Ann Arbor, Michigan. Las cifras económicas de la India que corresponden al último trimestre del año pasado son muy significativas. Después de crecer el tercer trimestre al ritmo del 8,4%, el país creció nada menos que al 10,4 % anualizado.
La India resultó, entonces, una de las economías en más fuerte crecimiento del mundo, superando inclusive a China. Lo que ciertamente no es poca cosa.
La razón principal, como en nuestro propio caso, se encuentra en el sector agrícola, que constituyendo nada menos que la cuarta parte del Producto Bruto de la India, creció un 17% respecto del año anterior.
Todo un record. Pero la industria india lo hizo al 8% anual y los servicios, que están transformando la economía del país, al 9%. Todo bueno.
Estos datos proyectan un crecimiento para el 2003 que supera al 9%.
Lo que es música para los oídos del partido gobernante, el nacionalista Baharatiya Janata, conducido por el hábil primer ministro, Atal Bihari Vajpayee. Porque probablemente habrá elecciones nacionales en los próximos dos meses. Y el “premier” se comprometió públicamente a transformar a la India en una “super-nación” para el 2010. Por ahora, va derecho al objetivo fijado, camino al éxito.
La estrategia del gobierno indio se basa en: (i) liberar las fuerzas de la economía de mercado; (ii) privatizar las empresas del Estado; (iii) promover fuertemente la inversión en electricidad, agua, caminos y telecomunicaciones; y (iv) impulsar al sector del “software” en particular, donde la India ha hecho progresos realmente formidables que ya la han puesto a la cabeza del mundo en ese rubro.
Como el tradicional Partido del Congreso, que hoy está -frustrado- en la oposición, el gobierno apunta a desarrollar activamente el agro, donde viven 750.000 millones de indios.
La rupia, por todo esto, está en su nivel mas alto de los últimos cuatro años.
Los inversores extranjeros están excitados y han invertido nada menos que 7.000 millones de dólares en acciones que cotizan en la India, el año pasado solamente.
Cuando se respeta la ley y la santidad de los contratos, hay justicia independiente, y se conforma un buen “clima de inversiones”, las cosas son así.
Porque solo con conducta pública aparece la confianza. Nunca a palos, ni con amenazas o patoteadas. Todo lo contrario, el principal instrumento de atracción de la inversión, allí como entre nosotros, es la cuota de seducción que transmite inmediatamente la estabilidad, sumada a las expectativas que genera una conducta previsible y sustancialmente imparcial desde el Estado. © www.economiaparatodos.com.ar
Emilio J. Cárdenas es Profesor Visitante en la Universidad de Michigan, Estados Unidos. |