y a toda hora.
Con una sola letra, “Z”, dicen mucho. Lo suficiente como para desvelar a un Mugabe que se eriza al oír cómo han crecido sus andanzas. Pero que no puede evitarlas.
Mientras tanto, desde muchos otros planos se escuchan mensajes similares. Como el reciente del popular arzobispo católico de la segunda ciudad de Zimbabwe, Bulawayo, monseñor Pius Ncube, que acaba de anunciar que si los resultados favorecen a Mugabe por intimidación o manipulación saldrá a la calle en dirección a la residencia del presidente, para exigirle allí su renuncia.
Queda claro que se cierne una tormenta. Peligrosa, porque la gente parece decidida a tratar de poner fin a uno de los gobiernos mas autoritarios del Continente Negro, en el que el corrupto Mugabe parece haberse eternizado en el poder. Como muchos. © www.economiaparatodos.com.ar
Emilio Cárdenas es ex Representante Permanente de la Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas. |