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jueves 24 de enero de 2008

Los debates inútiles

El gobierno nacional utiliza todo su empeño y energía en plantear polémicas sin sentido que distraen la atención mientras los temas de fondo siguen sin tratarse.

Como suele suceder en el verano, los argentinos estamos insertos en una escenografía más virtual que real. La foto nos muestra a un porcentaje de la sociedad que logró cumplir con su objetivo anual y veranear durante quince días. Pero, otro grupo importante permanece en suspenso sin saber qué deparará el año en curso, sacando conclusiones de supuestos datos de la realidad que, sin embargo, no la grafican cabalmente.

Veamos un simple ejemplo: ¿cuántos argentinos viajarán en el tren bala promocionado desde la Casa Rosada y cuántos lo hacen actualmente colgados en vagones atestados de gente e, incluso, trepados a techos y apretados peor que ganado?

Por otra parte, la prédica oficial posiblemente se quedará en una promesa sin posibilidades de concretarse. Además, si llegase a realizarse, el emprendimiento sería tan costoso para la sociedad que debería subsidiarlo el Estado y la tarifa sólo la podrían pagar unos pocos privilegiados. No por nada ningún país de América Latina tiene un tren bala.

La Argentina –aún técnicamente en default por los holds out, sin haber acordado con el Club de París e inserta en un escenario signado por una de las crisis financieras que, según George Soros, “es la más seria desde la Segunda Guerra Mundial”– pretende garantizar, como Estado, bonos por cuatro mil millones de dólares. ¿Alguien en su sano juicio cree que se podrá conseguir ese financiamiento para llevar a cabo la proclama presidencial? De ser así, ¿a qué costo y con qué beneficio real?

A pesar de ello, el unitarismo fiscal obligó al nuevo gobernador santafesino, Hermes Binner, a sumarse –contra su idea inicial– a este nuevo “cuento” oficial. Atrás quedó el hecho de que, antes del lanzamiento mediático del tren bala, señaló claramente la conveniencia de invertir más racionalmente en medios ferroviarios clásicos o en el mejoramiento de los existentes.

Nuevamente, la política comunicacional del kirchnerismo ha conseguido instalar en la agenda pública un tema alejado de la realidad que, en rigor de verdad, el Estado tiene la responsabilidad de modificar. Para eso, en Balcarce 50 debería existir un plan de gobierno y no meramente una plataforma de negocios.

Esta misma peculiaridad de la propaganda oficial hará, además, que la propuesta del tren bala quede finalmente en la nada, como sucede con la mayoría de los temas lanzados desde el atril del Salón Blanco. Ya casi está en la nebulosa el conflicto desatado por la incautación de una valija con 800 mil dólares. Otros tantos asuntos ya han sido directamente olvidados: ¿alguien se acuerda, por ejemplo, quién es Daniel Varizat o en qué quedó el secuestro de Luis Gerez? Y, así, pasamos veranos…

No se vislumbra lo que debería ser la estrategia de un gobierno, es decir aquellas acciones que permitan pasar de una situación real actual –no siempre deseada– hacia una realidad palpable mejor para los habitantes. ¿A qué se dedica entonces el kirchernismo? A plantear debates inútiles que distraen la atención para que los temas de fondo sigan sin tratarse. El tren bala será, días más, días menos, un correlato de aquellas computadoras portátiles a tan sólo 100 dólares.

Mientras tanto, la seguridad sigue sin respuesta, los hechos de violencia se suceden sin solución de continuidad y quedamos presos de una nueva telenovela policial, como lo es el crimen de una mujer en un barrio privado. ¿Cuántas veces los argentinos perdimos el tiempo atendiendo este tipo de tramas siniestras y cuáles han sido los resultados?

Empezará marzo y tampoco estará resuelto el tema educativo, habrá nuevas amenazas de paros docentes y la polémica se centrará otra vez en la nada. La voz oficial señaló al mejor ministro de educación de los últimos cincuenta años y, al poco tiempo, nos enteramos de que los organismos de control de gestión de la educación en el mundo nos hacían descender al peor nivel educativo en el mismo período de tiempo en cuestión.

Pareciera que el verano, de alguna manera, nos hace a los ciudadanos ser cómplices de estos divertimentos. Podremos aducir, en nuestro descargo, que delegamos responsabilidades en aquellos que elegimos y a quienes pagamos para que las ejerzan.

Han pasado 43 días desde el inicio de la continuidad y nada nos permite ser optimistas. No hace falta siquiera analizar los errores, basta con detenerse a observar todo aquello que se está dejando de hacer para evidenciar que seguimos en la misma senda, es decir, perdiendo lastimosamente el tiempo y las posibilidades.

Durante el kirchnerismo, el mundo ha crecido como nunca en los últimos cien años y se ha preparado para enfrentar las variables que vendrán. Sin ir más lejos, Brasil sumó el año pasado, según un estudio privado, 60 mil nuevos millonarios (la cantidad de personas que cerraron el balance con un millón de dólares en sus cuentas superó en más de un 46% al registrado en 2006). La Argentina ni siquiera dispone de estadísticas confiables que nos permitan obtener estos datos para que nuestra situación sea comparable con el resto de los países desarrollados o en vías de desarrollarse. © www.economiaparatodos.com.ar

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