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martes 5 de junio de 2012

La venta de automóviles en Argentina marca nuevo récord en los primeros cinco meses

La Asociación de Concesionarios de Automotores detalló que la venta de 389.909 vehículos patentamdos representó un crecimiento de 7% en comparación con el año pasado. Sin embargo, la producción automotriz sigue en caída.La venta de automóviles totalizó los 389.909 patentamientos en los primeros cinco meses del año, lo que representó un crecimiento de 7% en comparación con el año pasado, que fue récord para la actividad.

Así lo destacó la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara) que informó también que el número de vehículos patentados durante mayo ascendió a 75.824 unidades.

De esta manera, Acara aseguró que se trató del “mejor mayo de la historia”, al crecer 11,5% con respecto al mismo mes del año anterior en el que se habían realizados 67.985 operaciones.
Si la comparación es con abril de este año, en el que se habían patentados 60.836 autos, el crecimiento llega al 25%.

“Veníamos observando durante los meses de marzo y abril un crecimiento sostenido, y si bien la cifra mensual no lo reflejaba porque eran meses donde hubo menos días hábiles, sí se veía en la comparación del promedio diario de operaciones”, remarcó el presidente de la entidad, Abel Bomrad.
Además puntualizó que “en relación al aspecto cambiario, no ha habido grandes cambios en los concesionarios”, porque destacó que “los autos siempre se vendieron en pesos”.

Bomrad destacó que “por el contrario sucede que, ante la falta de opciones atractivas en el sector financiero, son cada vez más los que se deciden a adquirir o renovar su vehículo porque es un bien que además de mantener el poder adquisitivo, permite disfrutarlo todos los días”.

“Estas cifras de mayo consolidan la tendencia de crecimiento y nos hacen proyectar un año que finalizará con incrementos por sobre el anterior y establecerá una nueva marca histórica. Que con la actual coyuntura internacional, el mercado argentino logre este objetivo, es muy valorable”, afirmó el dirigente.

En medio de los mayores controles cambiarios y el enrarecimiento del clima político, varios son los rubros que se están viendo castigados por la menor confianza en la economía.
Según el último relevamiento de Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas minoristas cayeron casi 7% promedio en mayo, con bajas que llegaron a superar el 8%, como fueron los casos de los rubros calzados, juguetes y ferretería.

En el mercado inmobiliario las cosas lucen mucho peor: en la Ciudad de Buenos Aires los permisos para construir se desplomaron un 50%, mientras que las operaciones de compraventa bajaron más de un 25% en abril, coronando así el peor mes de los últimos diez años.

Así y todo, hay una rama de actividad que está capeando el temporal. No sólo eso: pese a los nubarrones, continúa batiendo récords en un año en el que, supuestamente, se iba a despedir de los registros históricos.
En este contexto, el economista Tomás Bulat resaltó que muchas concesionarias, especialmente las que comercializan marcas importadas, "hoy están vendiendo autos como pan caliente".

El economista explicó que "esto se debe a que la economía hoy ofrece pocas alternativas para mantener el valor del peso, en medio de una inflación que se mueve por encima del 25 por ciento". El ladrillo históricamente fue una opción atractiva a la hora de poner los ahorros. Pero ciertamente es de muy difícil acceso. Entonces, con la fuerte restricción a la compra de dólares, los autos se potencian como una reserva de valor para los argentinos".

En este sentido, recalcó que "es una reserva relativa, porque adquirir o cambiar un vehículo implica afrontar nuevos costos. Pero en un escenario como el actual, lo que están haciendo muchos es poner todo en la balanza: privilegian ganar confort, se dan un gusto y sienten que de algún modo en algo están invirtiendo".

Sin embargo, paralelamente a esta "fiesta" de ventas de 0Km, a los empresarios del sector les está quedando un sabor agridulce en la boca. Esto se debe a que, pese a que se baten récords de patentamientos, la industria automotriz no sólo no levanta cabeza, sino que en abril acumuló su segunda caída consecutiva en cuanto a producción.

En efecto, según datos de ADEFA, en abril la fabricación de vehículos -paradójicamente- se desplomó casi un 25% en relación al mismo período de 2011.

Este es un punto no menor teniendo en cuenta que esta rama de actividad -que emplea a 60.000 personas- en los últimos años, explicó, sólo de manera directa, el 10% del crecimiento de la economía nacional y la mitad del incremento del "Made in Argentina".

Ahora, ¿por qué mientras que en la Argentina la mayoría de las concesionarias están de festejo, la industria automotriz no puede detener su caída? La lectura obligada que se suele trazar al respecto es la influencia que tiene Brasil.

Cabe destacar que, cuando hizo eclosión la crisis internacional, hacia octubre de 2008 -y se desplomó México y el mercado europeo-, el país vecino, que mantuvo la locomotora a toda marcha, se convirtió en la gran salvación para la industria argentina, dado que llegó a adquirir el 90% de los vehículos exportados por el país, permitiendo así capear exitosamente un peligroso temporal.

Sin embargo, a medida que Brasil se está enfriando y no paran de recortarse las previsiones de crecimiento de su economía, las probabilidades de que las terminales nacionales logren quebrar otro récord de exportaciones son cada vez menores.

De hecho, durante los primeros cuatro meses, los envíos hacia ese destino se derrumbaron un 25%. Esta variable genera extrema alerta entre las terminales radicadas en la Argentina, dado que el negocio de la exportación equivale nada más y nada menos que al 50% de su producción.

Sin embargo, esta es una parte de la historia. La otra gran razón por la cual se produce este fenómeno -de que se baten récords de patentamientos en el mercado interno pero que no redundan en récords de producción- obedece a que en el país se venden más autos importados que argentinos.

En otras palabras: la suba en el nivel de ventas nunca se traducirá en un aumento en el ritmo de fabricación en las mismas proporciones, dado que apenas 4 de cada 10 vehículos que se comercializan a nivel local tienen sello nacional.

Es decir que un 60% de los 0Km que son patentados en la Argentina en realidad son, en su mayor parte, "Made in Brasil". Pero también los hay de de otros orígenes: asiáticos, mexicanos, europeos y estadounidenses.

Para tener una noción de la "invasión brasileña" que registra actualmente el parque automotor nacional, basta saber que de los 20 vehículos que más se comercializan en la Argentina y que representan más del 70% de las ventas totales del país, 12 deben ser traídos desde el país vecino, tan sólo seis son de fabricación nacional, mientras que los otros dos restantes están producidos en México, tal como se puede ver en la siguiente infografía:

Las razones de este predominio brasileño en suelo argentino están basadas, antes que nada, en el tamaño de su industria -que quintuplica al de la nacional-, la gran cantidad de plataformas con las que cuenta ese país -es decir, la asignación para la fabricación de modelos decidida desde las casas matrices de cada compañía- y, un tema no menor, la especialización en vehículos chicos, que son los que motorizan las ventas a ambos lados de la frontera.

Al respecto, desde la consultora Abeceb destacaron que mientras que la Argentina es en general elegida para la producción de modelos medianos -como el Citröen C4 o el Peugeot 408-, Brasil tiene el reinado absoluto en el segmento de 0Km pequeños, como los VW Gol y el Fox, el Fiat Uno y el Ford Ka.

En este contexto, lo diversificada que está la producción en el Mercosur, es una espada de doble filo: si bien es beneficiosa a la hora de colocar producción en Brasil, dado que menos vehículos argentinos compiten con los brasileños, esto termina jugando en contra cuando el mercado vecino se desacelera, ya que un Peugeot 408 nacional que no se puede ubicar en Brasil difícilmente pueda ser reinstalado en la Argentina, cuya oferta principalmente se nutre con los vehículos más económicos del mercado.