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jueves 29 de diciembre de 2005

Más diferencias de “visión” entre la izquierda uruguaya y don Néstor Kirchner y Sra.

Una fuerte dosis de realismo y un constante apego a la ley caracterizan al gobierno del Frente Amplio en Uruguay. Mientras tanto, en la Argentina florecen el resentimiento, las intimidaciones constantes y las faltas de respeto a todos los componentes del Estado de Derecho.

“I have not to do with you crafty lawyers,
neither care I for the law, but I know what I will do.” (*)


Una fuerte dosis de realismo y el constante apego a la ley caracterizan el andar de la coalición de izquierda que -con la denominación de Frente Amplio- hoy gobierna al vecino Uruguay. Esto es simplemente reflejo de lo que ha sido -siempre- la postura tradicional en ese país.

El resentimiento, las intimidaciones constantes y las faltas de respeto a todos los componentes del Estado de Derecho caracterizan, en cambio, al de la administración de don Néstor Kirchner y su señora esposa.

Para muestra basta mirar lo que se está haciendo en la Argentina con el Consejo de la Magistratura, esto es con el Poder Judicial, al que se trata de someter a la voluntad de los Kirchner. En contra del mandato explícito del artículo 114 de la Constitución Nacional, esto es violando la Carta Magna en nombre de un presunto mandato popular que, según dice vehemente (como si del énfasis, o de los grititos, o de las amenazas, surgiera automáticamente la razón) la señora de Kirchner, le habría sido conferido por el pobre 24% de los argentinos que en su momento la votaron.

Nunca -según es notorio- el “fuerte” de la Dra. Kirchner ha sido el de “saber derecho”. Pero su “posición” respecto del Consejo de la Magistratura es increíble y autoritaria. Porque con ella se sometería a la Justicia a las insaciables apetencias de poder que demuestra, a cada paso, el matrimonio Kirchner.

Lo cierto es que cada vez se marcan, más y más, las diferencias de enfoque que existen entre las “visiones” políticas, a uno y otro lado del Plata.

De allí la cuota de habitual y malsano resentimiento que pareciera impulsar a los dos Kirchner a endosar en blanco la posición de su amigo personal, correligionario y aliado político, el entrerriano Jorge Busti y su primera dama (la “otra” Cristina) respecto de las papeleras que se están instalando en la margen oriental del río Uruguay.

Busti -recordemos- es, como los Kirchner, también un activo ex militante de la izquierda radical setentista.

El último ejemplo de “falta de identidad” en el manejo de las cuestiones similares que existen en ambos países tiene que ver con el tratamiento del “problema militar” en la Banda Oriental, que es radicalmente distinto del que -sobre el mismo tema- caracteriza, en cambio, a don Néstor Kirchner y a su señora esposa.

En efecto, la posición oficial del gobierno uruguayo es que no se quiere que las Fuerzas Armadas asuman una “posición de derrota” ni “de resignación”, pues respecto al conflicto de los 70 no debe haber “ni vencedores, ni vencidos”.

El vicepresidente de la República del Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, aseguró recientemente que los militares orientales están actuando “con dignidad y valentía” ante la búsqueda oficial de la verdad. Y agregó: “no sacrificamos la paz social, en nombre de la justicia”. E instó a toda la ciudadanía uruguaya a “vivir con tolerancia y respetando al otro”, complementado sus dichos con la rotunda afirmación de que su gobierno “no va a derogar la Ley de Caducidad”.

Nin Novoa imaginó, además, su país del futuro como uno “más unido, más tolerante, más justo, y menos enceguecido por la pasión”. Toda una definición, ciertamente diferente de la de los Kirchner.

Mientras esto sucedía, Tabaré Vázquez ratificó al general de Aviación Enrique Bonelli en su cargo de Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea oriental. En el Ejército lo acompañará el general Carlos Díaz y en la Armada, el contralmirante Juan Fernández Maggio.

Sin mayores problemas, entonces. Y sin que, para un Jefe Militar, el haber estudiado (enviado, en su momento, por su respectiva fuerza) en los Estados Unidos deba ser interpretado como una “causal de caducidad” en su carrera en cuanto a la posibilidad de obtener una promoción. Como ocurre, en cambio, en la República Argentina.

Paradójicamente, si el inhabilitante “criterio” promovido selectivamente por los Kirchner fuera aplicable a todos por igual, la candidata presidencial chilena, Michelle Bachelet, no podría acceder a la presidencia de su país desde que cursó estudios -a lo largo de todo un semestre- en una Escuela Militar en los Estados Unidos. Pecado mortal para los Kirchner, descalificante, creen, por definición. © www.economiaparatodos.com.ar



(*) Esta frase en inglés se traduce al castellano como: “No quiero tener nada que ver con ustedes, abogados pillos, ni me importa nada el derecho, pero sé muy bien lo que quiero hacer”. El conocido dicho pertenece al pirata inglés sir Francis Drake, pero parece sintetizar la posición frente al derecho adoptada por el oficialismo respecto de la cuestión del Consejo de la Magistratura, porque creen que -por el “mandato popular” que sostienen haber recibido- han quedado “por encima” de la ley. O “más allá” de ella, incluyendo el Artículo 114 de la Constitución Nacional.




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